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    Demanda de fertilizantes cayó casi 50% en 2015 y sigue baja en este año, lo que incidirá en resultados productivos

    El agro uruguayo sigue acusando el golpe de la baja de los precios internacionales de algunos de los principales productos, como los granos y la leche, y en menor medida de la carne, lo que queda de manifiesto en la menor demanda de algunos insumos básicos. Es el caso de los fertilizantes empleados en los predios de producción, principalmente para los cultivos de granos forrajeros realizados por los tamberos y la siembra de soja y trigo. Las importaciones de fertilizantes y de materias primas empleadas para su elaboración registraron una caída de 46% en volumen y casi 50% en monto en 2015, en comparación con el año anterior, según estadísticas de la Dirección de Servicios Agrícolas del Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca.

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    Y en el primer trimestre de este año esa tendencia se mantuvo, con una disminución de la demanda de entre 10% y 15% en la generalidad de los fertilizantes, y de 25% en ese tipo de productos por parte de los productores de leche, dijo a Campo el jefe de ventas de la empresa Industria Sulfúrica (Isusa), César Pandolfo.

    La reducción en las compras de fertilizantes y de materias primas para su industrialización entre el año pasado y 2014 significó una diferencia negativa de 460.000 toneladas y de U$S 257 millones, de acuerdo con los datos oficiales.

    El bajón en las importaciones de esos insumos para el sector agropecuario se dio tras varios años de auge de los negocios rurales, especialmente de la producción de soja, lo que derivó en un incremento significativo de la demanda de fertilizantes en la década pasada.

    La importación de fertilizantes pasó de unas 490.000 toneladas anuales, en 2006, a casi 1,4 millones de toneladas, en 2013, lo que representó que el monto de esas compras registrara un aumento de U$S 500 millones, al comparar esos años, según los registros del MGAP. Muestran que eso significó 440% de incremento en monto, en ese lapso de siete años.

    Como reflejo de la crisis económica registrada en 2008 que derivó en una baja en los valores internacionales de los granos, al año siguiente el monto de las importaciones de fertilizantes registró una reducción de 52%, pero luego la demanda de esos productos fue en incremento, indican. El volumen anual de importación de fertilizantes saltó a 800.000 toneladas, primero, y a más del millón de toneladas hasta 2014. Pero en 2015 hubo un fuerte repliegue de esos negocios, bajando a poco más de 500.000 toneladas, de acuerdo con los datos de los Servicios Agrícolas.

    Lo menos posible

    El vaivén de los valores de la soja, que es el mayor cultivo agrícola de Uruguay, y de la leche, que hace casi dos años arrastra una fase bajista, incidieron en las decisiones de los productores locales, que resolvieron recortar sus gastos. En ese sentido, una de las determinaciones adoptadas en los establecimientos rurales fue la menor compra de fertilizantes, de semillas y de otros insumos.

    En los primeros meses de 2016 la baja de la demanda de fertilizantes estuvo marcada por un menor consumo de los productores dedicados a la lechería, por una reducción en el área de trigo y un incremento de la siembra de cebada, comentó Pandolfo.

    La mayoría de los tamberos fertilizan sus campos con productos fosfatados nitrogenados, como fosfato de amonio y otros.

    Señaló que en el arranque del año los productores lecheros acostumbran sembrar sus cultivos de granos que servirán de alimento de sus vacas, y este año hay algunos que no plantaron lisa y llanamente, y que recién lo están haciendo ahora aprovechando el clima lluvioso, que es más favorable para eso.

    “Hay producciones que no se pueden cortar de un día para otro”, como en los tambos, porque las vacas deben ser ordeñadas y para mantener la productividad de los animales, en litros de leche, eso requiere una inversión constante en la alimentación, explicó.

    Así como hubo una disminución en la compra de esos insumos por parte de algunos sectores, como la agricultura y la lechería, también se dio una recuperación en otros. Eso es lo que sucedió con la ganadería destinada a la producción de carne. El jefe de ventas de Isusa dijo que hubo una “buena zafra” de fertilizantes para esa actividad, especialmente en la demanda de fosforita, debido a las condiciones óptimas para los ganaderos respecto al clima.

    Al analizar la evolución de las importaciones de fertilizantes en los últimos años, Pandolfo destacó la menor demanda de potasio para los cultivos de verano y de invierno, porque “los productores decidieron gastar lo menos posible”.

    Consultado respecto a si en un contexto de menos consumo de fertilizantes las empresas tienen margen para rebajar los precios y así alinearse a la baja en los valores de los productos del agro, ese ejecutivo dijo que Isusa inició una reestructura interna hace un año para adecuarse a la realidad del mercado. Los fertilizantes son importados y por lo tanto las firmas del sector son tomadoras de precios, señaló.

    El mercado local de fertilizantes es liderado por Isusa, que llega a un 45% de ese segmento, seguido por la firma Maccio con un 20% por debajo y con menor participación figuran Nidera, Louis Dreyfus y Bunge, entre otras.

    Los jugadores de ese sector son los mismos y son demasiados para lo que es el mercado uruguayo: en total operan unas nueve empresas, en comparación con lo que sucede en Argentina y en Brasil, donde hay tres firmas “grandes” dedicadas a ese negocio, indicó.

    En 2012 la estatal Alcoholes del Uruguay importó urea de Venezuela e incursionó en el sector de los fertilizantes. Consideró que ese fue un negocio temporal y puntual, no sé si llegaron a comercializar la totalidad y alguna parte la utilizaron en sus proyectos.

    Argentina

    Uno de los aspectos advertidos por técnicos del sector agropecuario es el impacto de la menor fertilización de los campos en las diversas producciones, considerando que la importación anual cayó de 1,4 millones de toneladas a unas 550.000 toneladas, entre 2014 y 2015, y el efecto que eso puede tener en la productividad de los cultivos, en kilos por hectárea, y en la sustentabilidad del recurso suelo.

    El costo del fertilizante en Uruguay está ligado directamente con el rendimiento del cultivo, a diferencia de lo que sucede en Argentina, donde “consumen mucho menos fertilizante”, señaló Pandolfo.

    Comparó que hay productores argentinos de soja que utilizan 50 kilos de fertilizantes por hectárea y los uruguayos precisan 200 kilos para ese mismo cultivo.