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    El Reino Unido evalúa a Uruguay como un “hub en América del Sur”, una “plataforma” desde la que “saltar” hacia la región

    El nuevo embajador británico, Ben-Lyster Binns, indicó que “respeta” que el gobierno uruguayo deba evaluar “otros factores” y “presiones” al definir su política sobre las islas Falkland (Malvinas)

    Antes de viajar a Uruguay, el nuevo embajador del Reino Unido en Montevideo, Ben-Lyster Binns, se reunió con quien hasta hace una semana fue el ministro del Foreign Office (la Cancillería británica) encargado para América Latina. La reunión debía durar unos diez minutos —lo rutinario— pero cuando iniciaron la conversación el ministro empezó a recordar la buena impresión que se llevó durante su visita a Uruguay en 2011: el encuentro duró más de una hora.

    Un mes después de establecido en el país, Binns afirma que coincide con la visión que le transmitió el jerarca del gobierno de David Cameron. Durante una entrevista que mantuvo con Búsqueda en la semana en que presentó sus cartas credenciales al presidente José Mujica, el embajador se refirió a los uruguayos como “cálidos” y “respetuosos” y calificó al país como “exitoso” y con “potencial”.

    Pero, sobre todo, el diplomático evaluó a Uruguay como un “hub en América del Sur”, una especie de “plataforma” o centro de distribución, que ocupa una posición estratégica para “saltar” hacia la región.

    “Es una gran plataforma para saltar a hacer otras cosas, para saltar a Brasil o hacia la región”, afirmó Binns y resaltó que eso es así debido a que el país ofrece “seguridad jurídica”, respeta “el Estado de derecho” y además tiene una “buena estructura de negocios”.

    También sostuvo que la prohibición del gobierno de Mujica al ingreso de barcos con la bandera de las islas Falkland —islas Malvinas— no afectó interés británico alguno. Por su parte, consideró que “respeta” que el Poder Ejecutivo considere otros “factores” y “presiones” a la hora de respaldar el reclamo argentino por la soberanía de las islas en el Atlántico Sur.

    Lo que sigue es un resumen de la entrevista.

    —Acaba de asumir como embajador del Reino Unido en Uruguay, ¿cuáles son sus prioridades para los próximos años?

    —Las prioridades están relacionadas con la agenda que mi ministro de Relaciones Exteriores, William Hague, comenzó a desarrollar hace dos años. Él reconoció que necesitábamos hacer más en América Latina, poner más recursos y hemos hecho eso, en parte a través de la apertura de una nueva embajada en El Salvador. También vamos a abrir una nueva en Paraguay y ya instalamos nuevos consulados en Brasil. Se trata de comprometerse más fuertemente con Latinoamérica. Y yo soy parte de esos esfuerzos. He venido para trabajar duro, para crear una mejor relación con Uruguay, y para hacer todo lo que pueda para incrementar el comercio y las inversiones.

    —¿Qué tan importante es para el Reino Unido la relación con Uruguay en el contexto regional?

    —Es muy importante, porque en primer lugar ambos países comparten una larga lista de valores. Tenemos un lazo histórico muy estrecho. Más allá de eso —porque soy alguien que quiere mirar para adelante todo lo que pueda— digo que hablar de nuestros valores compartidos es hablar de nuestra tradición, de lo que haremos en el futuro y de lo que hacemos hoy en el presente. Y esos valores compartidos están relacionados con la democracia, con el respeto al Estado de derecho, con el respeto a otras personas, a otras culturas y países. Uruguay es muy importante por ejemplo en el escenario multilateral, en el área de derechos humanos, porque tienen la presidencia del Consejo de Derechos Humanos de las Naciones Unidas. Y están haciendo un muy buen trabajo, es una tarea dura, y se debe ser bastante neutral cuando se tiene que balancear y comprometerse. Los derechos humanos no son relativos, son absolutos. Los tienes o no los tienes. No se puede tener un poco de ellos. Uruguay apoya eso, así que tenemos esos valores compartidos.

    En el futuro, espero que tengamos más valores compartidos. Porque mi idea sobre Uruguay es la de un hub en América del Sur. Es un país muy exitoso y es una gran plataforma para saltar a hacer otras cosas, para saltar a Brasil o hacia la región.

    —¿Entonces Uruguay es estratégico para el Reino Unido, para el relacionamiento con la región?

    —Sí. Esto es importante para sí mismo, para su propio mercado y además es importante porque si uno quiere crear relaciones en la región, como negocio le irá muy bien si se basa en el país, donde tiene una buena estructura para los negocios, y luego podría trabajar desde aquí para la región.

    —Dijo que pretende mejorar el caudal de inversiones británicas en el país, y Uruguay ya es receptor de inversiones británicas, por ejemplo hay grandes compañías británicas como British Petroleum que han invertido en la búsqueda de petróleo aquí. ¿Considera que el país ofrece beneficios, al compararlo con sus vecinos, para recibir inversiones británicas?

    —Sí, y el mensaje que llevaré al Reino Unido es que las oportunidades que se obtienen en Uruguay son proporcionales a Uruguay. Para algunas grandes compañías británicas, las oportunidades de inversión no son tan grandes como por ejemplo podrían ser en Brasil. Pero, aun así es una muy buena oportunidad de inversión, de una inversión seria, y el potencial es grande.

    Al hablar de petróleo —hablamos de British Petroleum, de British Gas— creo que hay una enorme oportunidad si se piensa en el escenario completo que se necesita. Es un sector masivo y hay toda una parte de infraestructura que se necesita, un marco de planificación que se necesita para comenzar, está además la etapa de perforación y exploración, y también lo que se hace cuando se obtiene ello. Las fuentes de oportunidades de negocios alrededor del petróleo y del gas son enormes. Uruguay también debe preguntarse: asumiendo que se encuentra gas —y espero que así sea— cómo hará su transformación. Porque si se logra, seguramente conseguirá una suma significativa de dinero. Hay oportunidades para compartir experiencias, de un gobierno con otro, sobre eso.

    La pregunta surgía porque en los últimos meses la Unión Europea tuvo problemas con inversiones en Argentina (relacionados con la expropiación de YPF) y ustedes también tienen diferencias con ese país, por la soberanía de las islas Falkland (por su denominación británica, conocidas en español como islas Malvinas). Uruguay se ha querido diferenciar en el último tiempo de sus vecinos manifestando que el país ofrece “seguridad jurídica”...

    —Cualquier inversor que busque una oportunidad, está buscando primero el área financiera, si habrá un lucro en lo que haga. Luego mirará la seguridad jurídica y si correrá algún riesgo. En ese aspecto, Uruguay es extremadamente fuerte. Mi trabajo es hacer que ese mensaje llegue a la gente en el Reino Unido.

    —Usted dijo que el Reino Unido ha tenido siempre una relación estrecha con Uruguay. Pero en los últimos meses el país ha ejercido un rol de liderazgo en la defensa del reclamo argentino por la soberanía de las islas en el Atlántico Sur. ¿Esto cambió en algún punto la evaluación que el Foreign Office realiza sobre la relación con Uruguay?

    —No creo que haya cambiado la evaluación porque tenemos muchas otras cosas que compartimos. Esa es un área en la que estoy interesado de continuar explicando al gobierno de Uruguay cuál es la realidad con las islas Falkland. Porque para mí, se trata de una comunidad con gente que existe, que vive y trabaja allí. Y que tienen el derecho de estar allí. Tienen derecho a un futuro económico que significa que se les debe permitir hacer negocios, exportar legalmente lo que ellos quieran. La región debería respetar la realidad en las islas y ser pragmáticos sobre ello.

    —En diciembre de 2011 hubo un problema con un barco que intentó llegar al puerto de Montevideo con la bandera de las islas Falkland. A partir de ese momento, el gobierno del presidente Mujica decidió impedir el ingreso de barcos con esa bandera a puertos uruguayos. ¿Cree que el gobierno no entiende la posición del Reino Unido?

    —El gobierno uruguayo sí entiende nuestra posición, porque la hemos explicado muy bien. Pero su posicionamiento ya está establecido. Y ciertamente yo respeto que hayan otros aspectos, otros factores en los que tengan que pensar sobre cómo deciden su política. Y puedo ver que tienen otras presiones que deben considerar al mismo tiempo. Pero sí creo que es una lástima que los pasos dados puedan ponerse por delante de la gente de las islas y su posibilidad de tener un futuro en materia económica. Sus barcos deberían estar habilitados a venir a estos puertos. Fue algo de lo que hablamos con el gobierno uruguayo, pero nos encontramos con esa resolución, así que ahora esos barcos con bandera de las islas no pueden entrar, pero pueden venir con la bandera británica. Al final llegamos a una solución aceptable para todos, pero es importante continuar hablando con mucho cuidado con las autoridades aquí, para no tener más confusiones, errores o nada que haga más complicada una situación ya innecesariamente complicada.

    —Entonces, ¿los intereses británicos no han sido afectados o perjudicados?

    —Fundamentalmente eso es correcto. Nuestros intereses son los mismos y esos barcos pueden entrar con la otra bandera.

    —En las próximas semanas habrá una reunión de ministros de Defensa del Atlántico Sur donde se discutirán asuntos de defensa de la región y, según se ha informado, se discutirá dar impulso a una zona “libre de colonialismos”, en alusión al Reino Unido. De hecho, cada vez que se informa de la llegada de un nuevo barco o elemento de defensa a la región, esto genera resquemor en la región. ¿Son infundados esos temores?

    —Sí. La lástima es que todo el debate sobre militarización de la zona no ayuda, porque desde la visión del Reino Unido tenemos la misma postura de defensa y misma actividad de defensa desde hace 30 años. No ha cambiado en absoluto. No es que de repente ahora algo es diferente. Es la misma estrategia que hemos tenido por 30 años, más allá de que tengamos un barco nuevo.

    “Si el Mercosur cambia políticamente, entonces es más difícil para la Unión Europea” lograr acuerdos

    — Antes de terminar su misión en Uruguay al frente de la delegación de la Unión Europea, el embajador Geoffrey Barret sugirió al gobierno y al país que “no se olvide de Europa”. ¿Cree que el proceso de integración latinoamericana ha modificado la visión que tiene la región de la Unión Europea y específicamente de su país?

    — Creo que en términos de ambición, no. Todos compartimos la ambición. La ambición de tener una relación más cercana, en particular entre la Unión Europea y el Mercosur es la correcta. Creo que lo que usualmente dificulta es la complejidad de cómo se logra eso. La Unión Europea está intentando continuar discutiendo los vínculos con el Mercosur (ambos bloques negocian un Tratado de Libre Comercio). Pero la Unión Europea tiene un enfoque muy estricto sobre este tipo de acuerdos, que tiene que ver con capítulos y detalles técnicos.

    Todos esos criterios estrictos deben ser conversados, discutidos y acordados. Y si se rompen por alguna razón, o si algo cambia en el Mercosur, entonces la discusión se vuelve más compleja, más difícil y más larga. Yo creo que esa es la dificultad. Tal vez ha cambiado, no he estado aquí lo suficiente como para saber exactamente hacia dónde está yendo el Mercosur. Es un área de libre comercio. Pero la pregunta es ¿qué tan libre es el comercio en el Mercosur? Y está cambiando en otras formas también, y creo que si el Mercosur cambia políticamente, entonces es más difícil para la Unión Europea trabajar duro para llegar a acuerdos.

    Política
    2012-09-13T00:00:00