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“Siempre hay rinocerontes”. Esta punzante frase con la que el Dr. Eduardo Pons Etcheverry definió a los civiles colaboradores de la dictadura en aquel recordado debate y que descolocó a Bolentini y a Viana Reyes, quedará grabada para siempre en nuestra memoria.
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Viana Reyes apenas atinó a contestar: “Nos han dicho cosas peores”.
Luego, Bolentini, para salir del paso, esgrimió la consabida defensa de la actuación de los militares contra la guerrilla y entonces el Dr. Pons prosiguió con su exquisita ironía: “¿Y para qué estaban? No habían visto una bala desde 1904...”. Y agregó: “¡Y siempre en el Presupuesto!”.
La contundencia de los argumentos jurídicos del Dr. Tarigo, junto a la demoledora y mordaz retórica de Pons Etcheverry, dejaron en absoluta derrota a los defensores de aquel espanto de Constitución que nos quisieron imponer.
Fue la noche del 14 de noviembre de 1980. Esa misma noche, mientras el debate se televisaba a todo el país, el Partido Nacional llevaba a cabo un heroico acto en favor del NO en el cine Cordón; en ese acto también participó el Dr. Pons Etcheverry —junto a Juan A. Ramírez, Héctor Lorenzo Ríos, Fernando Oliú y Julián Murguía— fustigando valientemente con su cortante oratoria al régimen que entonces pretendía imponernos una horrorosa Constitución. Dijo en aquel acto, entre otras cosas: “Y me causa gracia que el Sr. Presidente de la República en esa Asamblea Constituyente manifestó que era la primera Constitución que no se hacía en los comités políticos. Sí, efectivamente. Es la primera Constitución que se hace en los cuarteles y para los cuarteles. (Aplausos y cantos ‘¡Wilson, Wilson!’)”.
¡Aquella noche don Eduardo Pons Etcheverry fue un gigante!
Aquella noche demostró que no había lugar para el miedo; nos demostró que cada uno de nosotros tenía un papel importante a desempeñar en aquellos difíciles tiempos, y que podíamos derrotar a la dictadura sencillamente votando (y así fue). Pero sobre todo nos dio un enorme, grandísimo empujón de esperanza para proseguir en aquella lucha por la restauración democrática.
El 8 de enero se cumplieron 26 años de la muerte de este gran oriental y gran blanco, y es hora de tributarle el homenaje que merece.
Exhortamos a las autoridades del Partido Nacional para que lleven a cabo las gestiones pertinentes a fin de que el nombre del Dr. Eduardo Pons Etcheverry figure en el nomenclátor montevideano. Solo en parte quedará saldada la deuda de gratitud que tiene la democracia uruguaya para con este gran oriental que supo responder con coraje cuando más lo precisábamos.