Hay cientos de historias sobre el delito de abigeato a lo largo y ancho del país, y algunas de ellas tienen un carácter tragicómico que bien podrían ser sacadas de algún libro de cuentos criollos de otras épocas.Vinicio Mazzei es el titular de la cabaña Doble Z, en el departamento de Cerro Largo, y uno de los criadores de la raza Texel más destacados del país. Fue presidente de la Sociedad de Criadores, y con sus ejemplares ha obtenido premios en varias pistas, incluida la del Prado de Montevideo. Precisamente, la historia que contó a Campo tiene como protagonista a una oveja que obtuvo el premio Gran Campeona Texel en el Prado, “un ejemplar espectacular”, joven y con un gran futuro como reproductor.Se levantó una mañana y le extrañó no ver a la oveja. Después de buscarla meticulosamente llegó a la triste conclusión de que se la habían robado, por lo que concurrió a la seccional a formular la denuncia.El establecimiento de la familia Mazzei está a 2,8 kilómetros distante del pueblo La Micaela, ubicado apenas a 44 kilómetros de la ciudad de Melo, y los operativos policiales se dispararon rápidamente para dar con los delincuentes, con pocas esperanzas de recuperar viva a la Gran Campeona.La pericia policial terminó dando sus frutos… pero tarde. En La Micaela estaban de fiesta, de las buenas, con carreras, música y una buena oferta gastronómica y hasta allí llegaron los efectivos, que gracias a las pruebas de ADN lograron detectar el origen de la carne que consumían los participantes en la fiesta criolla. Eran chorizos de Gran Campeona.También se logró identificar al autor del delito. El mozo era nieto de una pareja residente en La Micaela con quienes el abuelo de Vinicio Mazzei tenía amistad y solía ayudar con paletas o cuartos de capón, café, leche y galletas. Quizás, como dice el poeta… “si hasta parece mentira, pero es cosa señalada, que de una sangre pareja salga la cría cambiada”.Y por supuesto, quedó libre, como pasa habitualmente.Mazzei todavía hace cuentas de cuánto pudo facturar con la Gran Campeona. Dos hijos de ella fueron Gran Campeón y se vendieron para Argentina y Paraguay, pero hasta ahí llegó la descendencia porque había resuelto no hacer transferencia de embriones, ya que la oveja todavía era “nueva”. Perdió una pieza importante de su máquina de producción.¡Queda detenido! Otro caso muy sonado, y no por el volumen de lo robado, sucedió en Salto.Walter Texeira relató que dos delincuentes a quienes acompañaba un perro en un auto alquilado, fueron detenidos por el robo de una sola oveja.Una vez detenidos, delincuentes, auto, perro y oveja, a la cual todavía no habían dado muerte, fueron trasladados al juez, que resolvió que los autores, el auto y la oveja quedaban inmediatamente en libertad. Pero no corrió la misma suerte el perro, porque el juez dispuso que el can quedaría detenido en la seccional.En Salto todavía se rascan la cabeza preguntándose sobre cuál habrá sido el criterio judicial.