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    El Mides tiene niveles máximos históricos de hogares que reciben Asignaciones Familiares y Tarjeta Uruguay Social

    El director de Transferencias y Análisis de Datos sostiene que comienza a verse una “modernización” en la forma en que se otorgan las transferencias y una “transformación de la gestión” social, más integral, focalizada y diversificada

    La Dirección de Transferencias y Análisis de Datos es una unidad dentro del Ministerio de Desarrollo Social (Mides) que —además de tener sus funciones propias— permite tener una visión panorámica del despliegue general de políticas de la cartera. El nombre de esta repartición y sus tareas son parte de los cambios que el organismo tuvo durante este período de gobierno de la coalición multicolor.

    Antes era la Dirección de Evaluación y Monitoreo. La nueva denominación se definió en plena pandemia y fue producto de un cambio que ya se había concretado antes por la vía de los hechos: la dependencia había pasado a hacerse cargo de las transferencias monetarias que el Mides otorga a personas que están en situaciones de vulnerabilidad socioeconómica. Esta tarea estaba antes en la órbita de la Dirección de Protección Social.

    El actual director de Transferencias y Monitoreo, Antonio Manzi (Partido Colorado, Ciudadanos), asegura que el cambio “tenía sentido” porque las transferencias “están muy atadas” al trabajo de campo que desarrollaba desde antes la Dirección de Evaluación y Monitoreo para definir si a los solicitantes de estas prestaciones les correspondía o no el beneficio y también a los “sistemas de información” que utilizaba. Además, agrega, con la emergencia sanitaria la Dirección de Protección Social estaba desbordada con la gestión de refugios.

    “Finalmente reestructuramos esto como la Dirección de Transferencias y Análisis de Datos”, resume Manzi.

    El trabajo que sumaron en esa reestructura no es menor. Las transferencias monetarias son el 60% del presupuesto del Mides. Básicamente, están compuestas por tres prestaciones: la Tarjeta Uruguay Social (TUS), las Asignaciones Familiares-Plan de Equidad (Afam) y el programa de Asistencia a la Vejez. Durante la pandemia se sumó a ellas la Canasta de Emergencia, que se discontinuó entre marzo y julio del 2022.

    Mientras las autoridades del Mides promueven una serie de transformaciones que intentan mejorar la “focalización” y “modernizar” los procedimientos, las transferencias muestran niveles máximos históricos. Según los datos cerrados de 2022, hay 213.546 hogares que reciben Afam y 93.434 que utilizan la TUS.

    Desde 2008, cuando empezaron las Afam, y 2011, cuando entró en funcionamiento la TUS, ninguna de las dos transferencias llegó a registros más altos. La tendencia al incremento ya se marcaba antes del cambio de gobierno. En 2019 los hogares Afam eran 193.575 y los TUS 86.425. Los mínimos históricos fueron 145.463 (Afam en 2008) y 64.504 (TUS en 2014).

    Además de las consecuencias económicas de la pandemia en la población vulnerable, un cambio promovido por la actual administración incide particularmente en la cantidad actual de Afam. El Mides decidió en enero de 2022 eliminar el control de tope de ingresos para recibir esa prestación. La medida se basa en la sospecha de que esa condicionante “fomentaba la informalidad”. Para no perder la Afam había quienes subdeclaraban ingresos o preferían tener empleos en negro, sostienen las autoridades ministeriales.

    “Ese cambio fue fundamental. No controlamos los ingresos, solo controlamos las condiciones de vulnerabilidad”, explica Manzi.

    En febrero de 2023 unos 20.000 hogares hubieran superado ese tope y perdido la Afam. Este dato que subraya el jerarca, también fue destacado por el presidente Luis Lacalle Pou en su discurso de rendición de cuentas ante la Asamblea General el 2 de marzo.

    “Vamos a dejar esto un tiempo más y a evaluar la incidencia en la formalidad laboral”, anuncia Manzi, que es economista y magíster en Políticas Públicas.

    Modernización

    Para definir si a una persona le corresponde una Afam o la TUS se toma en cuenta el Índice de Carencias Críticas, una herramienta de medición de la vulnerabilidad socioeconómica con base en distintos indicadores de los hogares (educación, vivienda, confort, composición). Quienes superan el primer umbral del índice acceden a Afam y a quienes superan el segundo les corresponde, además, la tarjeta TUS. Dentro de los beneficiarios TUS, aquellos que están en mayor situación de vulnerabilidad reciben el monto duplicado.

    Los montos que se pagan por Afam varían según los hijos a cargo y si están en educación primaria o media. Según explicó Manzi, la mayoría de ellas no superan los $ 6.000. Las TUS, en tanto, oscilan entre los $ 1.640 y los $ 4.410, y las TUS duplicadas entre $ 3.280 y $ 8.820.

    Manzi sostiene que el Mides está llevando adelante un proceso de “modernización” en la forma en que se otorgan las prestaciones. Uno de los principales cambios será empezar a completar la “declaración de vulnerabilidad social” en el mismo momento en que una persona llega al Mides a solicitar una de estas transferencias. En el sistema de funcionamiento actual, los solicitantes deben esperar a recibir una visita técnica de evaluadores.

    “Desde el primer momento se le va a poder decir al solicitante si es elegible o no. Después, el trabajo de campo va a hacer seguimientos de esas declaraciones juradas y auditorías. Pero se revierte el sistema para que las personas puedan empezar a cobrar en vez de esperar la visita”, contó Manzi.

    El mecanismo se probó en un plan piloto a fines de 2021 en cinco oficinas del ministerio. A los pocos días se controló las declaraciones en visitas técnicas. El jerarca contó que encontraron un nivel de consistencia entre lo declarado y la situación efectiva de entre 80% y 85%. En la mayoría de los casos en los que identificaron diferencias, las personas habían declarado estar en una situación mejor a la que en realidad tenían.

    “Esa evidencia nos dio la confianza de que el margen de error permite hacer el cambio”, afirma. Un algoritmo valorará el nivel de confiabilidad de las declaraciones y a partir de eso se definirán las visitas de control.

    En esta misma línea, el Mides tiene la intención de crear una “ventanilla única”, junto con el Banco de Previsión Social (BPS). A través de ese organismo también se pueden solicitar Afam y se toma la declaración jurada a los solicitantes en el mismo momento en que se acercan al mostrador.

    “Con la ventanilla única nos vamos a acercar a una respuesta realmente integral. Todos los mostradores del BPS y Mides van a funcionar igual y vamos a tener así más de 180 puntos de atención”, anuncia.

    Mientras estas modificaciones no se aplican, el Mides sigue trabajando con los viejos procedimientos y acumula atrasos. Consultado sobre el número actual de visitas pendientes a solicitantes de TUS o Afam, Manzi evita dar una cifra concreta. Sí dice que el atraso ya existía antes del cambio de gobierno: en marzo de 2020 eran 16.000. También reconoce que con la pandemia la lista aumentó, que llegó a duplicarse y que en el último tiempo comenzó a reducirse.

    Foto: Ricardo Antúnez / adhocFOTOS

    Focalización, integración

    La integración es un objetivo que el Mides persigue en varias áreas, cuenta Manzi. En una línea similar a la de la “ventanilla única” con el BPS, menciona otras dos iniciativas. La primera es tener un “perfil único” de las personas que forman parte de sus distintos programas.

    “Antes cada programa les preguntaba a los participantes o postulantes sus datos. Teníamos un montón de información de las personas desperdigada y sin unificación. Cada dirección preguntaba como le convenía”, explica.

    El “perfil único”, añadió Manzi, va a permitir ver la “trazabilidad” de cada persona dentro del Mides y “cómo mejoró o no” su situación. La integración entre las distintas líneas de acción debería acercar a las personas a la autonomía: “Alguien llega por alimentación, luego accede a una transferencia, después a un programa laboral, y así”, ejemplifica.

    El programa laboral Accesos, que sustituyó a Uruguay Trabaja, es en opinión de Manzi un ejemplo de “integración” y de “focalización”. En el rediseño decidieron que, en vez de hacerse una convocatoria abierta y luego un sorteo, fuera para participantes derivados de otros programas de la cartera. Además, la definición de incluir una segunda fase de experiencia laboral en el sector privado —la fase uno es en distintas reparticiones públicas— incrementa el foco en la inserción laboral.

    En 2022 también comenzó a desplegarse una política focalizada en la primera infancia. La franja de 0 a 6 es la que muestra mayores niveles de pobreza (22,5% según las últimas cifras del Instituto Nacional de Estadística). Para intentar mejorar esa situación, en enero de 2022 se comenzó a aplicar el Bono Crianza, una transferencia de $ 2.000 por menor de 0 a 3 en hogares TUS. En paralelo, entre otras iniciativas, el Mides comienza a desplegar técnicos en 23 maternidades públicas del país como parte de un sistema de captación temprana de situaciones de vulnerabilidad.

    “Se va a hacer un diagnóstico social de los niños que nacen en esas maternidades para que se determine ahí si corresponde o no prestaciones”, dijo Manzi.

    Esta política también está atravesada por el objetivo de la “integración”. En ese sentido, el jerarca explicó que crearán un sistema de seguimiento integrado con la Administración de los Servicios de Salud del Estado (ASSE) y el Ministerio de Salud Pública (MSP).

    “La idea es hacer una detección temprana de situaciones de riesgo. Tener toda la información, desde el embarazo hasta los 5 años para definir las mejores políticas de acompañamiento y seguimiento”, explicó

    Transformación en proceso

    Manzi sostiene que en estos años se desarrollaron “cambios conceptuales importantes”. Algunos de ellos todavía no son medibles porque su implementación es reciente.

    En su opinión, el cambio fundamental es “el foco puesto en la búsqueda de la autonomía, en generar herramientas y oportunidades, y no en soluciones que dejen a esa población conectada perpetuamente a las prestaciones del Mides”.

    En segundo término, cree que hay, al pasar raya, diferencias con el perfil de gestión frenteamplista. Asegura que existe una mayor “integralidad” en el funcionamiento interno del Mides y también en la coordinación con otros organismos. También que se “diversificó” la oferta de soluciones en distintas áreas (el martes 14, el ministro Martín Lema inauguró un centro de atención de 24 horas para mujeres con niñas, niños y adolescentes a cargo, que están a punto de lograr “la autonomía plena”, según el ministerio) y que se empiezan a dar pasos que apuntan a “atacar las causas”, con políticas de atención a situaciones de adicción o salud mental.

    “Hay una transformación de la gestión social”, afirma.