Pero al tiempo que se reafirmó que es necesario sacar al Frente Amplio de la Intendencia de Montevideo, varios convencionales recordaron sus diferencias con el Partido Nacional, en especial cuando dejaron los cargos del Poder Ejecutivo a mitad del período de la administración de Jorge Batlle (2000-2005) o cómo el Herrerismo ha combatido al Batllismo.
“Cerramos”.
La segunda parte del debate se resolverá el sábado 14 en una votación que los convencionales realizarán en cada departamento. Para que la idea sea respaldada, se necesitan 402 votos a favor, algo que todos los dirigentes coinciden en señalar que no es sencillo de obtener y por eso, hasta ayer miércoles 11, nadie se animaba a dar un resultado.
“¿Qué pasa si no tenemos 402 votos? Ahí cerramos. Si no tenemos 402 votos no hay acuerdo, y si no hay acuerdo el que va a festejar ese día es el Frente Amplio”, afirmó en la reunión el ex presidente Jorge Batlle, uno de los dirigentes que más participativo estuvo en la convención del sábado.
La posibilidad de no tener el respaldo necesario sería un “revés muy importante”, opinó por su parte el senador Ope Pasquet (Vamos Uruguay), quien tuvo a su cargo las negociaciones con los blancos para impulsar este acuerdo. En declaraciones al programa “Telebuendía” de Canal 4 el lunes 9, Pasquet dijo que ese revés sería para todos quienes impulsaron el acuerdo, como Pedro Bordaberry, José Amorín y Alberto Iglesias. “El que se sienta con ganas de ocupar el lugar de los líderes tendrá que golpear la mesa y decir ‘aquí estoy yo’. Por eso, las consecuencias serán importantes”, sostuvo.
En la convención, Pasquet fue el primero que defendió la viabilidad del acuerdo. “Pasamos de una elección no competitiva a un escenario en el que habría lucha electoral en el que podríamos ganar”, explicó.
“El principal competidor desde el 89 es el Frente Amplio; tenemos que pensar en una estrategia electoral para ganarle al que nos está ganando desde hace tiempo. Ese es el problema, no les tenemos que ganar a los marcianos y extraterrestres: tenemos que ganarle al que nos ha ganado en todos estos años”, dijo y aludió a una encuesta de Cifra divulgada el jueves 5 en la que el 44% de los consultados se mostró a favor de votar una alianza entre blancos y colorados en Montevideo.
Pasquet llamó a no hacerse “trampas al solitario” y no repetir el “mantra” de que si trabajan “mucho” y recorren los barrios la situación “va a cambiar”. “Por supuesto que cambia, pero no en la medida que necesitamos para revertir situaciones consolidadas desde hace tiempo”, advirtió.
Luego le tocó al diputado Fernando Amado, cuya agrupación Vamos Montevideo está en contra del acuerdo. “Este es un día histórico con consecuencias históricas. Estoy convencido desde la razón y sobre todo el corazón que el acuerdo es un gran error, será de los más graves de las últimas décadas para nuestra colectividad política”, dijo.
Sostuvo que está en contra de este “pacto” porque no cree en las “familias ideológicas”, no quiere a la “sociedad dividida al medio” y porque no está convencido de crear una “cosa que nace en contra de algo o de alguien”.
“Le estamos haciendo un tremendo favor al Frente Amplio que se mueve como pez en el agua con una lógica maniqueista como la que se propone —alertó—. Vamos a atornillar al Frente Amplio en la capital”. Para el legislador el camino de recuperar Montevideo pasa por el hecho de que sea una “prioridad estratégica” y no por “un artilugio electoral” producto de que se sienten “entregados”.
El convencional Carlos Mecol también se mostró en contra del acuerdo y preguntó cuántos dirigentes colorados están dispuestos a dar el paso de ir a trabajar en el nuevo partido. Además, destacó los ejemplos de Salto y Rivera, donde los colorados ganaron las departamentales con recorridas y trabajo. “¿Cómo que no se puede? Los montevideanos no son marcianos”, dijo.
Algunos comentarios de Mecol molestaron al convencional Ernesto Castellano, quien desde el fondo de la sala lo acusaba de “mentiroso”. Esto a la vez generó la reacción de algunos militantes que pedían que se respetara la opinión de Mecol y que si no le gustaba lo que decía que se fuera. “¡Vení, sacame!”, desafío Castellano. Pero de inmediato varios intervinieron pidiendo calma.
Fortaleciendo a la derecha.
Otra intervención polémica fue la del ex diputado y ex ministro Yamandú Fau. Dijo estar convencido de que se estaba cometiendo “un error” al acordar con los blancos y la emprendió contra el Herrerismo. Sostuvo que ese sector blanco no ha tenido “otro objetivo que destruir al Batllismo. Diría que es una obsesión”.
Fau añadió que el Frente Amplio “no se merece seguir gobernando Montevideo” pero para ganarle hay que hacerlo con las “ideas batllistas”. “Veo al Partido Colorado fortaleciendo el espacio batllista si mira un poco más hacia la izquierda, y no habrá cientista político que no vea en esta unión el fortalecimiento de las visiones de derecha”, dijo.
Según Fau, en momentos en que el Frente Amplio tiene su “mística afectada”, este acuerdo servirá para “reavivar” esa “mística”. Señaló que la izquierda ha desarrollado la cultura de que lo “blanqui-colorado le ha hecho mucho daño al país” y que son los “responsables” de los males del Uruguay.
“¡Como tu hijo!”, le dijo un dirigente en referencia a que uno de los hijos del ex ministro milita en el Frente Amplio. “Este partido tiene experiencia en materia de hijos y todos hemos practicado un profundo respeto. Estimado convencional, mejor te hubieras callado”, respondió Fau, quien fue aplaudido por muchos dirigentes.
Además, Fau manifestó que “no es fácil” realizar el planteo del acuerdo cuando durante 42 años se criticó a esa “coalición de partidos”.
La respuesta a Fau vino un rato después. Pedro Bordaberry expresó que quería trabajar para captar los votos herreristas que sirvan para “ganar” en Montevideo. “Es una forma electoral de sumar votos”, apuntó y lo comparó con el balotaje en las elecciones nacionales. En tal sentido recordó la situación de 1999 cuando los colorados fueron a pedir el voto a los blancos para que ganara Batlle. “¿Le dijimos que no a los votos del herrerismo?”, preguntó.
“Si hubiéramos hecho eso, el señor Fau no habría sido ministro”, gritó Batlle desde la primera fila. “Si no hubiéramos hecho eso, lo que habría sucedido es que no habríamos ganado la elección. Queremos ganar la elección, y sumar los votos es eso. No es fusionarnos”, aclaró en tanto Bordaberry.
El líder colorado pidió “desdramatizar” la discusión. “Esto da para discutirlo fraternalmente y fijar posiciones de cada uno”, comentó. Pero minutos después fue muy vehemente al rechazar a quienes afirman que se es menos colorado por apoyar este acuerdo. Dijo que él respalda la idea y que todos los días recorre los barrios y el país por el Partido Colorado.
“No les aseguro que con esto vamos a ganar. Sí digo que con esto tenemos una posibilidad y con lo otro no la tenemos. Me lo dice la experiencia. Demos la oportunidad a algo distinto”, planteó.
El senador José Amorín (Batllistas de Ley), en tanto, destacó el hecho de que en la reunión se discrepara. Defendió el acuerdo porque a su juicio dará chances de ganar. “No le vamos a pedir votos al Partido Nacional, vamos a sumar votos para competir”, señaló.
Sangre de toro.
El secretario general colorado, Max Sapolinsky, dijo que no le temblará el “pulso” cuando tenga que firmar el acuerdo con los nacionalistas y aseguró que luego de eso seguirá siendo “colorado como sangre de toro”.
“¿Seguimos negándole a la ciudadanía una respuesta mientras nos encerramos en nuestra discusiones? ¿Nos quedamos conformes con tirar piedras desde la vereda de enfrente constantemente? Digo que no. La responsabilidad nos impone la búsqueda de soluciones. Estoy convencido que este que planteamos es el único instrumento disponible para sentar en el edificio de ladrillos a un colorado y batllista”, afirmó. También sostuvo que este acuerdo con los blancos será “un jalón más” en la historia de ambos partidos y resaltó los acuerdos a los que llegaron ambas colectividades a lo largo de los años.
El dirigente Alberto Iglesias (Batllistas de Ley), destacó la coincidencias con los blancos. Recordó que en la segunda vuelta de las elecciones de 1999 vio cómo el ex presidente Luis Alberto Lacalle hizo “actos a favor de un Batlle” y llevó a su madre a votar por el dirigente colorado. “Eso sí fueron temas profundos de raíz y hasta de dolor, pero primero estaba el país, los demócratas y la identidad nacional”, sostuvo Iglesias, quien además anunció que quiere impulsar un acuerdo similar para Canelones.
En tanto, el ex ministro Martín Aguirrezabala también defendió el acuerdo y recordó que él ocupó un cargo durante el gobierno de Batlle debido a que los “blancos descolgaron los cuadros” y dejaron el gobierno a mitad del período.
“El enemigo más grande es quizás un herrerista que está en la Presidencia de la República y que se disfraza de batllista y promueve cosas totalitarias”, dijo.
Cuando quedaban unos sesenta convencionales en sala, la reunión fue cerrada por Batlle.
Explicó que a diferencia de lo que pasa en el interior del país, la elección departamental de Montevideo tiene que ver con la política nacional. Por eso, dijo, el objetivo es “ganarle al doctor Vázquez”. “Y para ganarle al doctor Vázquez, ¿ustedes creen que puede el Partido Colorado solo?”. “Nuestro adversario es el Frente Amplio. Hay que ganarle a Vázquez porque Mujica no existe más”, afirmó.
Política
2013-09-12T00:00:00
2013-09-12T00:00:00