El aumento de tarifas amenaza seguir acelerando la inflación; el gobierno planea frenar crédito al consumo como nueva medida

Esta semana, luego de conocido ese incremento que superó hasta las previsiones más pesimistas, varios representantes del gobierno se refirieron al tema y dieron a entender que seguirán aplicándose medidas para el combate de la inflación por parte del sector público.

De hecho, fue para no generar inflación que en los últimos años se han postergado casi todos los aumentos de tarifas públicas, que en promedio vienen descendiendo en términos reales —descontando el efecto del nivel general de precios— desde hace seis años. En 2012 el descenso fue de 2,2% según el Índice de Tarifas calculado por Búsqueda. La contracara es un mayor déficit fiscal, otra fuente de preocupación para las autoridades.

“Problema principal”.

El aumento del IPC de enero de 1,9% se explica principalmente por dos factores que justificaron 1,4 puntos de esa variación mensual. Por un lado la suba del precio medio de la energía eléctrica (24%) y por otro el encarecimiento de los alimentos y bebidas (1,6%).

Es que el precio de la energía eléctrica había sido el que había propiciado la baja tan abrupta del IPC en diciembre a partir del plan “UTE Premia”, que realizó descuentos en sus facturas a más de un millón de clientes. Pero obviamente en enero ese rubro aumentó intensamente cuando las nuevas facturas llegaron a ese millón de hogares con el valor normal, sin el “premio” de diciembre.

Al mismo tiempo, el acuerdo con supermercados para congelar y rebajar algunos productos de consumo venció al cierre de 2012, y los precios recuperaron el terreno perdido ese mes.

Actualmente el registro de inflación anual (12 meses cerrado a enero) es 8,7%, lo que se encuentra muy por encima del rango entre 4% y 6% que el gobierno tiene como objetivo.

Ese incumplimiento de la meta (que fue constante prácticamente desde que se fijó) genera incomodidad en los mandos más altos del gobierno. Astori expresó el martes 5 a la prensa su “preocupación” por “el principal problema macroeconómico del país”, que requiere “un combate permanente” de parte del gobierno.

Sin embargo, Mujica puso paños fríos a la situación: “Con la inflación no pasa nada. Yo me crié en un país que tenía una inflación del 70 u 80%”, expresó confiado el miércoles en el Palacio Legislativo ante la consulta de los periodistas.

Por otra parte, el gobierno no descarta seguir promoviendo medidas, aunque distintas a las de efecto “puntual” que aplicó en diciembre y más enfocadas a lo “estructural”. Eso dijo el jefe de la Asesoría Macroeconómica del Ministerio de Economía y Finanzas (MEF), Andrés Masoller, a radio Carve el martes 5. Según explicó hay una “preocupación grande” respecto a la inflación de los próximos meses y por lo tanto desde el gobierno planean acciones relacionadas con “la política fiscal, de ingresos, salarial, de tarifas públicas”, entre otras.

En ese sentido, Masoller comentó que se ha “discutido” con el Banco República la medida de “limitar el crecimiento del crédito al consumo” con el “objetivo” de que “no haya crecimiento real” de esos préstamos en 2013. Con ello se espera que la demanda agregada no se expanda tan rápido y de esa manera presione menos sobre la inflación.

También desde el PIT-CNT se refirieron al tema y propusieron en un comunicado fechado el martes 5 “aplazar” el aumento de la tarifa de electricidad de 5,6% que está dispuesto, para febrero. El gremio sostiene además, que la meta de inflación “no se condice con la realidad” y propone modificarla.

El panorama para febrero no es el mejor. Además del encarecimiento de la tarifa de UTE, el agua corriente suministrada por OSE aumentará 3%. Estos dos servicios son el 6% del consumo de un hogar promedio uruguayo, según el Instituto Nacional de Estadística.

Tarifas.

En los últimos años las tarifas públicas han estado en general al servicio del combate a la inflación, por lo que los aumentos fueron menores a los necesarios para preservar las finanzas de los entes. De hecho, el Índice de Tarifas calculado por Búsqueda —que pondera la variación de los precios a partir del peso en la canasta de consumo del IPC— disminuyó todos los años desde 2007.

Con ese desempeño, en los tres años de gobierno de Mujica las tarifas cayeron en promedio 1,8%. Durante el período de gobierno anterior habían bajado 1,5% y fue durante la administración colorada desde 2000 a 2004 el último lapso en que se incrementaron, en promedio 4,9% real anual.

Durante la década de 1990, en la primera mitad descendieron 2% y en la segunda mitad aumentaron 0,8%. El primer gobierno después de la dictadura también las disminuyó en promedio un 1,5% real.

Es que el manejo de las tarifas implica decidir entre la inflación o el déficit fiscal.

Cuando se mantienen bajas, las empresas públicas perciben menos ingresos y arrojan mayores pérdidas que terminan por engrosar el déficit. En contrapartida, al aumentar los precios de esos servicios se genera un aumento del nivel general de precios, ya que esos servicios representan el 11% de la canasta de consumo relevada para medir el IPC.