La cantidad de personas en situación de pobreza volvió a bajar el año pasado y se estancó el número de indigentes, pero se interrumpió la mejora en la equidad. De hecho, la distribución del ingreso mostró un deterioro, lo que no ocurría desde 2008.
La cantidad de personas en situación de pobreza volvió a bajar el año pasado y se estancó el número de indigentes, pero se interrumpió la mejora en la equidad. De hecho, la distribución del ingreso mostró un deterioro, lo que no ocurría desde 2008.
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En caso de que tengas dudas o consultas podés escribir a [email protected] contactarte por WhatsApp acáUnos $ 8.900 en Montevideo, $ 5.900 en las ciudades y pueblos del interior y $ 4.000 en áreas rurales; ese dinero es el que se estimó como ingreso mínimo mensual en 2013 para que una persona no se considere pobre. Según cifras divulgadas por el Instituto Nacional de Estadística (INE) el lunes 31, el año pasado un 11,5% de la población a nivel nacional estaba en situación de pobreza según ese método de medición. Eso representa algo más de 390.000 personas, un descenso de 29.000 al comparar con 2012. Fue la novena baja anual consecutiva.
El método del ingreso establece “líneas” de pobreza que son el valor de una canasta básica de bienes alimenticios y servicios, por debajo de ese nivel de recursos una persona se considera pobre.
En situación de indigencia o pobreza extrema se considera a la población que no alcanza a la parte alimentaria de dicha canasta; en 2013 era 0,5% de la población (16.900 personas) y no hubo un descenso significativo respecto al año anterior.
El ministro de Desarrollo Social, Daniel Olesker, se refirió a este grupo de personas como un “núcleo duro” relacionado a las “políticas de exclusión de la década del 90”, consignó el sitio web de Presidencia. El jerarca agregó que a esos niveles la indigencia “se puede considerar erradicada, cumplida así la meta trazada para este período de gobierno”.
El avance que tuvieron los indicadores sociales en general ocurrió a la vez que la economía se mantuvo en crecimiento en los últimos 11 años, con mejoras en los niveles de ingresos de la población, disminución del desempleo, aplicación de planes de apoyo desde el gobierno, además de reformas como la tributaria y del sistema de salud.
Otras formas de aproximarse al fenómeno de la pobreza toman en cuenta aspectos como el acceso a la salud, la educación y una vivienda digna. La última estimación de las llamadas Necesidades Básicas Insatisfechas (de 2011) arrojó que cerca de 30% de los uruguayos sufría alguna de esas carencias.
El reparto de los ingresos entre la población suele mostrar variaciones pequeñas año a año, y a su vez es uno de los aspectos más difíciles de modificar ya que está asociado a características estructurales de la economía.
Las mediciones de los últimos años habían evolucionado en el sentido de una distribución más equitativa, pero en 2013 se produjo un freno en dicha tendencia.
El coeficiente de Gini —que implica una distribución perfecta si vale 0 y una concentración total si alcanza a 1— pasó de 0,379 en 2012 a 0,384 en 2013. Se trata del primer retroceso luego de descender durante cinco años seguidos.
Sin embargo, otra medida que relaciona los ingresos del 10% de mayores recursos (primer decil) con los del 10% que se encuentra en la situación opuesta (décimo decil) muestra que la diferencia entre ambos se redujo el año pasado; los primeros percibían 12 veces los ingresos de los últimos. Esa relación descendió de forma sostenida al menos desde 2006, según el INE.