De acá al domingo 10 de mayo, habrá primavera florida en el jardín de las promesas.
De acá al domingo 10 de mayo, habrá primavera florida en el jardín de las promesas.
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En caso de que tengas dudas o consultas podés escribir a [email protected] contactarte por WhatsApp acáLos tiempos preelectorales de las departamentales son un territorio fértil y abundantemente abonado, por lo que los recolectores de promesas, que somos nosotros, los electores, llenaremos canastos de hermosas y polícromas florecillas, que adornarán nuestras conciencias con vistas a la sublime introducción de las perfumadas papeletas en la urna.
Es curioso: después de las elecciones, quienesquiera que hayan ganado y hayan sido ungidos jefes comunales en los 19 departamentos de la patria, se sentarán en sus escritorios y empezarán a empujar expedientes, nombrar asesores y directores sectoriales, programar licitaciones, enfrentarse con las respectivas Adeom de sus departamentos, y el tiempo irá pasando sin que todas las promesas preelectorales, en particular las más próximas al acto, den el perfume que anunciaban cuando florecieron. Se irán marchitando, hasta desvanecerse en sus floreros.
Como buen cajetilla urbano y capitalino, no estoy muy al tanto de lo que prometen y planifican los candidatos de los departamentos del interior, pero puedo muy bien imaginarme que el tono coloquial, fruto de que, como decía el aviso de Nix: “Acá nos conocemos todos”, predomine en la campaña. Cómo no, doña María, acá en esta cuadra va a haber más luz; sí, señor don José, este camino vecinal lo vamoasfaltar, faltaba más, usté sabe cuánto nos preocupamos para que el pueblo progrese.
Pero en Montevideo, esta mezcla de zonas urbanas, suburbanas y semirrurales, hemos visto florecer últimamente una cantidad de especies de lo más perfumadas.
El tren de la costa, las ciclovías, el monorraíl entre Tres Cruces y El Pinar, en acuerdo con los hermanos de Canelones, los polos de desarrollo descentralizados, combinados con espacios libres polideportivos de múltiple uso incluso cultural, con juegos para los niños y policlínicas barriales combinadas con mercados de artesanos y bibliotecas para esparcimiento y rehabilitación de los pacientes convalecientes que han sufrido intervenciones quirúrgicas menores, en fin, lo que se les ocurra.
Los candidatos, cualesquiera de los cuatro que están en carrera, no dejan de reunirse con técnicos, empresarios afines, parapsicólogos y videntes, “curiosamente” siempre rodeados de fotógrafos, cámaras de televisión, periodistas, publicitando sus geniales ideas, sacudidoras de las neuronas que aguardan pacientemente la decisión electoral superviniente.
—Fíjese, señor periodista —dirá cualquiera de los candidatos/as—, que ya tenemos proyectado un sistema que combina vagones ligeros que correrán por una vía férrea mucho más barata que la que proyecta la UPM2, los que saldrán de la Ciudad Vieja frente a la Puerta de la Ciudadela, por una vía central ubicada en el medio de la avenida 18 de Julio, y llegarán hasta el Obelisco. Allí se engancharán, no los vagones sino el servicio, con unos autobuses eléctricos de muy alto rendimiento y extraordinario respeto medioambiental, todos ellos con aire acondicionado, Wi-Fi, pantalla de TV que exhibirá documentales didácticos de Netflix, con servicio gratuito de té y café, y que saldrán hacia los cuatro puntos cardinales, llevando a los pasajeros a sus respectivos destinos en tiempo récord, ya que circularán por unas calles paralelas a las grandes avenidas, pero reservadas exclusivamente a estos vehículos. Les aseguramos a nuestros vecinos montevideanos un servicio de transporte revolucionario y de altísimo nivel. En el caso de los barrios que presenten algunos síntomas de inseguridad, un guarda-guardia —se trata de un nuevo concepto de servicio y protección al usuario— acompañará a los pasajeros hasta sus viviendas, asegurándose así de que nadie pase por las vicisitudes de un hurto, una rapiña o un acoso.
—Y no le digo nada —proseguirá frente a la prensa cualesquiera de los/as otros/as candidatos/as— de los servicios combinados polifuncionales que construiremos en distintos barrios de la capital cuando ocupemos el sillón del intendente. Se trata de un modelo muy exitoso en el primer mundo, que muy bien nos merecemos los montevideanos que tenemos la dicha de residir en esta tacita de plata, como la llamó el poeta. Se trata de un combo en el que convivirán gimnasios, piscinas techadas, foodtrucks con comidas saludables subsidiadas por la intendencia, con dietas veganas, cervezas artesanales y aguas saborizadas con frutas naturales. La entrada será naturalmente gratuita, y en las piscinas habrá permanente servicio de guardavidas y profesores de natación, combinado con guardería para los más pequeños, a quienes los padres podrán dejar a cuidado de expertos, facilitándoles así que concurran a sus trabajos, mientras sus hijitos permanecen en un lugar seguro y a cargo de especialistas. Habrá servicio de alimentación para estos niños, y unas habitaciones especiales en las que podrán dormir la siesta acunados por el sonido de música clásica, de forma que ya vayan acostumbrando sus oídos a armonías de calidad y alto nivel cultural.
Y ni que hablar —dirá otro de los candidatos, u otra de las candidatas (frente a la prensa, claro)— de nuestro plan de construcción de parasoles móviles en todo el cordón de playas departamentales, desde las del oeste junto al Cerro hasta las del este en Carrasco, que permitirán proteger a los bañistas y asistentes a las playas del dañino sol de las horas del mediodía. Desde las 11 de la mañana hasta las 18 horas se desplegarán estos parasoles que filtrarán los perversos rayos ultravioletas, acompañados de un sistema de agua fresca vaporizada, que aliviará los calores intensos. En esas horas se servirán simultáneamente y gratuitamente refrescos a los asistentes, y platillos de legumbres frescas y saludables. Habrá títeres y payasos para entretener a la asistencia infantil, y préstamo de libros, periódicos y revistas para los mayores. De esta manera, los montevideanos podrán aprovechar las playas en la totalidad de la jornada.
Pensar que, pasadas las elecciones, y cuando encaremos al (o a la) que haya triunfado para reclamarle que ponga en práctica lo prometido, nos dirá que “se está planificando debidamente y como corresponde, pero que, además, hay que tener en cuenta que la financiación excede parcialmente la implementación, y que hemos encontrado algunas dificultades con el gremio para iniciar las obras, debido a algunas exigencias impensadas, que no estaban previstas”.
Tan solo cabe esperar cuatro años y medio más, y ya volveremos a escuchar otras ideas magníficas para poner en práctica en el quinquenio siguiente…