Es ella

Como en la inmaculada portada, está todo a la vista, pero también está el misterio de esa poesía que insinúa pero llega hasta el borde. Es que esta trilogía ha sido una especie de reality musical que ha filtrado en tiempo real y en primera persona el proceso íntimo de una mujer y sus conflictos, sus triunfos y sus fracasos, siempre con clara intención artística, sostenida en su calidad compositiva y su calidez vocal. En paralelo, ha sido espejo de su evolución como compositora, de aquellos rasgos litoraleños en “Amargo de caña” y “Tierra adentro” a los flamencos en “Vuelve a casa”, mexicanos en “La entalladita” (de Pepe Albarrán, inmortalizada por Amparo Ochoa), o pampeanos en “Para decirte que te quiero”, una cruza entre gato y chacarera compuesta a dúo con la española Queyi (Eugenia Lopeznozal), una voz que ilumina todo lo que canta, hasta cuando tararea al final del disco. “Hilo y dedal”, en tiempo de vals, es otra de las grandes composiciones de la ibérica, con quien Ana compone además el dúo orientado al público infantil “Queremos un carril bici”.