• Cotizaciones
    domingo 22 de junio de 2025

    ¡Hola !

    En Búsqueda y Galería nos estamos renovando. Para mejorar tu experiencia te pedimos que actualices tus datos. Una vez que completes los datos, tu plan tendrá un precio promocional:
    $ Al año*
    En caso de que tengas dudas o consultas podés escribir a [email protected] o contactarte por WhatsApp acá
    * Podés cancelar el plan en el momento que lo desees

    ¡Hola !

    En Búsqueda y Galería nos estamos renovando. Para mejorar tu experiencia te pedimos que actualices tus datos. Una vez que completes los datos, por los próximos tres meses tu plan tendrá un precio promocional:
    $ por 3 meses*
    En caso de que tengas dudas o consultas podés escribir a [email protected] o contactarte por WhatsApp acá
    * A partir del cuarto mes por al mes. Podés cancelar el plan en el momento que lo desees
    stopper description + stopper description

    Tu aporte contribuye a la Búsqueda de la verdad

    Suscribite ahora y obtené acceso ilimitado a los contenidos de Búsqueda y Galería.

    Suscribite a Búsqueda
    DESDE

    UYU

    299

    /mes*

    * Podés cancelar el plan en el momento que lo desees

    ¡Hola !

    El venció tu suscripción de Búsqueda y Galería. Para poder continuar accediendo a los beneficios de tu plan es necesario que realices el pago de tu suscripción.
    En caso de que tengas dudas o consultas podés escribir a [email protected] o contactarte por WhatsApp acá

    El hombre contra el hombre y contra la naturaleza

    Columnista de Búsqueda

    Incluso para quienes somos seguidores de la literatura policial escandinava, la primera temporada de Trapped en Netflix fue una sorpresa. En mi caso, se sumaba además la pasión por el escritor policial islandés más conocido, Arnaldur Indriðason, quien a través de sus novelas ya me había preparado para el carácter que esos personajes podían llegar a tener. Pero no estaba preparado para la opresiva majestuosidad que el clima y el paisaje imponen a la serie televisiva. En esa primera temporada de Trapped, que se desarrollaba en Siglufjörður, un pequeño pueblito de pescadores del norte de Islandia, la naturaleza operaba como lo hacía la ciudad nocturna en la novela policial más tradicional: como marco opresivo que arremete contra los personajes, complicándoles de manera constante la supervivencia.

    Además de la brutal y omnipresente naturaleza, en esa primera temporada se destacaron las actuaciones de sus protagonistas Andri (maravilloso Ólafur Darri Ólafsson) e Hinrika (Ilmur Kristjánsdóttir, muy bien también). A ellos se sumaban un elenco coral increíblemente sólido y sofisticado, unos personajes dolorosamente realistas, que pese a la distancia cultural y geográfica, resultaban cercanos de tan cotidianos. En esa primera temporada coexistían y se desarrollaban varias líneas argumentales que por momentos se tocaban y por momentos se desarrollaban de manera independiente. Siempre bajo el manto de esa tremenda tormenta de nieve que tenía a los personajes atrapados, como indica el titulo.

    Para la segunda temporada, el creador Baltazar Kromakur introdujo varios cambios, eliminando aquello de estar atrapados al aire libre por las fuerzas de la naturaleza. En esta nueva versión de Trapped, la naturaleza ya no invade a nadie sino que es invadida por el hombre. Por supuesto, juega su papel, no podría ser de otra manera en Islandia, pero de opresora pasó a oprimida o, de manera más exacta, se convirtió en víctima. Así, tras un comienzo en la capital islandesa, Reikiavik, en donde la ministra de Industria es atacada por un hombre que intenta quemarla y muere en el intento, la acción se traslada nuevamente a Siglufjörður. La conexión entre ese atentado y la creciente violencia que se va desarrollando en esa pequeña población del norte del país, es develada de manera morosa y poco evidente a lo largo de toda la serie.

    No es inmediata la conexión tampoco entre las protestas de un grupo de granjeros contra la instalación y ampliación de una empresa energética en la zona y las acciones de un grupo ultraderechista y xenófobo. Menos claros aún son los vínculos entre los distintos personajes poderosos que van desfilando por la pantalla, aunque sí queda claro que la política islandesa es más o menos igual de venal que en cualquier parte. Todas estas historias se van desarrollando de manera paralela y la serie se encarga de darle al espectador las dosis exactas para mantenerlo en vilo sin mostrar más que lo necesario para preservar los varios misterios que se van planteando a lo largo de los diez capítulos.

    Tal como ocurre en las novelas de madurez de Ross Mac Donald, en las que su detective Lew Archer se limita a ir recogiendo los restos de aquellas debacles personales y grupales a las que siempre llega tarde, en Trapped buena parte de las respuestas a los conflictos del presente, que se suceden tan inevitables como el clima, pueden rastrearse en el pasado. Esta característica, la de ubicar el origen del conflicto presente en un secreto o un problema familiar del pasado, se hace presente también en las novelas de Indriðason. La clave que contribuye a revelar el conflicto policial del presente, tiene una multiplicidad de motivos: algunos son personales, otros económicos, otro sociales, como el racismo, la xenofobia o la homofobia. Todos atraviesan la trama de distintas maneras, pero, llegado cierto punto, esa nube de explicaciones no basta para entender las motivaciones más profundas de los criminales.

    Si algo se le puede reprochar a la segunda temporada de Trapped, es que por momentos se hace farragoso discernir entre las distintas líneas de acción que plantea. Mientras en la primera eran claros los distintos delitos que se investigaban, en esta nueva temporada no es así. Por un lado, porque los casos se presentan mucho más ligados y, por otro, porque la investigación policial no parece avanzar demasiado a lo largo de los diez capítulos de la temporada. Quizá por tratarse de un pueblo pequeño, los personajes se cruzan de distintas maneras y no siempre queda claro en cuál línea de investigación nos encontramos. Al mismo tiempo, ni Andri, ni Hinrika, ni el resto de los policías parecen descubrir nada demasiado importante con sus pesquisas, como si se limitaran a hacer preguntas más o menos genéricas mientras esperan que el o los criminales comentan un error que lo/los ponga en evidencia.

    En cualquier caso, el nivel de complejidad emocional que plantea Trapped la coloca por encima del 90% de las series de ficción que se pueden ver actualmente. Y cuando digo complejidad emocional no me refiero solo a esas historias oscuras que los personajes arrastran desde su pasado familiar. Me refiero a su capacidad de construir personajes que pueden ser a un tiempo policías, padres, esposas. Personajes que pueden tener una agenda personal muy explícita y premeditada y al mismo tiempo no ser capaces de manejar su vida familiar o sus afectos. No hay prácticamente estereotipos y la inmensa mayoría de las actuaciones son excelentes.

    La industria audiovisual islandesa es pujante pero muy pequeña. Basta con mirar el currículum de los actores para ver que allí todo el mundo hace de todo: actuar, dirigir, producir, escribir, construir escenografías y lo que se tercie. Que una industria así sea capaz de producir una serie como Trapped, de altísima calidad dramática, es un bienvenido y extraño milagro. Así las cosas, ojalá llegue esa tercera temporada que todos los fans del buen policial esperamos ansiosos.