Berterreche también salió al cruce de los dirigentes ruralistas que presentan un escenario negativo del agro. “Si el campo es horrible, si producir en el agro es falta de rentabilidad, si todas esas cosas son espantosas, ¿por qué se presentan decenas de jóvenes, medios y veteranos para acceder a una fracción de tierra en Colonización?”, retrucó.
—¿Cuáles son los temas prioritarios para tratar en la comisión de Ganadería del Senado en 2019?
—Este es un año que no me parece que sea para hacer la plancha o para dedicarnos única y exclusivamente a las actividades electorales. Debemos trabajar mucho en las comisiones del Senado, en particular en la comisión de Ganadería. Uno de los proyectos que está para salir es el de la reglamentación sobre los productos chacinados y embutidos artesanales.
Ese no es un tema menor. Tiene bastante que ver con el problema del abigeato. Buena parte de los productos del abigeato salen por esas vías, por lo tanto reglamentar es una manera de disminuir los puntos de fuga, en términos de carne que se pueda vender por fuera del mercado formal.
Para el que faena clandestino, la mejor manera de pasar la carne es con ese tipo de chacinados. Porque además cuando lo hacés embutido, le agregás determinados productos, lo cortás finito y perdés el ADN. Si lo hacés hamburguesa o milanesa te pueden agarrar, pero si vendés chorizos difícilmente te agarren, porque se pierde la capacidad de hacerle el exámen de ADN.
Hay una visión de hacerlo todo más profundo y más amplio, pero necesitamos mandar mensajes claros y pronto. El objetivo es que la gente pueda elaborar esos productos en el marco de una reglamentación que proteja al consumidor y que brinde seguridad en cuanto al origen de esos productos.
—El ministro de Ganadería, Enzo Benech, planteó la intención de aprovechar esa nueva normativa legal para otorgarle un mayor poder fiscalizador al Inac. ¿Está de acuerdo?
—Eso posiblemente sea el segundo paso pero primero el primer paso. Ya hay un proyecto de ley aprobado por unanimidad en la Cámara de Representantes y tiene que ser tratado por comisión, algún senador pidió ampliar información, pero la mayoría de la comisión está claramente a favor de una reglamentación rápida con algunas modificaciones. Luego de aprobado, ahí sí tenemos que ponernos a trabajar en conjunto con el Ministerio de Ganadería y con el Inac en algo más profundo y de mayor alcance.
—¿Qué otros temas hay en agenda?
—Hay algunos asuntos que todavía están empezándose a tratar, como la utilización de las fajas al costado de las rutas nacionales y departamentales para el pastoreo del ganado de forma más ordenada y no solamente cuando hay situaciones de emergencia por algún fenómeno climático extremo.
También seguir siendo el nexo y el articulador entre el sector productivo y el Poder Ejecutivo, que también lo hemos cumplido desde la comisión de Ganadería del Senado.
—Personalmente, ¿qué temas tiene pendientes para plantear en ese ámbito?
—No tengo temas personales, tengo temas colectivos, represento los temas que mi organización política lleva adelante.
—¿Qué temas tiene la organización para plantear?
—Para plantear en este año van a ir saliendo. Esos son los que más o menos vamos a llevar y alguno que se pueda tratar.
Hay un proyecto de ley de fondo de fósforo que está bastante complicado porque hay un montón de cosas que deberíamos de profundizar. Más con los problemas que estamos teniendo de posible eutrofización (acumulación de nutrientes orgánicos, como el fósforo) de las cuencas de agua, entonces crear una ley de promoción de fósforo... tenemos que ser cuidadosos por lo menos.
Hay un montón de cosas que van a ir por la vía electoral. Nos estamos juntando y el MPP en particular tiene una agrupación de agro, que no ha dejado de trabajar en todo este tiempo y que hizo tres actividades, en San Jacinto, en Tacuarembó y en Treinta y Tres, que ha juntado los planteos de gente que es cercana al Espacio 609. Desde individuos hasta organizaciones, hay de todo y no necesariamente votantes, ni militantes nuestros, sino que vienen a aportar en función de generar planteos. Y se está trabajando en generar una serie de medidas que vamos a alcanzar a los precandidatos del Frente Amplio, particularmente a la precandidata que apoya el MPP (Carolina Cose). Algunas medidas fuertes, que le llamamos “un decálogo” de acciones posibles. No vamos a andar tirándoles caramelos a los monos.
—¿Qué planteos se hicieron en esas actividades en el interior? ¿Qué temas preocupan en el medio rural y, tal vez, no siempre están en la agenda de los medios de prensa?
—Es diferente, según el lugar a donde fuimos.
Hay un tema más o menos transversal que es el acceso a la tierra, que persiste y te lo plantean porque saben que somos los que les damos las soluciones en general. Cuando digo somos, estoy hablando del Frente Amplio, del gobierno. Es un tema que antes no se trataba porque era una utopía pensar que ibas a tener solución, se arreglaba de otra manera, buscando a alguien que te diera una tarjetita. Ahora vienen y te plantean un proyecto. Eso es un cambio brutal y fundamental. Por supuesto que con intereses personales o colectivos pero con interés en el acceso a la tierra.
Otro asunto es el vinculado a la comercialización de productos de la granja y compras del Estado.
—¿Ese tema no se terminó de concretar como estaba previsto en cuanto a dar mayor participación a las organizaciones de productores granjeros en las compras del Estado?
—Pero se siguen haciendo, de hecho hay un montón de sectores.
—Eso solo se limitó a compras del Ministerio del Interior.
—Y al Ministerio de Defensa.
—Pero en la Unidad de Adquisiciones del Estado, que opera en la órbita del Ministerio de Economía, no hubo un aumento en sus compras a esas organizaciones.
—Ha habido y ha mejorado. Además, hay algunos puntos incorporados en la Rendición de Cuentas, que empezaron a entrar en vigencia a partir del 1º de enero, que tienen que ver con las compras públicas.
Hay temas vinculados al acceso a la tecnología y al financiamiento. Cómo se resuelven otras cosas que no están en ese ámbito, pero que también hay que estudiar, como lo vinculado al agronegocio.
—A partir de esos planteos, ¿es de esperar que el tema de la política de tierras vuelva a tomar fuerza en el próximo gobierno, en caso de que el Frente ganara las elecciones?
—Nunca dejó de estar. En los tres gobiernos del Frente Amplio hubo una continuidad histórica y fuerte. Pudo haber habido más presencia en la discusión de la sociedad por las características de uno u otro, pero nunca se dejó de comprar y de adjudicar tierras.
—Me refiero a otras medidas adicionales que se intentaron implementar en algunos gobiernos, como la fijación de impuestos a la propiedad de inmuebles rurales en la administración de José Mujica.
—O el fideicomiso para la compra de tierras, que tampoco salió. Pero esas cosas se van a seguir trabajando.
—Aparte de la política de tierras que viene ejecutando Colonización, que comprende la compra y distribución de campos, ¿se pueden evaluar otras medidas, como las que se intentaron?
—O nuevas. Si tenés una demanda insatisfecha de tierras, si tenés una herramienta como el Instituto de Colonización y si tenés un proceso de concentración propio del capitalismo, que se da en la tierra, pero también en los supermercados y en las farmacias, evidentemente tenés que seguir trabajando con ideas novedosas.
Tenés un problema, tenés una demanda y tenés que buscar una solución. Y va a haber, por la misma o por otras nuevas vías. Eso es parte de la discusión que se va a tener que seguir dando.
Evidentemente el estado de situación amerita que sigamos buscando soluciones para el tema del acceso a la tierra.
—Algunos sectores y organizaciones advierten que por más que el gobierno aplicó una política de desarrollo rural, con especial atención en la agricultura familiar, sumada a la acción del INC, el proceso de desaparición de productores agropecuarios continuó y abarcó principalmente a los de menor porte.
—Sí, se siguió dando ese proceso. Y a eso me refería con la concentración de la propiedad que es típica del capitalismo.
Creo que con un montón de medidas logramos desacelerar ese proceso, pero en esta situación se va a seguir dando, porque el sistema te empuja a eso. Sobre todo cuando tenés un agro bastante envejecido, entonces cuando el productor deja su actividad para ocuparse de su tiempo de jubilación, muchas veces termina en una concentración de ese bien.
Y ese tipo de cosas también lo tenemos que poner sobre la mesa, los temas vinculados a la previsión social y a la renovación generacional, que son muy importantes.
No es lo mismo un productor de 30 años con una familia en formación, con todas las ganas y con capacitación tecnológica, que un productor de 70 años que está dejando la producción. No es el mismo ímpetu biológico. Los veteranos son una biblioteca y no tenemos que permitir que se nos prenda fuego.
Necesitamos que haya una polea de transmisión y que la gente joven venga. Todo eso hay que discutirlo y ponerlo en la agenda.
Y también a dónde se va el productor cuando termina su capacidad de producción.
—¿Se tendría que generar algún incentivo para que el joven se quede en el campo?
—Esa es una discusión que tengo con todo el mundo y hasta hay compañeros míos que me han criticado, porque dicen que los jóvenes no se quieren quedar en el campo.
Cada vez que Colonización pone una fracción en ofrecimiento se presentan decenas de aspirantes a colonos. ¡Decenas!
Si el campo es horrible, si producir en el agro es falta de rentabilidad, si todas esas cosas son espantosas, ¿por qué se presentan decenas de jóvenes, medios y veteranos para acceder a una fracción de tierra?
Se puede decir: y bueno, hay alguno que ya tiene tierra y otro que es un aventurero. Pero hay un montón, la mayoría, que son muy buenos aspirantes.
Se está planteando la posibilidad de generar líneas específicas para jóvenes que pretenden acceder a tierras.
—Por lo que dice, ¿se puede interpretar que cuando sale una organización de productores o un movimiento rural a presentar un escenario negativo del agro, eso conspira contra la intención de mantener a los jóvenes en el campo?
—Sí. Es como si les dijera a mis hijos que en la política no hay lealtad, las discusiones son de cuarta, no hay ideas y todo es un concurso de vanidades, entonces es muy difícil que les interese esa actividad.
Si estoy todo el tiempo castigando lo que hago, no lo veo como una actividad altruista, que te da satisfacciones, que te permite crecer y entender la sociedad a la que pertenecés, no le generará interés a nadie.
En la actividad agropecuaria pasa lo mismo. Eso lo hablamos con los productores lecheros, si estamos permanentemente hablando horrible del sector, evidentemente es muy difícil que los tipos se queden.
La sociedad tendría que tener ciertas reivindicaciones, ser maestro es importante, ser docente es importante, ser productor agropecuario es importante, ser investigador también lo es.
Hay una contradicción, porque si todos dicen que vivir del agro es una porquería, entonces cómo se presenta tanta gente a las fracciones de Colonización. Y cómo hacemos para satisfacer esa demanda, es un dulce problema.
—Y para atender el tema de la comercialización de productos de la granja y otros, ¿qué se piensa hacer?
—Es la intermediación no productiva que se queda con el mayor margen.
Ni siquiera sabemos cuánto es el costo de la cadena y en qué se va. Un camionero me decía: un consignatario de ganado gana más que yo que puse US$ 70.000 para comprar el camión. El consignatario se queda con 3% de la comisión y no tiene capital en riesgo.
Una de las cosas que tenemos que hacer dentro de ese decálogo del que hablaba es estudiar detalladamente los costos de las cadenas de valor y dónde se quedan los márgenes. Después podés hacer medidas sobre eso, si no, las hacés al tun tun y al que tiene más lobby. ¿Cuánto cuesta un litro de leche en la industria?, ¿cuánto cuesta la tonelada de arroz en el molino?
El sector primario es muy transparente, se sabe cuánto cuesta un kilo de carne o un litro de leche, pero cuando ya lo cargaste en el camión ahí se te empiezan a perder los costos. Y como siempre la madeja se hace para atrás de lo que se gana, no sé si el sector primario está subsidiando algunas ineficiencias del resto de la cadena.
Para saber si es así, porque es una percepción, puedo estar equivocado, en todo caso es una hipótesis de trabajo, lo que tenemos que hacer es estudiar los procesos de costos de las cadenas de valor.
En ese tipo de cosas tenemos que trabajar.