Cualquier monedita sirve

El verdadero plan de ajuste recaudatorio para hacerle frente al déficit del casi 4% del PBI está cocinándose entre otras bambalinas, que me propongo revelarles aquí mismo, para que no sigan reenviando por las redes sociales las promesas preelectorales incumplidas de los señores que dicen que nos gobiernan.

A esta altura es bueno informar que el Lic. Sendic lo es por partida doble, noticia que aún no ha tomado estado público: en efecto, en breve se informará a la población que, además de la licenciatura en Ciencias Biológicas que es de público conocimiento, el vicepresidente es asimismo licenciado en Economía del Genoma Financiero (graduado con medalla de oro en la Facultad de Ciencias Económicas Progresistas y Revolucionarias de La Habana, Cuba) lo cual lo transforma en el interlocutor por excelencia para esta patriótica gestión.

Se ha informado asimismo, que la demora en llegar desde Cuba el título de licenciado en Genética Humana, se debe a que están terminando de prepararle este segundo título, y que ambos llegarán en fecha próxima al Uruguay, de manera de taparles la boca a todos los descreídos.

Ambos técnicos han estado reunidos estos días trabajando arduamente en la preparación de un Plan Recaudatorio Antideficitario, que se basará en una serie de novedosos tributos, algunos de los cuales ni siquiera se han aplicado todavía en Venezuela, ya que todavía están en etapa experimental los planes de ahorro energético determinados por la disminución de horas de trabajo y de horas de iluminación, que requieren controles muy estrictos y delicados.

Pero desde ya estamos en condiciones de enumerar algunas de estas novedosas gabelas que se aplicarán a la brevedad en nuestro país, transformándolo en un innovador absoluto en el universo tributario mundial.

Se aplicará el impuesto al escalón. Las Brigadas Recaudatorias de la DGI recorrerán las ciudades y los núcleos urbanos, relevando la cantidad de escalones existentes en las casas particulares y en los edificios de apartamentos, luego de lo cual los contribuyentes deberán pagar $ 10 por mes por cada escalón existente en su vivienda. En las viviendas colectivas, como los edificios de apartamentos o complejos habitacionales, la cantidad total de escalones se dividirá entre la cantidad de unidades existentes en cada inmueble. Los habitantes de la Planta Baja estarán exonerados de este tributo, pero desde el piso uno hacia arriba, los habitantes aportarán en forma gradual, en función de la cantidad de pisos que haya que subir para llegar a su vivienda. Segundo piso, 10% del monto básico, tercer piso 20%, cuarto piso 30%, y así hasta llegar al 100%, en los edificios de menos de diez pisos se les dividirá el monto total de la base de aplicación del tributo por la cantidad de pisos, es decir, en un edificio de cinco pisos estará exonerada la planta baja, pero cada piso hacia arriba pagarán 25%, 50%, 75% y 100% respectivamente.

Estos dos cerebros de la economía que trabajan juntos en esta creación tributaria inédita, han expresado que, como solidarios y progresistas que son, no quieren que se generen diferencias entre la ciudad y el campo. Con tal fin, este mismo impuesto, y con la misma tasa, se cobrará en campaña bajo la forma de impuesto al alambrado, calculándose los metros de alambrado de los establecimientos rurales con la misma escala que los escalones.

También se proyecta crear la tasa de viaje en ascensor. Se contratarán para ello 10.000 nuevos funcionarios públicos, que serán asignados a los ascensores de todos los inmuebles de la capital. Estos nuevos servidores públicos se instalarán en los ascensores, cobrando una tasa de uso de $15 por piso recorrido a cada uno de los usuarios del servicio. No se diferenciarán los ascensores de las viviendas privadas de los que funcionan en los edificios de oficinas, públicas o privadas, en muchos de los cuales ya existen ascensoristas. Todos ellos serán remunerados como agentes de retención de la tasa, con un 10% de lo recaudado.

Otra originalidad impositiva será el impuesto a las mascotas. Las Brigadas Recaudatorias de la DGI harán también un relevamiento de la cantidad y calidad de las mascotas en poder de la población. Una vez censados los animalitos que alegran nuestras vidas familiares, se procederá a cobrarles a sus dueños un tributo denominado “impuesto al bicho”, consistente en $ 20 mensuales por perro cualquiera sea su peso o tamaño, $25 por gato, $ 5 por cada pececito de colores que se registre en la pecera, $ 15 por canario, cotorritas o loros, estén enjaulados o no, y un genérico de $ 30 mensuales por cualquier otro tipo de animal, desde un hámster a una víbora pitón, desde un carpincho a una araña pollito, ya que en términos de mascotas, hay gente para todo. Los contribuyentes deberán llenar una declaración jurada de posesión de mascotas, la que se presentará anualmente en la DGI, indicando bajas o altas, o incorporaciones de nuevas mascotas no censadas en el registro inicial.

Y vayan aprontándose para lo que vendrá después. En caso de que la recaudación no sea la esperada, don Tibisayo y don Raúl estudian alternativas adicionales, tales como el impuesto a la baldosa y la tasa al estornudo.

Imaginación es lo que sobra, lo que falta es la guita.