Cuando este austero político comprendió que “las siete hermanas” que controlaban el negocio del crudo en el mundo buscarían extraerlo de los países árabes con mayores ganancias que en Venezuela, viajó a Bagdad y comenzó las negociaciones para crear, con éxito, la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP).
¿Cuándo se jodió Venezuela?.
En la novela “Conversaciones en La Catedral”, Mario Vargas Llosa hace preguntar a su personaje Zavalita: “¿Cuándo se jodió el Perú?”.
De allí debe el nombre el autor de “¿Cuándo se jodió Venezuela?”, que desde Bogotá, donde reside, dijo a Búsqueda que Chávez y Maduro, como la inmensa mayoría de los anteriores gobernantes venezolanos que los precedieron, utilizaron la riqueza petrolera para mantenerse en el poder, pero no han logrado diseñar una estrategia para que eso sirva para el desarrollo.
Según Gallegos, tampoco la oposición propone ahora un modelo diferente, como hizo en su momento Pérez Alfonzo, sino apenas poco más que “ustedes ya estuvieron, ahora nos toca a nosotros gobernar”, porque no se animan a hacer los cambios que se necesitan.
Una explicación para ello es que sobrevuela el fantasma de “El Caracazo”, un levantamiento popular que se produjo en 1989 cuando se eliminó el control de cambios y los precios de los productos básicos subieron de forma considerable. En esos días de saqueos y protestas hubo unos 300 muertos.
Una de las respuestas posibles a la pregunta del título del libro es que Venezuela se jodió exactamente el 31 de julio de 1914, cuando comenzó a salir el primer chorro de crudo que produjo 250 barriles diarios en el pozo llamado Zumaque, explotado por la Caribbean Oil Company, una subsidiaria de Shell.
Dos décadas después, Venezuela se convirtió en el primer exportador de petróleo del mundo (hoy es Rusia) y el primer productor después de Estados Unidos.
En ese tiempo el país estuvo manejado por el dictador Juan Vicente Gómez, que según el historiador Elías Iturrieta dejó una impronta en toda una generación de líderes y en una peculiar forma de democracia en la que el traspaso de un presidente electo a otro fue durante décadas una excepción y donde los generales eran mayoría en la lista de jefes de Estado.
En todo caso, el bolívar fuerte puso en dificultades a los agricultores y pronto el petróleo pasó a ser el 90% de las exportaciones.
Sin embargo, una buena parte de los economistas y analistas de estos procesos se niegan a aceptar que exista una maldición de los recursos naturales y explican la dramática situación de Venezuela por la ausencia de una institucionalidad robusta.
Gallegos describió a este rico país como “la economía, más loca del mundo”, donde llenar el tanque del auto cuesta centavos y donde casi todo el mundo anda en busca de dólares, que son escasos y tienen dos precios oficiales, además del paralelo.
La dificultad para conseguir divisas en un mercado donde siete de cada diez productos son importados trae como consecuencia escasez y corrupción.
A pesar de que cuenta con la reserva de crudo más grande del planeta (299.000 millones de barriles probados), el país no tiene los dólares suficientes para hacer las inversiones necesarias en la industria petrolera y a su vez importar la cantidad suficiente de pollo, leche, carne, teléfonos móviles e incluso las fibras para fabricar papel higiénico.
Con ese panorama, los especuladores, que a comienzos de 2015 podían comprar un dólar a 6,3 bolívares y venderlo a 180, tenían una ganancia de 2.800%, es decir, un negocio solamente comparable con la venta de cocaína.
Gallegos explicó también que solo en un año, los negocios corruptos con empresas fantasmas en el exterior produjeron una pérdida de 20.000 millones de dólares al gobierno, un tercio de las importaciones del país, según reconoció Jorge Giordani, el “Monje”, que durante años condujo la política económica del chavismo.
“La bonanza petrolera (en 2008 el barril llegó a 147 dólares, casi tres veces más que hoy) fue una de las más grandes de la historia”, pero según Gallegos el gobierno chavista no ha ahorrado absolutamente nada y muy poco de sus gastos fueron destinados a infraestructura, de forma que pudo dar mejores condiciones de vida a los sectores más desfavorecidos pero no lograr que esto perdure en el tiempo.
A diferencia de Noruega, Chile y otros países con buenas políticas para ahorrar en épocas de alza de los precios internacionales del petróleo o el cobre, Venezuela echó mano, ya en 2001, a los recursos de un fondo de estabilización creado por el propio Chávez para la época de precios bajos e incluso a las reservas de la petrolera estatal PDVSA y el propio Banco Central, convertido en la caja chica del presidente.
Patria o papel toilet.
La falta crónica del papel higiénico fue uno de los asuntos que decidió investigar el periodista para comprender lo que estaba pasando en el terruño de Simón Bolívar.
El gobierno identificó tres tipos de enemigos en relación con este irritante asunto: multinacionales, especuladores y consumidores ansiosos que acaparan.
En 2013, el tema llegó a un nivel de crispación tan elevado que el entonces canciller Elías Jaua increpó a una multitud que reclamaba: “¿Ustedes quieren patria o papel toilet?”.
En el intento de poner paños tibios al problema, otro jerarca dijo en una entrevista en televisión que en realidad la ausencia de este producto era una buena señal, porque daba cuenta de que los venezolanos consumían más porque gracias al gobierno chavista comían y defecaban más.
El comentario no lo hizo cualquiera sino Elías Eljuri, presidente del Instituto Nacional de Estadísticas (INE).
Gallegos informó a los lectores que en 2014 el venezolano medio consumió 2,6 kilos de papel higiénico, mucho comparado con la India pero poco con Estados Unidos, que gastó tres veces más.
La mano en la lata.
Cuando en 1973 se disparó el precio del petróleo luego de la guerra de Yom Kippur, Venezuela vio triplicados sus ingresos sin estar preparado para ello.
“Tenemos un presidente en una montaña de oro para repartir. Todo el mundo estará queriendo saber cómo meter la mano en esa bolsa”, advirtió muy preocupado el ex ministro de Petróleo Pérez Alfonzo sin que casi nadie lo escuchara.
Durante el gobierno de Carlos Andrés Pérez, Venezuela estaba en estado de emergencia por tener demasiado dinero, un fenómeno que causó una especie de indigestión, además de ganar fama de ser un país con los mejores restaurantes del mundo y mayores consumidores de whisky escocés, champán francés y automóviles Cadillac.
Además de nacionalizar el petróleo, el gobierno de Pérez creó un fondo de inversiones y prestó dinero y vendió crudo a países amigos, algo parecido a lo que luego hizo Chávez, con igual resultado. La década siguiente fue nefasta.
Whisky o ron.
“La astucia es un mecanismo que muchos venezolanos usan para burlar las reglas establecidas por un gobierno todopoderoso y una burocracia corrupta”, resumió el autor en su empeño por comprender lo que pasa en ese país caribeño, en el que la apuesta no es tanto al trabajo sino a la buena suerte y el cabildeo y donde, a pesar de las mejoras durante el gobierno de Chávez, alrededor del 60% de la población carece de una educación formal necesaria para alcanzar un pensamiento abstracto.
En épocas de precios bajos del oro negro, disminuye la venta de whisky, que en 2015 cayó a la mitad, y en consecuencia aumenta la del ron, un producto nacional.
Pero envasar el ron y otras bebidas tampoco es un asunto sencillo. El gobierno nacionalizó la fábrica de botellas Owens Illinois y creó Venvidrio (que tiene una sociedad con la uruguaya Envidrio), sin embargo, la producción no es suficiente.
Según Gallegos, no todos sufren con los problemas de la loca economía de Venezuela, ya que aun durante el chavismo y su “socialismo del siglo XXI” los bancos continuaron haciendo grandes fortunas porque con los controles sobre la salida del dinero al exterior crecieron los depósitos.
Aunque PDVSA está bastante endeudada y no es muy eficiente, la mayoría de los venezolanos —chavistas y opositores— confían en que el ciclo del petróleo les devuelva los buenos tiempos. No en balde, recuerda el libro, la cuenca de Maracaibo, que dio origen al negocio petrolero de Venezuela, tiene un pozo, el Campo Negro, que bombea 431.000 barriles diarios y tiene crudo suficiente para 767 años.
Información Nacional
2017-04-06T00:00:00
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