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En caso de que tengas dudas o consultas podés escribir a [email protected] contactarte por WhatsApp acá“Ciudadanos” nació como una ilusión que pronto se quebró. La deserción de su líder y fundador dejó a esta agrupación en la situación paradójica de que políticos de alto nivel (como, para solo nombrar dos, Ope Pasquet y Robert Silva) quedaron incluidos en una agrupación ficticia, en la que él único nexo real se disolvió con la retirada de Talvi. A partir de ese momento surgió el intento de atribución de un liderazgo a un político bisoño, que, por pertenecer a esa agrupación en la época en que aún existía, ocupó un ministerio. La puesta en escena de esperar el retorno del Ministro Peña para decidir qué hacer en el caso de Carolina Ache, era la ocasión de ungir a un líder, pero esa coronación se frustró al renunciar ella antes del regreso del candidato a líder. Este ministro hoy renunciante hizo errar al propio Presidente de la República y al Secretario General del Partido Colorado, que le dieron su apoyo basados en una última falsedad que luego este Semanario desbarató.
En las horas pasadas, la desintegración ya obvia de este grupo ficticio, tuvo manifestaciones elocuentes. El episodio de Carolina Ache sigue abierto al debate: ¿puede un funcionario subordinado a su ministro contradecirlo en una sesión del Parlamento? (Pedro Bordaberry ha aportado elementos muy preocupantes sobre este punto). Sin embargo, para evidenciar el carácter destructivo que tiene ahora “Ciudadanos”, basta ver cómo un político de tan alto nivel como Ope Pasquet pierde su aplomo y se ensaña contra los últimos y doloridos comentarios que el episodio del Ministro renunciante generó en Carolina Ache (“duros con los de abajo, tibios con los de arriba”). Así, vemos que Pasquet realiza un comentario sobre Ache decorándola con todos sus apellidos como forma ingenua de tratar de mostrar que ella no pertenece a “los de abajo”. Que la patología de este grupo moribundo contagie a alguien del elevado nivel político de Pasquet, indica que hay una infección que ya empieza a contaminar a políticos valerosos. Lo que ocurra ahora es responsabilidad de los integrantes de esa agrupación y no pretendo decirles a ellos qué hacer. Pero mi libertad de ciudadano me autoriza a dar una opinión: De modo análogo a cómo un miembro gangrenado debe ser amputado para salvar una vida, “Ciudadanos” debería desaparecer para salvar a sus propios integrantes y sobre todo al Partido Colorado
E. Montefiore