A la salida de la dictadura, UTE necesitaba ocupar 18 cargos por nuevos puestos de programadores y analistas en sistemas que se habían creado en las áreas tecnológicas. La decisión sobre esas incorporaciones, en junio de 1985, le abrió la puerta a Silvia Emaldi a la empresa pública como programadora. Ese fue el comienzo de la carrera de esta ingeniera que la llevaría a ocupar, 33 años después, el despacho de Presidencia en el piso 9 del Palacio de la Luz.
En estas tres décadas, la actual presidenta de UTE ocupó cargos ejecutivos en la empresa. En 1998, Emaldi fue encomendada como gerenta de la División Sistemas Informáticos y Telecomunicaciones Corporativas y cinco años después fue oficializada en ese cargo. Desde entonces, es la titular de esa gerencia (de grado 3) y cuando asumió como presidenta dejó reservado su cargo.
Sin embargo, cuando el ministro de Industria, Energía y Minería, Omar Paganini, sugirió su nombre como presidenta de UTE, Emaldi ocupaba una gerencia de rango superior (grado 2). Era la principal en el Área de Servicios Corporativos, un cargo en el que estaba encomendada desde 2008, cuando la misma gerencia tenía otro nombre. Cuando Emaldi asumió como presidenta de UTE al inicio del actual gobierno, esta gerencia estuvo ocupada por varios funcionarios hasta que, desde abril de 2021, Liliana Rodríguez se pasó a encargar de forma permantente. El titular del cargo se mantiene vacante porque, desde el 2007, los diferentes directorios no han realizado llamados para cubrirlo definitivamente.
La Gerencia de Tecnologías de Información y Comunicación (TIC), de la que es titular Emaldi, en marzo de 2021 fue encomendada a Julio Marote, que es ejecutivo de un puesto en un grado inferior (grado 4), para quien se dispuso el “pago de diferencia de haberes” por tratarse de un cargo mayor remunerado. En la “orden de servicio” que designa a Marote se explica que el funcionario Pablo Regina fue asignado como gerente Comercial y “a efectos de no resentir el funcionamiento de TIC” se entiende “imprescindible que haya una continuidad en la jefatura de la unidad”. La información surge de expedientes de la empresa a los que accedió Búsqueda a través de un pedido de acceso a la información pública.
Marote fue, al menos hasta 2020, socio del esposo de Emaldi, Raúl Feijo, en Muglury Company, una empresa que fue homologada por el Ministerio de Transporte y Obras Públicas para implementar el sistema de referenciación satelital de carga Sictrac, que fue discontinuado por esta administración. En setiembre de 2019, el sitio Transporte Carretero publicó una nota a ambos ejecutivos, en el que explicaron los planes de la empresa.
En su perfil de LinkedIn, Marote asegura que fue “cofundador” de Muglury y menciona como fechas de vinculación desde julio de 2018 a diciembre de 2020. En la declaración de Emaldi ante la Junta de Transparencia y Ética Pública (entregada en diciembre de 2021), la pareja declaró tener como bien “ganancial” un 50% de participación en Maglury Company S.A.
Consultada por Búsqueda, la presidenta de UTE señaló que ni ella ni su marido estuvieron relacionados con esta encomendación. La decisión fue elevada al directorio por la línea gerencial y los cinco directores votaron a favor. Cuando Regina dejó el área, Marote era más idóneo para asumir le cargo por la “antigüedad” y las “características” del ejecutivo.
Emaldi dijo que la Maglury cerró después de la pandemia, en 2021, y que se trataba de una “actividad privada”, que no está vinculada a la decisión de ascender a Marote.
Los concursos
UTE tiene en su estructura organizativa 30 puestos de “alta gerencia”. De ese total, 13 gerencias son ejercidas por sus titulares y las otras 17 fueron encomendadas o son desempeñadas por encargaturas. En estos últimos casos, la mayoría están motivadas por una “vacante” (14) y una minoría porque el titular cumple funciones superiores (2) o lleva una ausencia prolongada por cuestiones de salud (1). Estos datos surgen de un pedido de informes que hizo el diputado del Frente Amplio Sebastián Valdomir. Al tratar la información en la sesión del directorio del jueves 19, la directora de UTE por el Frente Amplio, Fernanda Cardona, cuestionó la cantidad de vacantes que hay. “¿Por qué siguen sin cubrirse algunos –no todos– de los puestos vacantes, cuando llevamos tres años de esta administración?”, preguntó la jerarca de la oposición, según su constancia de acta.
En la reunión del directorio, Cardona indicó que entre los puestos que no se ha llamado a concurso en este período se encuentra el que ocupaba Emaldi antes de asumir. “Entonces, si la intención de esta Administración era hacer concursos para cubrir los puestos, ¿por qué hasta el día de la fecha no se ha realizado ningún proceso de selección para cubrir el puesto por el que es remunerada la presidenta del ente?”, planteó la directora frentamplista.
Desde 2020, UTE ha realizado 10 encomendaciones directas con el pago de la diferencia de haberes –según surge de la respuesta a Valdomir–, otro punto que fue cuestionado por Cardona en la sesión del directorio. “Aquí nuevamente vale ver cuál es la razón de no hacer procesos de selección para encomendar o incluso abrir concurso cuando el puesto está vacante”, cuestionó la directora.
En 2018, cuando Gonzalo Casaravilla presidía UTE, cuatro gerentes –entre ellos Emaldi– asistieron a la Comisión de Industria y Energía del Senado para hablar de cambios que el presidente había planteado. Una de ellas, Ethel Ramón, planteó que “no puede pasar” que un puesto de “carácter de carrera” sea “designado directamente por el directorio”.
Los funcionarios reclamaban que un decreto de 2013 modificaba la Ley Orgánica de UTE al transformar dos cargos anteriores al gerente general en cargos de confianza, lo que implicaba en los hechos “impedir que se cubrieran por concurso”, explicó Ramón ante los legisladores. La norma fue anulada por el Tribunal de lo Contencioso Administrativo (TCA). “No era posible establecer que para determinados cargos la norma era cubrirlos mediante encomendación de funciones y no recurrir al concurso en ningún caso”, afirmó.
Los gerentes plantearon que, ante esa sentencia del TCA, esperaban que los cargos se cubrieran por concurso, pero aseguraron que eso finalmente no sucedió.
Desde 2020, UTE llamó a concurso para 10 cargos de gerentes de área y de división, pero no lo hizo para otros 17, según la respuesta al pedido de información de Búsqueda. El documento agrega una nota que asegura que todos los cargos están cubiertos, “en titularidad o por encomendación”. En la lista están los dos cargos que fueron ocupados por Emaldi: el de gerenta TIC (del que es titular) y de Servicios Corporativos (en el que estaba encomendada antes de asumir la Presidencia).
Emaldi dijo a Búsqueda que, a diferencia de lo que ocurrió en el período anterior, en esta administración se irán haciendo “paulatinamente” los llamados a concurso y que está previsto que “en algún momento” se haga el llamado para el cargo en el que ella está encomendada.
El sueldo
Al asumir un cargo político, la presidenta de UTE mantuvo el salario de la gerencia de Servicios Corporativos. La remuneración de un gerente grado 2 es de entre $ 396.518 y $ 423.090, dependiendo del nivel que haya alcanzado el funcionario. El salario de un grado 3, en tanto, es de $ 320.021 y el del presidente del directorio es $ 159.524. Estos valores surgen de la escala vigente desde el 1° de enero de 2023.
Que Emaldi cobre el salario más alto es algo que está respaldado por una ley del 2005, que habilita a quienes fueron designados para ocupar cargos políticos o de particular confianza a continuar percibiendo la remuneración del cargo que tuvieran previamente. En abril de 2020, un informe jurídico interno de UTE validaba esta interpretación. “Puede optar por las retribuciones de su cargo político o el que se le reserva, pero si por cualquier motivo tenía ingresos superiores a estos, se deberían mantener los mismos”, dice el informe, incorporado en uno de los expedientes entregados en la respuesta al pedido de acceso a la información.
El último Directorio de UTE también trató un pedido de informes realizado por el senador comunista Óscar Andrade. El legislador consultó detalles sobre los cargos que ocupó la presidenta del ente y si hubo algún informe jurídico que lo respaldara. En la respuesta, el ente recuerda que con jerarcas de esa colectividad política se dieron situaciones similares. El “mismo criterio y temperamento” usó la Asesoría Técnico Jurídica de UTE cuando Fernando Boions fue designado director de UTE durante el gobierno del Frente Amplio y cuando el funcionario de la empresa Daniel Larrosa trabajaba en el despacho de Cardona como asesor y fue designado como director de Antel. En la telefónica estatal, el jerarca mantiene el sueldo de su cargo en UTE.
En la última pregunta de su pedido de informes, Andrade consulta sobre el año y “bajo qué mecanismo” ingresó Emaldi en la empresa. UTE respondió que fue en 1986, como “programador III” y a través del mecanismo de “pruebas psicotécnicas y de conocimiento”.