El problema de corto plazo
El presidente de la Asociación Nacional de Productores de Leche (Anpl), Néstor Cabrera, consideró que “el endeudamiento que más está pesando” en el sector productivo “es el que dejó la sequía”. Consultado por Agro de Búsqueda, se están tratando de encontrar herramientas para solucionar este problema.
Puntualizó que cuando hay buenos precios se suele destinar parte de la deuda a inversiones, y que las gremiales han trabajado “para que el productor pueda tener oxígeno y seguir invirtiendo”. Dijo que se está trabajando con el Banco República (Brou), Prolesa y Proleco, para poder “licuar el endeudamiento de corto plazo, que es el que más está afectando a los productores”.
Además, comparó la actual situación financiera de la lechería con la que tenía hace 15 o 20 años atrás. “Hoy el productor tiene mucho más acceso al crédito. No digo que sea fácil, porque cada productor tiene que tener ordenada su carpeta, pero hay una oferta de créditos importante, que hace 20 años no estaba”, valoró.
Recordó que en otras instancias se recurrió al Fondo de Financiamiento de la Actividad Lechera (FFAL), porque el sector no tenía condiciones de financiarse, pero esa herramienta termina teniendo un costo importante para los productores que crecen y se quedan en el sector, aunque en el último FFAL hubo una devolución a los productores. En esta oportunidad no ha sido necesario pensar en algo así para contrarrestar el endeudamiento. Señaló que el sector sigue creciendo, liderado por los productores de punta, que son a los que más les pesa este tipo de crédito.
Fondo anticíclico
Consultado sobre la propuesta del fondo anticíclico para el sector, Cabrera respondió que se ha trabajado con CPA Ferrere en ese tema, y que el estudio fue enviado a las demás gremiales y al INALE. La idea es que el fondo se active cuando el poder de compra de la leche llega a un número determinado, en este momento todavía no se llegaría a activar, porque los costos están bajando y eso hace que mejore el poder de compra.
“Veníamos con un precio de la leche de US$ 0,46 por litro, bajó a US$ 0,36, pero también bajaron los costos. Para el próximo año se hacen proyecciones de US$ 0,28 de costo, aunque hay muchas variables como el clima y demás. Pero en ese costo y un precio de la leche de US$ 0,36 hay margen para invertir y crecer. Inale dice que para que esto ocurra tienen que haber al menos US$ 0,06 de margen. Está claro que lo que arrastramos de la sequía es lo que más nos complica”, afirmó.
El Instituto Nacional de la Leche (Inale) estima que la sequía generó costos de US$ 130 millones por compra de concentrado extra, a los valores que se pagaron, además de las reservas forrajeras, por el pasto que faltó y los costos de los cultivos para silos, que tuvieron mala cosecha. El cálculo también incluye resiembras de verdeos, raigrás o avena, para tener disponibilidad de pasturas rápidamente.
El período contemplado por los técnicos del Inale para realizar este cálculo fue de seis meses, desde octubre de 2022 a marzo de 2023, aunque se reconoce que en algunas zonas la sequía fue más extensa. Además, se puntualizó que el cálculo consideró al universo de productores remitentes.
Cabrera explicó que no todo ese costo de US$ 130 millones pasó a endeudamiento, ya que mucho se absorbió con el margen del negocio. “Teníamos un buen precio de la leche, lo pagamos con los márgenes, pero nos quedamos sin oxígeno.
Lo que dejó la sequía
El directivo de la Asociación de Tamberos de Canelones (ATC), Justino Zavala, comentó a Agro de Búsqueda que estructuralmente el pasivo del sector lechero “no es complicado”, porque el rubro factura entre US$ 700 y US$ 800 millones por año.
“No creo que eso genere ningún tipo de problema, porque además incluye un pasivo a corto plazo, pero también a mediano y largo plazo, considerando compras e inversiones que se financian a cinco o 10 años”, opinó.
De todos modos, Zavala indicó que “en la coyuntura hay un problema que arrastramos de la seca y del financiamiento que se dio para la compra de alimentos y suplementos, la fibra y las raciones que se compraron en verano y otoño. Eso generó un endeudamiento de corto plazo, del orden de US$ 30 millones, que hay que pagar en esta primavera, con el agravante que el precio se cayó más de 20%”.
El productor enfatizó que esto generó un problema financiero que está en el orden de los US$ 0,06 por litro, según estimaciones de Conaprole. “Si el precio bajó entre US$ 0,08 y US$ 0,09, y además le cargamos US$ 0,06 por litro de este endeudamiento de corto plazo, la situación se complica mucho, por eso estamos buscando soluciones”, comentó.
Soluciones financieras
El directivo de ATC informó que Conaprole envió al (Brou) un listado de 800 matrículas que habían tenido asistencia financiera especial o compra de raciones diferidas. De esas 800 matrículas el banco aceptó financiar 200, las otras 600 no estarían en condiciones de acceder por distintos motivos. En algunos casos es porque están en categorías tres, cuatro y cinco, otros porque no son clientes del Brou, entre otras razones, detalló Zavala.
Agregó que “hay un préstamo con garantía SiGa, que está funcionando, relacionado con la declaración de emergencia agropecuaria. Se avanzó mucho en los últimos días, a través de conversaciones con los directores del Brou, pero todavía nos quedan muchas matrículas por resolver”.
Por otra parte, comentó que República Microfinanzas amplió sus créditos a US$ 50.000, permitiendo que un grupo de productores pueda resolver su situación a través de esa herramienta. “Es un crédito a cuatro años, con una tasa de interés bastante baja”, valoró.
Además, comentó que “se están abriendo algunas posibilidades con Proleco”. Indicó que Conaprole “postergó el vencimiento de la cuota de setiembre, la de agosto se postergó para enero, pero fue simplemente como un respiro”.
Productores que se van
Consultado sobre si hubo productores lecheros que abandonaron la actividad por el impacto de la sequía, el dirigente de ATC respondió que “no son tantos porque la carne no vale nada, es la cruda verdad”. De todos modos dijo que se están cerrando tambos y que “seguramente hay muchos productores preparando su salida del rubro”.
Recordó que cuando empezó el FFAL “éramos 2.600 productores, y cuando terminó quedábamos 2.000. En realidad aún no terminó, porque se extendió un período de dos años para 437 productores que no llegan a cubrir su cuota, aún con dos años más. Eso quiere decir que su producción decreció notoriamente en estos años”.
Indicó que no pudieron cumplir con ese compromiso aún cuando hubo años en que el precio de la leche fue de US$ 0,45 por litro. “En este tiempo pasamos por todas las etapas, buenas, regulares y malas. Por lo tanto, tenemos más de 400 productores en estado de vulnerabilidad. Esto se ve con mucha preocupación, porque la lechería nacional podría bajar a 1.500 productores o matrículas, lo que significa una concentración muy importante”, advirtió.
