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La presidenta de la Caja de Profesionales (CJPPU), Virginia Romero, estaba convencida de que le iban a salir a “pegar”. El Directorio que encabeza desde hace pocas semanas debe encarar cambios estructurales en el instituto que sabe que no serán bien recibidos, pero eso no le “preocupa” porque cree que hay “un rumbo” y “una voluntad de salvar a la caja”. Por esto considera clave la comunicación: “Hay que comunicar a qué venimos: a comandar este barco”.
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“Hay que suavizar el mensaje, pero dar a entender que le va a doler a todo el mundo, porque todos vamos a tener que pagar en esto, pero es lo que venimos a hacer: a tomar las decisiones que hay que tomar”, dijo Romero ante el resto de los directores, el 23 de diciembre, luego de plantear que la CJPPU debe tener una “buena comunicación” en la etapa de ajuste que se avecina. El “mensaje” a transmitir, según ella, es que este instituto paraestatal es “un excelente instrumento de seguridad social para los profesionales”. Les sugirió que había que ser “unánimes” en lo que se salía a comunicar “para dar la imagen a quien está afuera”. Para mejorar en ese aspecto, una de las medidas que se tomó fue que los directores hagan un curso de vocería por $ 60.000.
Luego de esta reunión, las sesiones del Directorio comenzaron a ser más frecuentes y se establecieron convocatorias extraordinarias para tratar la “situación institución y medidas de urgencia”, con la intención de revertir el deterioro financiero de la caja.
El 29 de diciembre, Romero insistió en “salir con una buena comunicación” y ejemplificó con “ir a facultades a mostrar la caja a futuros profesionales” y no una institución “fundida”. Planteó que se debía “ampliar el plazo” de los efectos de la “reforma” y dejar “la puerta abierta” para, en un futuro, buscar “otro tipo de forma de aportar”, como “cuentas personales” o un sistema mixto. “Hay que cambiar paradigmas”, opinó. Ese último aspecto está en línea con propuestas emanadas de la comisión convocada por el Poder Ejecutivo para dar insumos para una reforma del conjunto de la seguridad social.
Romero también mencionó como una idea a evaluar las “explotaciones forestales” de la CJPPU. Recordó que la caja tiene un contrato con UPM y dijo que “le gustaría que se estudiara la posibilidad de un fideicomiso” de forma de “traer recursos del futuro a hoy, para no tener que estar hoy vendiendo obligatoriamente las reservas”.
Cuestionamientos
Como preveía Romero, la gestión del Directorio ya recibió algunas críticas. El jueves 10, el Colegio de Contadores, Economistas y Administradores (Cceau) le envió por mail a la presidenta una carta en la que pide algunas aclaraciones. Romero fue, hasta noviembre, la titular del Cceau.
En ese documento –al que accedió Búsqueda– la gremial expresa que recibió “una serie de informaciones” que de ser ciertas son “preocupantes” y solicita que “comuniquen el grado de exactitud” y las medidas que se tomarían.
La Cceau pidió explicaciones por “la escasa interacción” con la Comisión Asesora y de Contralor, el “atraso en la publicación de las actas”, y que no se aplique el tope salarial fijado en la Ley de Presupuesto. También se refiere a la “desatención” de la mesa de deudores incobrables y del área de “fiscalización”. Pidió, además, una “versión oficial” de las medidas para enfrentar la crisis que implementarían.
“Comprendemos que todo no se puede hacer con la premura que la situación exige, pero en la medida que oficialmente el Cceau no recibe noticias de ese Directorio, y tampoco se generan canales de comunicación ciertos, nos debemos manejar atendiendo esas inquietudes que nuestros asociados transmiten”, critica el texto firmado por la presidenta, Sol Andrade, y el secretario, Jorge Visca.
Pero hubo otros cuestionamientos. La Unión Profesional Universitaria, integrante de la Asociación de Afiliados de la caja, criticó las propuestas de las autoridades. Las medidas, que se presentan como una “solución mágica”, siguen “la misma línea” del directorio anterior; cuando se piden “sacrificios” solo se incluye a los “activos y pasivos”, pero no a los funcionarios con retribuciones altas, que son “intocables”, sostienen más de cincuenta profesionales en una nota que se publica en la sección Cartas al Director de esta edición de Búsqueda.
Este grupo –que está integrado por el presidente de la Caja de Profesionales entre 1997 y 2001, Valentín Cuesta– también criticó las “desafortunadas afirmaciones” de Gerardo López Secchi, director designado por el Poder Ejecutivo, quien comparó la crisis de la caja con un “tumor” que “hay que operar”.
“Es una total falta de respeto para quienes padecen esa enfermedad, bien conocida por el médico (...). Ningún afiliado de la caja se merece que este director lo compare con un tumor, y menos aún en proponer que operar (¿erradicar?) a pasivos y activos sea la solución”, interpretaron.
