Estiman que la zafra de ganado gordo, hasta fin de año, transcurrirá con fluidez en la comercialización y dentro del actual rango de precios

Indarte valoró positivamente la herramienta del mercado a futuro para novillos gordos lanzada semanas atrás por UFEX y que se pondrá en funcionamiento en poco tiempo más, aunque se mostró escéptico porque a la industria “no le gusta” y los productores “son muy timberos”.

—En principio, que todavía no entramos en la zafra y que esta viene atrasada. Hubo más oferta de ganado gordo en agosto, y primeros días de setiembre, que en la segunda quincena de setiembre y lo que va de octubre. Nosotros encontramos la explicación en todos los animales que salieron de los encierros durante esos meses. En lo que va de octubre, la oferta está nivelada con una faena de algo más de 30.000 reses, y en las semanas anteriores las faenas superaban los 40.000 animales y teníamos ganado comprado 15 días para adelante.

—¿Esto obedece a la falta de ganado preparado o a cierto grado de retención por parte de los productores?

—Es falta de preparación de los ganados claramente, y no un tema de retención por parte de los productores. Más allá de que ahora venimos muy bien, tenemos un tercio del país que se recuperó de la seca en la mitad del invierno y todavía no tiene pasto. La primavera está muy buena, pero un poquito atrasada por temperatura, y además, normalmente los primeros ganados de campo salen en noviembre y de ahí en adelante.

—¿Qué nivel de faenas y qué precios estima para esta última parte del año?

— La faena debería terminar en los niveles históricos. Va a salir bastante ganado preparado sobre fin de año por cómo viene el clima, y los precios suponemos que van a terminar también parecidos al promedio del año pasado. Pasaron esas semanas de faenas grandes, el ritmo bajó y no hay una gran sobreoferta de ganado. Y si bien hubo una corrección a la baja bastante importante en el precio, da la impresión de que los valores van a quedar por acá, o incluso subir algún centavo, y que fluctúen entre los U$S 3,30 y U$S 3,40, al menos de acá a fin de año. De todas maneras, todo va a depender como siempre de las necesidades que tenga la industria y de cómo siga el clima, que siempre es el que termina apurando o enlenteciendo la sacada de los ganados.

—¿Qué esperan de la demanda?

—Lo que sabemos es que la industria tiene todo vendido. La incógnita es el precio, pero la carne está demandada en el mundo y no ha pasado lo que en el resto de los productos, por suerte. Tenemos una gran complementariedad entre mercados que cuando uno afloja un poco, aparecen otros cinco que están esperando. Problemás de colocación no tenemos, y en los precios tampoco, por ahora, ha habido problemas. Nada hace pensar que en los últimos dos meses y medio del año pase algo raro que no haya pasado ya durante el año. No hay nada nuevo. Para más adelante, ya en el corazón de la zafra, es más arriesgado hacer pronósticos.

El nubarrón de Brasil

—¿Cómo ve el negocio más en el largo plazo?

— El negocio ganadero bien, estable, como viene siendo. La carne se despegó totalmente del resto de los rubros en cuanto a estabilidad. Cayeron todos los commodities y no la carne, porque en cierta medida sigue siendo un mercado de oferta y demanda y la demanda por carne está totalmente vigente y no se generan stocks como sucede en los granos. Uruguay dejó de producir commodities y produce cosas mucho más especializadas que siempre terminan valiendo. La gran cantidad de mercados abiertos que tenemos también nos permiten que cuando afloja uno, aparece otro y nos da bastante estabilidad. De hecho, que haya bajado un 4% nomás la tonelada de exportación en lo que va del año, habla de una estabilidad absoluta. En el mediano plazo el negocio ganadero lo veo bien, sin grandes márgenes, como nunca los ha tenido, pero estable.

Los nubarrones vienen por el lado de Brasil, donde la devaluación nos complica. Es un país muy competitivo, tiene mucha producción, y aunque no compiten estrictamente con el mercado nuestro, generan mucho ruido en el mercado internacional. El nubarrón es Brasil.

—¿El valor actual del novillo es rentable para el productor?

— El precio de U$S 3,30 a U$S 3,40 conforma al productor. No sé si es rentable, pero conforma. Dentro de esos valores hay oferta.

—¿Cómo ve la incorporación de la ganadería a zonas que hasta ahora se manejaban con un esquema netamente agrícola?

— Se está viendo ese pasaje de la agricultura hacia la ganadería, pero en la zona de Young, por ejemplo, eso se da en menor medida que en otros logares porque está en el núcleo agrícola. Pero sí, ya se está viendo. Hay muchos campos con un determinado porcentaje que ya están con pasturas, y hablando con los dueños de los campos se puede concluir que va a seguir aumentando esa superficie a medida que pasen los siguientes ciclos agrícolas. Y en las zonas que están un poquito transicionales, con las ganaderas o las forestales, ahí sí ya se ve mucho mayor porcentaje de pasturas. Con este entorno de valores de la soja y con el promedio de las rentas en kilos de soja, se va a tender, en los buenos campos, a tener un porcentaje por lo menos, pienso, de un 30 % permanente de pasturas, rotando en distintos lugares durante los años. Sin abandonar la agricultura, estimo un 30 % de pasturas y 70 % agrícola. Después de la pastura, agricultura y así. Y en los campos marginales, más todavía, un 50 % o 60 % de pasturas medio permanentes y haciendo agricultura en los mejores lugares, rotando también con pasturas.

—¿Qué valoración hace del mercado de la reposición?

—El mercado está muy firme de la mano del pasto, de que se faenó muchísimo y de que durante el invierno no se repuso porque no hubo oferta. La invernada está pedida y no está fácil hacer negocios porque las puntas están desencontradas. Hay además una demanda adicional relacionada con el pasaje de campos agrícolas a ganadería; la hubo durante el invierno claramente, con decenas de miles de ha de puentes verdes que se pastorearon.

Mercado a futuro

—¿Qué expectativas tiene con respecto a la herramienta del mercado a futuro de novillo gordo?

—Todos queremos que funcione. Si se mira cualquier gráfica de valores de productos relacionados con el ganado gordo, este tiene una altísima variabilidad, y si algún instrumento pudiera dar certeza de valor, le daría mucho más certeza al negocio ganadero y lo ayudaría.

Hay que ver cómo puede funcionar en un país chico y sin cultura financiera. Va a depender primero del productor, que se tiene que convencer de que es una herramienta que sirve, porque al vendedor también le gusta mucho especular, con suba cuando va a vender ganado gordo y con baja cuando va a comprar reposición. Está permanentemente especulando y a veces le sale bien y a veces no. El que tiene el producto, sea un novillo o una vaca gorda, tiene que estar convencido de que es una herramienta que sirve y de usarla. Del otro lado tiene que estar la parte financiera, alguien que agarre ese papel, que en Uruguay, hasta donde yo sé, no está muy desarrollado. Y después, tiene que estar la industria para que cierre el círculo cuando se entrega el físico. Pero hay que desarrollar la cabeza entre los tres. Me da la impresión de que a la industria no le gusta mucho, pero hay que tener en cuenta también que el productor es muy timbero. Si yo quiero comprar ahora novillos para poszafra a U$S 3,50, ¡no compro ni uno! Puedo asegurar que si salís con un papel a ese valor, no convencés a nadie.

Para mí es una herramienta favorable y no le veo ningún inconveniente. El trabajo del consignatario trasciende esto y nosotros vamos a sumar una cosa más a la cantidad de herramientas para comercializar ganado que hay hoy, que muchas veces las han terminado desarrollando los intermediarios. Y no sería raro que este fuera otro caso.