El dólar se desvalorizó frente al peso esta semana. Ayer miércoles la divisa tuvo una caída relativamente fuerte, de las que en la plaza uruguaya no ocurren con mucha frecuencia.
El dólar se desvalorizó frente al peso esta semana. Ayer miércoles la divisa tuvo una caída relativamente fuerte, de las que en la plaza uruguaya no ocurren con mucha frecuencia.
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En caso de que tengas dudas o consultas podés escribir a [email protected] contactarte por WhatsApp acáEl año había arrancado con el tipo de cambio al alza y superando niveles de $ 44,7 en las operaciones entre instituciones financieras (el mercado “interbancario” en la jerga). Después de que el Banco Central (BCU) subió su tasa de política monetaria, el miércoles 5, la cotización bajó, para luego volver a valores por encima de $ 44,6 (el miércoles 19). Y desde entonces entró en una lenta pendiente, que se pronunció ayer: las compraventas se hicieron en promedio a $ 44,293, casi $ 0,2 menos que el día previo (–0,4%). Es el nivel más bajo desde el 14 de diciembre.
Las razones de la baja de la cotización no están del todo claras. Como hipótesis, un operador financiero consultado por Búsqueda lo atribuyó al aumento de las tasas de interés en pesos —a partir de la decisión del BCU, que según dijo reforzará en marzo— y al interés de algunos inversores de hacer “carry trade”: venden dólares para pasarse a activos en moneda nacional más rentables.
Es que la evolución del tipo de cambio en Uruguay esta semana fue a contracorriente de lo que pasó en el exterior —el dólar tendió a valorizarse frente a otras monedas—, en parte por novedades surgidas en Estados Unidos. La Reserva Federal (Fed, por su sigla en inglés) de ese país ratificó que aumentará “pronto” las tasas de interés de referencia para su mercado, para contener la inflación que se alejó de sus objetivos.
“Definitivamente no hay un escenario en que el dólar no se mueva”, había advertido, horas antes de la conferencia de prensa de ayer a cargo del presidente de la Fed, Jerome Powell, el operador de divisas extranjeras de la filial estadounidense del banco mexicano Monex, Juan Pérez, en diálogo con Búsqueda.
Después Powell confirmó las expectativas de los agentes al asegurar que el aumento de tasas —una política monetaria contractiva— ocurrirá en marzo. También confirmó que la compra de activos para ayudar a la reactivación llegará a su fin en ese momento.
“La mejor manera de mantener la expansión económica es garantizar la estabilidad de los precios, y para ello el mejor mecanismo son los tipos de interés”, aseguró el funcionario, aunque con un tono más dovish —expresión en inglés usada para describir a un banco central poco agresivo con la inflación— que el esperado.
Además, los agentes dan como seguro que la Fed dispondría otros tres aumentos en 2022, además del de marzo, según sondeos de la agencia Bloomberg.
Respecto al efecto que el anuncio de ayer podría tener sobre el precio del dólar, Pérez dijo que si Powell defendía la posición de la Fed de combatir la inflación, el dólar “naturalmente debería subir contra todo”. De hecho, en las primeras horas el índice DXY —que compara el valor de la moneda estadounidense respecto a otras relevantes— saltó 0,4% y se ubicó en máximos desde julio de 2020.
“Qué pusilánime la Fed. Les falta el carácter de nuestro COPOM...”, comparó el economista Javier de Haedo en su cuenta de Twitter, quien ha sido crítico con el BCU y su Comité de Política Monetaria por los aumentos en las tasas de interés. En su momento, ese analista alertó el riesgo de “carry trade” sobre la competitividad; el titular de la autoridad monetaria rechazó la ocurrencia de un fenómeno de ese tipo (Búsqueda Nº 2.157).
Pérez estimó probable que los bancos centrales de Canadá e Inglaterra decidan “seguir la cuerda” a EE.UU. En cambio, no está tan seguro de qué podría ocurrir en otros países como Brasil, Colombia o México. Allí las subas de los tipos de referencia —motivadas en un principio para evitar el recalentamiento de la economía— están en duda por el “temor” a que la alta inflación que preveían “no llegue”, pero el tipo de cambio y sobre todo el crecimiento sí se vean afectados, señaló.
Mientras, desde el Departamento de Inversiones de República AFAP dijeron a Búsqueda que si bien “es cierto que existen elementos que actúan presionando hacia un aumento del tipo de cambio” en Uruguay, también hay “de los otros”. Por un lado, el sesgo contractivo de la Fed presiona a la valorización del dólar a escala global. A su vez, los países vecinos “siguen manteniendo valores muy deprimidos de sus monedas, lo que sitúa a Uruguay en una posición de desventaja en términos de competitividad regional. Sin embargo, no ocurre lo mismo en la comparación con economías fuera de la región, donde, con matices, la moneda uruguaya se mantiene en umbrales de competitividad acordes a la tendencia de largo plazo. A su vez, en la medida que la inflación en Uruguay no converge hacia el rango meta y que la actividad ha recobrado impulso, el BCU ha comenzado un ciclo de alza de su tasa de política monetaria, lo que lleva a rendimientos de instrumentos en pesos más atractivos y, por ende, presiona a la baja al tipo de cambio” en la plaza local.