Nº 2231 - 29 de Junio al 5 de Julio de 2023
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En caso de que tengas dudas o consultas podés escribir a [email protected] contactarte por WhatsApp acáMuchos episodios serían distintos con el diario del lunes. De haberla repetido tanto, esa es una verdad indiscutible. El diario del lunes da la suficiente distancia como para poder ver con más claridad el bosque y alejarse del árbol, y además incluye la solución de aquellos problemas que al vivirlos parecen casi imposibles de descifrar.
Allí, en un solo párrafo, se encuentran varios lugares comunes al sistema político uruguayo. No debe de haber ningún dirigente partidario que en algún momento de su carrera no haya recurrido a justificar algo con el diario del lunes. Tampoco lo hay que, al tratar de explicar alguna de sus ideas, no se haya referido a la imagen del árbol y el bosque. Es lógico que así sea. Ambas metáforas son muy claras y ayudan mucho a la comprensión.
Un comentario aparte merece que el elemento utilizado en el primer caso sea “el diario”, como un objeto de credibilidad absoluta. En momentos en los que avanzan las redes sociales y muchos optan por ellas para tratar de informarse, la verdad sigue estando atribuida a los medios tradicionales de comunicación. También es lógico que eso ocurra, además de ser una muy buena señal de la salud actual del periodismo.
El problema es que una vez sumergidos en los debates diarios y más todavía cuando se acercan las elecciones y manda la campaña electoral, casi ninguno de los políticos que utiliza esas metáforas realmente las incorpora en sus acciones. El diario del lunes queda solo como eso: el diario del lunes. Ideal y lejano. Nadie se detiene a pensar antes un poco en cuál puede ser su principal titular o su contenido. Lo mismo con el bosque. Todos saben que está ahí, pero para la mayoría es más efectivo y redituable en votos concentrarse en derribar o trepar un solo árbol.
Para ser más claro: ¿qué diría el diario del lunes de algunos de los principales debates que se están dando o se dieron en estos días? ¿Cuánto bosque hay realmente alrededor del árbol ese que los focos iluminan y por el que todos se pelean?
En respuesta, se pueden usar dos ejemplos, uno más puntual y efímero, y el otro más general y duradero. Los dos referidos a uno de los temas más importantes del momento: la escasez de agua.
El primero es toda la polémica generada en torno al supuesto fondo no reembolsable que el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) podría brindar a la Intendencia de Montevideo para financiar la compra de agua potable a algunas familias de bajos recursos. El epicentro de ese virulento intercambio tuvo lugar la semana pasada, lo que ayuda a poder analizarlo sin la contaminación del ruido del fuego cruzado que se produce en el momento. Siete días es una distancia suficiente como para poder realizar algunas constataciones, llegar a algunas conclusiones y deslizar algunas advertencias.
Con el diario del lunes, el episodio en torno al BID fue totalmente sobredimensionado y probablemente innecesario. Lo que muestra ese diario es que el dinero en juego no era demasiado elevado y que los argumentos de los dos lados fueron verosímiles. Sin embargo, el enfrentamiento se pareció bastante a un duelo entre vida y muerte. Tanto de un lado como del otro festejaban cada una de las salidas públicas como si fueran golpes de gracia a los adversarios.
El diario del lunes, ese que no tuvieron en cuenta los protagonistas y tampoco muchos de los que los estaban escuchando, muestra una correlación de hechos distinta. La intendenta de Montevideo, Carolina Cosse, tuvo un encuentro en un viaje al exterior con uno de los principales jerarcas del BID y allí conversó sobre la crisis hídrica en Uruguay y la posibilidad de que ese organismo colabore. A partir de ese diálogo, solicitó autorización al Ministerio de Economía para encabezar las tratativas y esa secretaría de Estado le aclaró que las gestiones con los organismos internacionales de crédito en ese tipo de temáticas corresponden al Poder Ejecutivo.
Cosse vio la oportunidad de ruido mediático que le podía ofrecer esa respuesta y se expuso públicamente como víctima. Dijo estar indignada primero y luego azorada ante la reacción del gobierno, que negó esa tranca denunciada por la intendenta de Montevideo. Luego apareció una carta del BID en la que deja claro y por escrito que no hay ningún tipo de préstamo ni fondo no reembolsable gestionado. El oficialismo aprovechó ese escenario para subirse arriba y hacer toda una puesta en escena en contra de Cosse. La respuesta de la intendenta fue que es obvio que no hay nada que se esté gestionando, pero el motivo de esa ausencia es la negativa del Ministerio de Economía.
Parecía una telenovela. Ni el monto en cuestión ni las diferencias de criterio ameritaban tanto escándalo. Con el diario del lunes, era preferible otro tipo de imagen al iniciarse la campaña electoral. Porque si este es uno de los primeros episodios, la señal que se está dando es que tenemos por delante un año y medio muy difícil. Todo eso se vio confirmado y hasta aumentado por el casi inmediato episodio de los trihalometanos en el agua y el impacto que pueden tener en las embarazadas, otra vez con Cosse como protagonista.
Sobre el otro asunto, el más general y duradero, lo que hace el diario del lunes es evidenciar una cantidad de problemas serios dentro del sistema político uruguayo. El tema en cuestión es la crisis hídrica, que desde hace semanas afecta principalmente a los habitantes de Montevideo y de Canelones, esto es: mucho más de la mitad de la población uruguaya.
Pues en este asunto tan crucial, en el que está en juego la salud y uno de los recursos más esenciales para la vida, el diario del lunes y el bosque están cubiertos por la niebla de la inmediatez electoral. El camino elegido tanto por el oficialismo como por la oposición parece ser el de la confrontación y de una competencia sorda para ver quién fue que hizo las cosas peor.
El problema es que lo que mostrará el diario del lunes es que no lograron ponerse de acuerdo ni en una de las cuestiones más básicas: el agua potable. Y eso poco ayuda a que la mayoría de los votantes deposite su confianza en el sistema político. Esta disputa por temas tan esenciales para la vida cotidiana afecta a todos los que la protagonizan, tanto los oficialistas como los opositores.
El primer ejemplo muestra lo superficial e inconsistente que se presenta la campaña electoral que recién se inicia y el segundo, que el cortoplacismo parece superar a todos los gobiernos y va mucho más allá de la cercanía de las urnas.
De seguir así, no habrá buenas noticias para los políticos en el diario del lunes. Se darán cuenta del bosque cuando ya estén perdidos adentro de él.