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Con un aumento de los egresos producto de un incremento real de las jubilaciones y una leve caída en la cantidad de empleos formales, el Banco de Previsión Social (BPS) registró un déficit de casi US$ 582 millones el año pasado. Su directorio aprobó el balance, el miércoles 4, con el voto contrario de la representación empresarial.
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En el ejercicio pasado los ingresos por contribuciones de empresas y trabajadores a la seguridad social representaron casi US$ 3.340 millones, a la vez que el banco recibió casi US$ 87 millones en concepto de “otros ingresos”.
Mientras, los egresos por jubilaciones ascendieron a US$ 6.115 millones y tuvo gastos administrativos por US$ 162 millones.
Además de los aportes patronales y personales, al BPS se vuelca parte del Impuesto al Valor Agregado, así como la totalidad del Impuesto de Asistencia a la Seguridad Social y una porción de la recaudación de Loterías y Quinielas. Todo esto significó para el organismo previsional un ingreso de US$ 2.324 millones.
“Fue una fotocopia” de 2016, interpretó el vicepresidente de la institución, Gabriel Lagomarsino, consultado por Búsqueda.
“Hubo un crecimiento de las pasividades por un factor coyuntural que no se da siempre, que es que crecieron en términos reales por encima del salario a causa de la baja de la inflación. Pero también aumentaron los ingresos por impuestos afectados”, analizó.
El jerarca destacó que la asistencia que se recibe de Rentas Generales se mantiene por debajo del 2% del Producto Bruto Interno (PBI), algo que, estimó, sucederá “por varias décadas más”. “Para este año seguramente la asistencia disminuya. En parte porque el fenómeno de que las jubilaciones sean mayores que el salario real no va a estar, según la estimación de los analistas de una inflación más alta que el año pasado. Además, se está suavizando el impacto de la ley de flexibilización (de las jubilaciones) de 2008, que hizo tener más beneficiarios porque revirtió un escenario en el que se estaba perdiendo cobertura”, comentó el jerarca.
“Fotocopia”.
El déficit de 2017 resultó menor al que el BPS había presupuestado (US$ 630 millones) aunque aumentó respecto al ejercicio anterior, que fue de US$ 444 millones.
El déficit de 2017 resultó menor al que el BPS había presupuestado (US$ 630 millones) aunque aumentó respecto al ejercicio anterior, que fue de US$ 444 millones
“Con un crecimiento del PBI pero un mercado laboral poco dinámico, los números (del balance) no nos sorprendieron. El déficit tiene una trayectoria controlada, lo que no implica no estar atentos. Hay evoluciones demográficas y laborales que pueden ser planificadas. Los cambios deben ser anticipatorios, progresivos, no violentos y para eso hay que pensar si en 2050 está bien que quede todo como está o si hay que introducir modificaciones paulatinas”, opinó Lagomarsino.
Destacó también que el crecimiento de los egresos por jubilaciones se “compensó” por la caída en términos reales que mostraron las prestaciones por actividad. Los pagos de subsidios por desempleo bajaron 3,3%, y de forma similar lo hicieron los seguros por enfermedad (3,9%) y maternidad (3,25%). En cambio, aumentaron las prestaciones para lentes y prótesis. Además, apuntó el jerarca, se mantiene una cifra “estable” de cotizantes (puestos de trabajo con aportes); la baja rondó el 1%.