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En caso de que tengas dudas o consultas podés escribir a [email protected] contactarte por WhatsApp acáSiguiendo el desarrollo de las elecciones en Argentina, se puede confirmar que en el país vecino las alianzas electorales son tomadas con madurez. La oposición, sabedora de la fortaleza que ha tenido de un tiempo a esta parte el partido de gobierno a través de la enorme maquinaria de poder montada, dialogó, buscó acuerdos y armó una alianza electoral potente que puede arrebatarle el poder a la fuerza gobernante.
En el Uruguay del siglo XXI, a la oposición le sigue costando armar un bloque que genere esperanzas. Al son del famoso Antón pirulero, cada cual atiende su juego.
Así, los partidos fundacionales se miran su ombligo y los sectores pelean entre sí por las mayorías partidarias y hasta a veces se tiran dardos venenosos de partido a partido. No asumen que están en un mismo bloque, enfrentados a una coalición política que es hegemónica y que ha montado una topadora de poder y maquinaria clientelar nunca antes vista. El botón reciente de la larga muestra lo exhibió la propia presidenta del Frente Amplio, Mónica Xavier, que puso en la mesa el tema de la propiedad privada al compás de los proyectos de reforma constitucional que estudian para que la Carta Magna sea a su medida.
Mientras tanto, los partidos fundacionales siguen andando por la vida con la cabeza en el pasado. El Frente Amplio en eso los pelotea.
Desde mediados del siglo XX, los partidos que eran llamados de ideas nucleados en la izquierda empezaron a armar el frente opositor al poder político y electoral que ostentaban los partidos fundacionales; hoy el Frente Amplio gobierna con mayorías, como hemos escrito es hegemónico y no les tiembla el pulso para dañar las instituciones republicanas e ir más allá.
Mientras, la oposición discute entelequias. Y no es que no existan diferencias. Las hubo, las hay y las habrá.
Pero hay una responsabilidad histórica mayor que es engrandecer la tradición liberal y republicana del Uruguay. La oposición tiene el deber y la responsabilidad de armar un frente opositor coordinado.
Con la madurez que requieren los acuerdos y las alianzas electorales. Interpretar a la gente, pensar y no ser dogmático suma y no quita ni ideales ni valores hacia futuro.
Estamos cansados de escuchar como un reproche adolescente que en el Frente Amplio coexisten el gobierno y la oposición. No es nuevo y da resultado; por eso han emulado al peronismo al que son casi idénticos.
Es una gran virtud de la fuerza gobernante y es un gran fracaso de los opositores.
No será con la receta de Antón pirulero donde cada uno atiende su juego que se podrá cambiar la realidad. En todo caso urge que la oposición cambie su estrategia.
Que nadie se asuste, no es una propuesta para llevar el Partido de la Concertación a nivel nacional. Es un intento por poner arriba de la mesa la idea de que los partidos opositores actúen como un bloque común coordinando acciones políticas y comunicacionales y elaboren una estrategia a los efectos de que la ciudadana empiece a ver, lejos de los tiempos electorales, que pueden ser una alternativa real de gobierno.
La última elección la ganó nuevamente el Frente Amplio con mayorías a pesar de las disputas internas entre la izquierda caviar y la chabacana; a pesar del descarado clientelismo; del vergonzoso cierre de PLUNA; de dejar a ANCAP patas para arriba con un déficit histórico; de que hubo jerarcas procesados y han negado todas las comisiones investigadoras; de poner lo político por encima de lo jurídico como si fuera una gracia; y se podría seguir.
Claro, les soplaba el viento a favor y encararon la campaña electoral ocultando datos a la ciudadanía.
Pero ahora se va a terminar el viento a favor y van a aparecer al máximo los problemas y las diferencias y posiblemente la gente empiece a buscar otros horizontes.
Pero buscará una alternativa en la oposición si se muestra seria, preparada, que en estos cinco años demuestre que está capacitada para gobernar porque fue madura para coordinar desde la oposición; de lo contrario, buscará nuevamente la alternativa en algún recorte de la colcha de retazos que nos gobierna y hace oposición a la vez.
Luis Hierro Freigedo