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En caso de que tengas dudas o consultas podés escribir a [email protected] contactarte por WhatsApp acáEl miércoles nos desayunamos todos de lo peor y de la peor manera. En “Santo y Seña”, Nacho Álvarez nos mostró con imágenes, no con palabras, que en el Uruguay progresista hay campos de concentración. Los conocemos con el nombre de Colonia Etchepare.
Enfermos, locos, gente con problemas, hay mil eufemismos. Tenemos decenas de uruguayos con enfermedades psiquiátricas en las peores condiciones. Viven en la mierda, a veces la comen, pasan frío por falta de calefacción o frazadas, se los comen los perros a pedazos y según el informe, muchos de los enfermos son abusados sexualmente y hasta se les hace un aborto en las peores condiciones para tapar esos abusos.
Esto pasa quién sabe desde cuándo, pero lo más terrible es que pasa bajo un gobierno que ha hecho de los derechos humanos un tema principal de su agenda. No puede ser que solo sean relevantes los derechos humanos de los detenidos en la dictadura y los derechos humanos de los uruguayos de hoy nos sean indiferentes. Todos los humanos tienen derechos y merecen el mismo celo en su defensa.
Cuando analizamos la historia del mundo, muchas veces nos preguntamos cómo pudo ser que durante el Holocausto, los alemanes de bien mirasen para otro lado, colaboraran con el régimen y por acción u omisión permitieran que a pocos kilómetros de Berlín compatriotas suyos de otra religión fueran abusados y exterminados en masa.
Hoy los uruguayos de bien, tenemos que hacer algo. No podemos seguir haciéndonos los distraídos sabiendo que a sesenta kilómetros de Montevideo existe un centro que debería cuidar a nuestros enfermos y que no es más que un campo de concentración donde se los abusa, ignora y humilla.
Saramago, en su libro “Ensayo sobre la ceguera”, describe un hospital donde son depositados y aislados los que padecen una repentina enfermedad que produce una ceguera blanca en la población. Todo lo que vimos en “Santo y Seña” y más está descrito en este libro. Saramago dice en su libro: “Oculto el crimen, reservados para otra ocasión los remordimientos”. El crimen ya no está oculto. Lo sabemos todos.
Vayamos por los responsables y subsanemos de inmediato los padecimientos inhumanos e innecesarios que decenas de uruguayos sufren hoy solamente por estar enfermos, ser pobres y no tener quién los defienda.
Ec. Rodrigo Vera
CI 2.619.436-4