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Golpeados por el cierre de Fanapel dos años antes, el anuncio en junio de 2019 de que una multinacional canadiense invertiría US$ 50 millones en el lugar y generaría cientos de puestos de trabajo fue un bálsamo para los vecinos de Juan Lacaze. El movimiento de tierras para la instalación de su planta de cultivo y procesamiento de cannabis con fines médicos comenzó en seguida después del anuncio, pero la pandemia congeló su construcción.
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Ahora el proyecto tiene un futuro incierto. La empresa canadiense Khiron Life Sciences Corp, dueña del emprendimiento, resolvió congelar su inversión en Uruguay y usar el dinero que tenía destinado a su instalación en Colonia para otro proyecto que tiene en Colombia.
“Los US$ 13 millones de ingresos asignados a la construcción de la planta de cultivo y procesamiento en Juan Lacaze, Uruguay, han sido puestos en suspenso”, dice un documento de balance del último semestre, con fecha 23 de agosto, presentado por Khiron a las autoridades bursátiles canadienses.
La compañía expresa además su decisión de “reasignar” los US$ 13 millones para construir un “centro de salud” en Bogotá y para “sostener los costos administrativos de la compañía mientras la pandemia de Covid-19 continúa impactando en el negocio”.
El comunicado informa que Khiron, además de ese movimiento, prevé aumentar sus inversiones en en otra zona de Colombia, donde ya tiene cultivos. También prevé ampliar sus operaciones en Perú.
Foto: Nicolás Der Agopián / Búsqueda
Cambio de plan.
Cuando anunció su llegada a Uruguay, Khiron veía al país como un centro de producción de cannabis medicinal con tetrahidrocannabinol —el principal compuesto psicoactivo de la planta— y tenía entre sus objetivos proveer al sur de Brasil.
La empresa canadiense ingresó al mercado uruguayo al comienzo del 2019 al comprar por unos US$ 12 millones a Dormul S.A. y a NettaGrowth, compañías que habían conseguido autorizaciones para cultivar y comercializar cannabis con fines médicos.
Al igual que otras multinacionales del sector, Khiron no ha logrado dar ganancias en los últimos años, un problema anterior a la pandemia. En el segundo cuarto del 2020 acumuló pérdidas netas de US$ 5,7 millones.
Retraso
Apenas dos días antes de que Khiron anunciara que congelaba su proyecto en Uruguay, el titular de la subsidiaria local —llamada Cannapur— y presidente de la Cámara de Empresas de Cannabis, Marco Algorta, dejó ver que el plan estaba en problemas.
En una nota con Canal 3 de Colonia, dijo que la pandemia había “atrasado muchísimo” la construcción en Juan Lacaze y que estaban esperando que “todo se acomode” para continuarlo el año que viene. Interrogado por la periodista sobre si eso ponía en riesgo el proyecto, Algorta no fue contundente: “Hoy en día no corre riesgo, pero es un mundo muy dinámico, la economía es muy dinámica. Hay que ver qué va a quedar después de esta grave crisis. Eso es una pregunta que yo me hago en el aire. A ver, yo voy a ser optimista y creo que en marzo vamos a retomar”.
El sector cannábico uruguayo enfrenta problemas desde hace tiempo. En junio la empresa Inverell, propiedad de capitales canadienses, concretó el cierre de su emprendimiento millonario en Uruguay y provocó gran preocupación en el gobierno. Ante ese panorama el Poder Ejecutivo aprobó dos decretos que dan “oxígeno” al sector para evitar una crisis peor (Búsqueda Nº 2.084).
Consultado por Búsqueda el miércoles 26, Algorta dijo que mantenía su posición de que el proyecto podrá retomarse en marzo. “Claro está que eso depende de los efectos de la pandemia en las economías de la región y de la velocidad con que se reactivará la actividad. Pero sigo con esa opinión con base en los cambios normativos que se están llevando adelante en Uruguay (sigue pendiente los cambios hacia el futuro, y no retroactivo) y lo estratégico que es el país para el ingreso en el mercado de Brasil”, añadió.
