En el gobierno del Dr. Tabaré Vázquez fue muy comentado el episodio del convenio comercial con EEUU, tren que dejamos pasar sin subirnos.
En el gobierno del Dr. Tabaré Vázquez fue muy comentado el episodio del convenio comercial con EEUU, tren que dejamos pasar sin subirnos.
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En caso de que tengas dudas o consultas podés escribir a [email protected] contactarte por WhatsApp acáEn Uruguay dejamos pasar muchos trenes. Todo el dinero que nos entró en la II Guerra Mundial lo gastamos en vivir mejor, cortoplacistas, sin crear industrias y servicios de productos exportables.
La guerra de Corea fue otro tren que dejamos pasar. De nuevo tuvimos importantes ingresos por venta de productos alimenticios que de nuevo malgastamos.
Hoy está pasando otro tren, este bastante más largo pero ya la máquina y la mayoría de los vagones pasaron, todavía podemos agarrar la cola y empezar a adelantarnos desde adentro.
Cuando se tienen problemas, la forma de enfocarlos es tomar los importantes, poner foco en ellos y resolverlos. Los menores se irán resolviendo de a poco o en muchos casos se resolverán cuando resolvamos los primeros.
Me imagino que nadie tiene dudas de que en el país existen dos problemas enormes: seguridad y educación.
Leyendo el artículo de Claudio Paolillo en Búsqueda del 17 de enero uno queda aterrorizado de que también perdamos el tren de la educación, que seguramente nos atrasará a niveles impensados unas pocas décadas atrás.
El presidente Mujica ha mostrado ser muy consciente de la importancia de la educación cuando en el Conrad de Punta del Este dijo que los problemas más importantes de Uruguay eran la educación, la educación y la educación. Si tenemos un presidente que tiene tan claras las ideas de lo que necesita el país, los uruguayos debemos exigirle que encare el tema con determinación.
Lo que se gaste en un nuevo sistema educativo será una inversión imprescindible para enfrentar el futuro con chances de éxito.
Si el problema son los sindicatos que no lo dejan incursionar en el tema para hacer todos los cambios necesarios, el presidente en este rubro ya recibió un buen consejo: informe al pueblo lo que está haciendo, venda las bondades del proyecto y la sociedad se encargará de poner en su lugar al sindicato.
Si usted, como presidente de la República, está convencido de que el gran problema que tiene el país es la educación, tiene la obligación de poner en marcha planes para resolverlo. Por supuesto, tendrá que convencer a su partido o a parte de él y necesitará hacer acuerdos con la oposición. ¿Alguien puede pensar que esa será una tarea imposible para solucionar un tema que la gran mayoría de la población dice que es imprescindible arreglar?
Si el problema son algunos sectores del partido que lo llevó a la Presidencia, de existir un buen proyecto no tengo dudas de que no solamente lo terminarán apoyando sino que finalmente lo acompañarán y no tengo dudas de que la oposición lo votará mayoritariamente.
Si tenemos que vivir entre la basura, si tenemos que pagar impuestos para dar asistencialismo, si tenemos que vivir encerrados como en una cárcel, hagámoslo, pero lo que no podemos permitir es que sectores interesados en su bienestar personal no permitan encarar el tema que usted considera que es una prioridad nacional.
Ya el pueblo les pasó factura a los partidos tradicionales por no hacer los cambios que los tiempos modernos requerían; no veo por qué al Frente no le va a pasar lo mismo.
Yo sé que ejercer el poder no es fácil pero cuando algo es tan determinante hay que saber jugarse, y tener mucha edad y estar cansado no es una excusa para no pelear y llevar adelante lo que me imagino fueron sus ideales en el momento en que decidió salir a pelear para tener un país mejor.
Este es un problema de todos los uruguayos, tenemos la ventaja que el presidente es consciente del problema y tiene el poder para tomar la iniciativa en forma inmediata. Considero que la manera de ayudarlo es exigirle que comience ya el proceso de cambio.
Todos los días, políticos, periodistas, intelectuales, hablan o escriben sobre el tema sin que pase nada. Cuando eso ocurre es obligación de los actores sociales promover acciones para ayudar a que las personas que tienen la capacidad de ejecutar, lo hagan. Tenemos que comenzar a hacer actos públicos exigiendo que se encare este tema con seriedad y urgencia.
Se necesita que los partidos políticos, incluso los sectores del gobierno que creen en la necesidad de encarar un nuevo proyecto de educación en forma seria, tomen la iniciativa y comiencen acciones que movilicen fuerzas que promuevan ese cambio imprescindible en forma inmediata.
Al presidente hay que recordarle que los políticos no son recordados por lo que dicen sino por lo que hacen.
Atentamente,
Wilmer Gueçaimburu
CI 653.601-5