“Posicionados hoy luego de 3 o 4 licitaciones de Fonterra, la baja a los U$S 4.000 ya se produjo y ahora hay que pensar que quizás los precios podrían ajustarse algo más”.
Sin embargo, este especialista dijo a Campo que personalmente duda de que bajen “mucho” más “porque hoy hay otro factor que limita que son los costos de producción. Hoy las zonas del mundo más competitivas en producción de leche son en primer lugar nuestra región (Uruguay, Argentina, Chile) y en segundo lugar Australia y básicamente Nueva Zelanda.
Estos países, explicó, hoy están produciendo leche con un costo de U$S 0,32 o U$S 0,33 y hasta U$S 0,40, “por lo cual con un valor de la leche en polvo muy por debajo de los U$S 3.800 o U$S 3.600 no cubrirían los costos de producción y por lo tanto, de darse, debería ser por un corto lapso, porque de lo contrario se entraría en un período de desabastecimiento muy rápido en lo que respecta a la oferta”.
Sostuvo que “en realidad, lo esperable es que los precios ajusten a la baja y esto también nuevamente termine generando una situación donde determinados países van a ver comprometidos sus márgenes por los niveles de precios y eso volverá a ajustar la oferta”.
Costos de producción
El secretario ejecutivo del Inale entiende que “lo interesante es ver cómo nuestra producción está preparada para, primero, seguir siendo tan competitiva como es hoy en producción de leche y además, pasar momentos de crisis de precios que terminan generando impacto a nivel de márgenes”.
Explicó que el costo de producción de Uruguay está en el orden de los U$S 0,33 o U$S 0,34 y con estos guarismos estamos entre los más competitivos del mundo, seguidos de Nueva Zelanda y Australia, con costos de entre U$S 0,36 y los U$S 0,40.
Pero Bagnato alertó que ese es el “costo real”, y que “para mantener o incrementar el nivel de productividad que tienen, es necesario realizar inversiones y eso no está considerado en ese número”.
Es decir, cuando se habla de una leche en polvo de unos U$S 3.800, que podrían transferirse a unos entre U$S 0,35 y U$S 0,38, termina generando un efecto de ajuste sobre lo que es el costo, pero no estaría cubriendo las inversiones, por lo cual se entraría en “una especie de crisis”.
Al igual que en el resto de las producciones, el incremento de los costos es una espada de Damocles . Hoy, con un valor de U$S 4.000 por tonelada de leche en polvo y un costo de U$S 0,33 por litro, el negocio es más ajustado que por ejemplo en el año 2002, cuando Uruguay producía leche a U$S 0,8 y se pagaba U$S 8 o U$S 9, por lo cual una leche en polvo a U$S 1.500 era un muy buen negocio. Es por esto que “cuando muchas veces se habla de precios históricamente altos, también hay que acompañarlo de costos históricamente altos”, sostuvo Bagnato.
Afirmó que “si la leche en polvo cae a U$S 3.600, por el período en que se mantenga ese nivel de precios la situación empieza a ser problemática”.
Un descenso en las inversiones podría impactar directamente en la productividad y rentabilidad de los tambos. “Lo ideal sería que no se desarmara el sistema o se dejasen de hacer inversiones frente a un período de algunos meses de márgenes bajos, porque seguramente si se logra mantenerlos, cuando los precios altos vengan los van a poder captar en mayor nivel que si desarman el sistema”.
Para Bagnato, el sector “necesita” contar con esquemas de financiamiento muy fuertes “que permitan pasar momentos como este, que quizás se puedan venir con situaciones de márgenes más bajos”, y que habiliten a realizar las inversiones en nuestros sistemas de producción, “para que cuando vengan los precios como en 2013, cuando el productor uruguayo cobró arriba de los U$S 0,40 todo el año y en muchos momentos U$S 0,45 o U$S 0,46, precios históricamente altos, eso les permita captar ese margen y seguir creciendo en el sector”.
La rentabilidad promedio de los tambos en los últimos años por las referencias de Fucrea y las carpetas de Conaprole, ha sido del orden de U$S 100 o U$S 200 por hectárea en los años más críticos y hubo años mejores, donde los valores estuvieron mucho más cerca de los U$S 500 por hectárea por año. Entre esos valores —dijo Bagnato— hay predios que en momentos de crisis ganan U$S 250/ha y otros que pierden plata y también hay situaciones que en años muy buenos ganan 700/800 por ha pero que “tienen un nivel de inversión continua que les permite lograr esos guarismos”.
La oferta de leche superó la demanda
Bagnato sostiene que para entender lo que está sucediendo hoy es necesario pararse primero en los años 2012/2013. Dijo que en 2012 los precios de los lácteos en el mercado internacional venían cayendo y eso estaba generando un nivel de problemas de márgenes en las lecherías en general. 2011 había sido un muy buen año, con relaciones de precios favorables para el productor (precio lácteos-precio granos). Recordó que en 2008/2009 hubo una situación muy mala pero que a partir de 2009 a 2011 se dio un proceso de crecimiento y que luego en 2012 los precios venían ajustando a la baja “en un ciclo normal”, donde la leche en polvo llegó a tocar los U$S 2.500 por tonelada. A esto, dijo Bagnato, se le sumó una sequía muy importante en Estados Unidos que generó un impacto en la cosecha de maíz y que terminó incidiendo en los costos de producción de los sistemas lecheros de esta región. Esto “le pegó” al primer productor de leche del mundo y al tercer exportador de lácteos del mundo.
Para definir el panorama, el ejecutivo señaló que a principios de 2013 se dio una sequía muy importante en Nueva Zelanda que terminó “generando efectos gravísimos en los sistemas de producción lechera en el primer exportador de lácteos del mundo”.
Para Bagnato, “toda esta situación terminó definiendo un escenario para el comercio mundial de una oferta restringida, ante una demanda que venía creciendo constantemente, sobre todo desde China, un jugador que en los últimos años ha pasado a ser el primer importador de lácteos del mundo”. China pasó de importar 50.000 toneladas de leche en polvo en 2008 a más de 600.000 en 2013.
Junto al crecimiento de China actuaron también Rusia y otros países asiáticos que configuraron una situación de una demanda en crecimiento, incluso más alta de lo esperado, combinado con una oferta en caída.
Señaló Bagnato que se terminó llevando a que “prácticamente durante todo 2013 los precios de los lácteos fueron históricamente altos y además, estables”. Indicó que esta situación no se había dado nunca, “porque históricamente, por ejemplo en 2007, los precios de los lácteos habían hecho un serrucho y estuvieron en valores muy elevados pero no se mantenían durante mucho tiempo. En 2008 llegaron a estar en U$S 5.000, pero se derrumbó muy rápido y eso terminó generando un alto impacto en la lechería”.
Los precios históricos de la leche en polvo se ubican entre U$S 1.500 a U$S 2.000 por tonelada hasta que comienza el proceso de suba de todos loscommodities a partir de 2007.
Bagnato explicó que el hecho de un 2013 con precios muy elevados y estables, donde prácticamente durante 9 meses la leche en polvo se mantuvo en los U$S 5.000 “como una tabla”, sumado a una situación de cosechas récord de maíz en Estados Unidos, terminó configurando una situación de crecimiento global de la oferta. “Todos los países exportadores se pusieron a producir leche y generaron importantes saldos exportables”, provocando la situación que se enfrenta actualmente, cuando el crecimiento de la oferta, del orden del 3 %, terminó superando una demanda que crece anualmente entre un 2 % y un 2,5 %.
Demanda por lácteos seguirá creciendo, pero a un ritmo “algo más lento”
La demanda por productos lácteos continuará creciendo, pero a un ritmo “algo más lento” del que traía hasta ahora, dijo a Campo el especialista Gabriel Bagnato.
“La demanda va a crecer, seguramente lo haga menos, es decir puede haber un decrecimiento en la tasa de aumento”, afirmó.
El secretario ejecutivo del Inale estimó que además de China, que continuará creciendo, y Rusia, “que es un actor interesante” en la demanda de leche en polvo, se estima que “muchos países que durante 2013 no entraron al mercado por los precios elevados y por lo tanto están con inventarios muy deprimidos”, frente a un ajuste de precios como el que se viene dando “podrían generar un aumento de demanda ingresando al mercado a consumir estos lácteos a niveles de precios más accesibles”.
Por el lado de Brasil, que ha sido siempre el primer o segundo consumidor de nuestros lácteos, no venía teniendo una participación muy alta y “recién aparece en el mes de marzo en las importaciones”.
Bagnato entiende que Brasil “normalmente ha tenido un crecimiento muy elevado en su producción interna y prácticamente es un país de autosuficiencia en producción y consumo”, pero aclaró que lo que sí tiene este país “son períodos de zafra y poszafra y generalmente cuando necesita importar volúmenes de leche de Uruguay es porque está en un momento en que su producción no es muy importante”. También agregó que “la situación económica de Brasil, que fue muy buena en los años pasados, generó una dinámica muy alta en el consumo de lácteos que lo convirtió en deficitario, cuando en 2008 había sido un exportador neto”.
Explicó que cuando Uruguay entra en Venezuela, con precios más altos, la industria “desvía” mucho con ese destino y que en los últimos años, “desvía” también hacia China, que se ha convertido en el 2° destino en los dos primeros meses de este año (en 2013 terminó como 4° destino).
Bagnato afirmó que nuestra industria está haciendo una apuesta muy fuerte al ingreso al mercado chino, “que va a ser el gran demandante de productos lácteos a escala mundial”.
China se mantiene aún con un consumo muy bajo, del orden de los 24 litros per cápita, mientras que en Uruguay el consumo es de 250 litros de leche equivalente per cápita y por año, “por lo cual el potencial es impresionante y más aún teniendo en cuenta los planes sociales infantiles, en las escuelas y en los primeros años de vida de los niños”, lo que hace que se posicione como un mercado de crecimiento “que es inagotable, por lo menos en los próximos años”.