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El sábado a la mañana los oficiales de Interpol Paraguay estaban en Montevideo listos para recoger a José Peirano Basso de la cárcel de Punta de Rieles. El objetivo era trasladarlo a Asunción al mediodía, donde el banquero es aguardado desde hace 13 años para ser juzgado por presuntos delitos de estafa. Minutos antes de subirse al avión de regreso, sin embargo, se enteraron de que la extradición había sido suspendida por la Justicia uruguaya. Los agentes volvieron a su país con los papeles en la mano y un asiento vacío, lo que ocasionó la disconformidad del gobierno paraguayo, ahora preocupado de que Peirano Basso no vaya inmediatamente a su país a enfrentar un juicio entablado por ahorristas.
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El caso tuvo su primer paso el 18 de octubre, cuando el Juzgado penal de 26º turno de Montevideo ordenó la detención de Peirano Basso para extraditarlo a Paraguay. Tras ser notificada de que el empresario había cumplido su pena en Uruguay, la jueza Ana de Salterain efectivizó una extradición ya concedida en 2008. En Paraguay se lo acusa por lesión de confianza, estafa, conducta indebida en situación de crisis y declaración falsa luego de que, durante la crisis del 2002, ahorristas paraguayos perdieran unos US$ 40 millones que estaban en el Fondo Mutuo Banalemán, propiedad del Grupo Velox.
Casi al mismo tiempo que De Salterain ordenaba la extradición, el Juzgado penal de 23er turno de Montevideo comunicaba a Argentina que Peirano Basso había completado su pena en Uruguay y que por tanto estaba en condiciones de ser enviado al país vecino, donde pesa sobre él un delito de “defraudación por administración fraudulenta” en el marco de los negocios del Banco Velox. La extradición a Argentina fue concedida en 2014 y está a cargo de la jueza Isaura Tórtora. Pero este Juzgado nunca estuvo al tanto de la extradición ya efectivizada a Paraguay por la otra sede penal.
La omisión desembocó en que el viernes 29 de octubre, horas antes de la llegada prevista de Peirano Basso a Asunción, la Embajada de Argentina enviara una solicitud por vía diplomática en donde advertía a la Justicia uruguaya que debía decidir sobre una de las dos sentencias de extradición concurrentes en relación con Peirano Basso. El reclamo argentino derivó en que Tórtora suspendiera en forma urgente la entrega del banquero a Paraguay.
“Resulta acorde a derecho que el Estado requerido, previamente a efectivizar la entrega del requerido a Paraguay, deba expedirse conforme al artículo 20 del tratado de extradición celebrado entre Argentina y nuestro país”, dice parte del oficio de la jueza que fue publicado en Twitter por Guillermo Duarte Cacavelos, abogado defensor de Peirano Basso en Paraguay.
Con base en esa norma, el Juzgado de 23er turno debe ahora resolver a qué país será entregado Peirano Basso. Mientras la extradición a Paraguay se rige bajo el acuerdo sobre extradición del Mercosur, de 1998, la extradición a Argentina se realiza por el tratado en materia bilateral entre ambos países, del 2000. Su artículo 20º establece que “en caso de recibir solicitudes de extradición respecto de una misma persona por más de un Estado, la parte requerida determinará a cuál de dichos Estados habrá de conceder la extradición”.
Cuando las solicitudes se refieran a un mismo delito, se dará preferencia al Estado en cuyo territorio se hubiera cometido el delito o al Estado requirente con el cual exista tratado o al Estado requirente en cuyo territorio tenga residencia habitual la persona reclamada. En cambio, cuando las solicitudes se refieran a delitos diferentes, se dará preferencia al Estado requirente que tenga jurisdicción respecto del delito más grave; a igual gravedad, dará preferencia al Estado requirente que solicitó la extradición en primer término.
Tórtora aguarda por el pronunciamiento técnico respecto a este tema a cargo del fiscal Luis Pacheco. En principio se espera que el análisis otorgue prioridad al país en el cual los delitos de Peirano Basso tienen mayor gravedad. El viernes 5 se realizará una audiencia en la que Tórtora evaluará el análisis de Fiscalía y tomará una decisión. “Cuanto antes mejor, porque se trata de un caso importante en aras de la cooperación internacional”, dijo la jueza a Búsqueda.
Peirano Basso fue condenado a prisión en Uruguay en 2013, junto con sus hermanos Dante y Jorge, por el delito de “insolvencia societaria fraudulenta”, tras el desvío de varios millones de dólares del Banco Montevideo a empresas del grupo familiar, en medio de una grave crisis económica en 2002.
Estrés
El stand by en la extradición de Peirano Basso a Paraguay es seguido de cerca por el Ministerio de Relaciones Exteriores de ese país. En un comunicado emitido el 30 de octubre, la Cancillería paraguaya dijo que recibió “con decepción la noticia de la decisión del Poder Judicial de Uruguay” y que dio instrucciones a su embajada en Montevideo para “transmitir su desacuerdo” a las autoridades locales. Agregó que está realizando “todas las gestiones pertinentes” para que la extradición finalmente se cumpla.
Operadores judiciales consultados por Búsqueda opinaron que las idas y vueltas de la Justicia uruguaya suponen un “episodio lamentable” que coloca a Uruguay “en una situación incómoda” con Paraguay.
Mientras tanto la defensa de Peirano Basso espera la resolución final de Tórtora para evaluar los pasos a seguir. El diario paraguayo ABC Color informó que, ante la ida del banquero a Paraguay, la defensa preveía ofrecer fianzas de aproximadamente US$ 2 millones para solicitar un arresto domiciliario en un hotel de Asunción.
Peirano Basso se encuentra ahora con arresto domiciliario, cierre de fronteras y retención de sus documentos de viaje, tras pasar 12 días con detención preventiva en el Centro de Ingreso, Diagnóstico y Derivación de la Unidad Nº 1 de Punta de Rieles. “No correspondía que siguiera en una cárcel cuando durante 15 años cumplió con todas las medidas que le ordenó la Justicia uruguaya, tiene una fianza constituida en el país y no hay riesgo alguno de fuga”, argumentó su abogado defensor, Pablo Donnángelo, consultado por Búsqueda. “Toda esta situación le generó un pico de estrés: estuvo estos días con un régimen de privación de libertad muy estricto, prácticamente las 24 horas en una celda, sin luz ni con la posibilidad de salir a un patio”, añadió.