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    Gente de confianza

    El caso del embajador itinerante don Julio Baráibar y Despistelli no es el único.

    En todo caso, no nos quedan dudas que este distinguido personaje se pasó por las barbas el desmentido del presidente Mujica, el comunicado oficial de la Cancillería en el que se dijo (en flagrante mentira) que el ofrecimiento de coima al embajador Bustillo nunca había existido, incluyéndolo, pobre muchacho, en la complicidad de esta rotunda falsedad, y que nunca había habido el menor intento de los honestos ejecutivos de Riovía en sobornar al presidente de la representación uruguaya en la CARP con un palito verde, para permitir que ellos siguieran cosechando barro subfluvial en el canal Martín García.

    Don Julio Baráibar y Despistelli, cuando lo entrevistaron en Radio Uruguay, contó todo con lujo de detalles. Que sí, que el ofrecimiento de coima había existido, que Bustillo se lo había contado personalmente a él, y que él le había recomendado que se lo denunciara por escrito al canciller Almagro, cosa que efectivamente había hecho, y que al fin de cuentas en el gobierno todos estaban enterados de este episodio.

    En fin, algo que da para pensar que mejor que embajador Itinerante a don Julio lo deberían haber designado Locutor Exasperante.

    Pero él se arrepintió, se mandó la Gran Almagro y renunció a su cargo diciendo que de ese tema solamente le habían llegado de oído algunas versiones sin confirmación.

    En vez de fusilarlo, o al menos de aceptarle la renuncia por la causal de estómago resfriado en reiteración real, el presidente rechazó la renuncia y lo confirmó en el cargo.

    No cabía esperar otra cosa.

    Estamos en condiciones de informar que hay otros casos comparables al del embajador itinerante, que no han salido a luz todavía porque el gobierno le ha pedido a los conductores de Radio Uruguay que no los revelen antes de procesar las consecuencias, pero que ni bien cobren estado público provocarán otra ola de asombro en quienes nos rehusamos a aceptar tanta torpeza acumulada.

    En uno de esos casos el entrevistado es el subembajador Itinerante don Braulio Barrí Gafría, a quien el embajador Bustillo le contó que, tras haber rechazado la coima de un millón de dólares, y haber informado al gobierno, se le apersonaron dos encapuchados cuando salía de su casa, los cuales le dijeron que reconsiderara el rechazo de la coima y el subsiguiente voto favorable a Riovía, porque si no lo hacía, le iban a secuestrar a su esposa y a incendiarle su casa.

    El subembajador Barrí Gafría le dijo al periodista que lo entrevistó en la radio que él le había aconsejado a Bustillo denunciar esa amenaza por escrito al canciller Almagro, lo cual parece que éste hizo, poniendo en conocimiento del hecho también al presidente Mujica.

    Según se comenta en corrillos de la Cancillería, ya está redactada la nota que desmiente este nuevo hecho falso y confuso, “tendiente” —según reza el borrador del texto al que tuvimos acceso— “a desprestigiar a los competentes y eficientes operadores del dragado, así como a deteriorar las excelentes relaciones entre nuestro país y la República Argentina, con las que el gobierno mantiene un diálogo sincero, constructivo y estimulante, que permitirá que a la brevedad se superen los inconvenientes menores que se han planteado a causa de la persistente maledicencia deformante de los medios de comunicación, empeñados en generar un clima de desconfianza cuando lo que existe en realidad es un ámbito de armonía patriótica por parte de ambos países”.

    Se sabe que de inmediato en subembajador Barrí Gafría presentará renuncia a su cargo, fruto de una interpretación errónea de sus dichos, pero la misma no le será aceptada en función de que mantiene toda la confianza que merece ante las autoridades del Ministerio de Relaciones Exteriores.

    Unos días más tarde de estas declaraciones aún no divulgadas, también fue entrevistado por Radio Uruguay el cónsul itinerante don Emeterio Tecuén Totodo, quien relató que el embajador Bustillo le contó que, tras la amenaza de secuestro de su esposa e incendio de su casa, cuando se encontraba precisamente en su domicilio, reunido con los demás representantes uruguayos ante la CARP, su casa fue copada por un grupo de malvivientes con sus rostros cubiertos por pasamontañas, quienes portaban subametralladoras y escopetas recortadas. Según relató el cónsul itinerante Tecuén Totodo, Bustillo le contó que los copadores habían hecho varios disparos al aire, paralizando de miedo a los asistentes, quienes temieron por sus vidas.

    Los invasores insultaron soezmente al dueño de casa y sus invitados, dejando sobre la mesa en torno a la cual estaban reunidos una valija que tenía una etiqueta identificatoria con el nombre de Guido Antonini Wilson, dentro de la cual había un millón de dólares en billetes de a cien.

    Les dijeron a los asistentes que consideraran que ahora el millón de dólares era para repartirlo entre todos, y que la paciencia se les estaba acabando. Que trataran de reconsiderar sus votos negativos, y que así todos se evitarían más problemas. Tras esta advertencia, se habían retirado no sin antes disparar de nuevo al aire con fines claramente intimidatorios.

    Según Tecuén Totodo, Bustillo le habría llevado la valija al canciller Almagro, a quien le habría relatado este desagradable incidente, haciendo la correspondiente denuncia oficial.

    Antes de que se revele este otro deplorable incidente, la Cancillería ya ha redactado otro desmentido en los mismos términos que el anteriormente mencionado, aclarando que “persisten por parte de la prensa estos atentados contra la verdad, con fines claramente desequilibrantes, tendientes a deteriorar nuestras excelentes relaciones con la hermana patria argentina, cosa que no lograrán”.

    Tecuén Totodo presentará la renuncia, pero tampoco le será aceptada.

    Después que estos hechos cobren estado público, la Cancillería, según hemos sabido, creará un grupo de trabajo especial que funcionará bajo el nombre de “Benemérita Representación Uruguaya de Torpes, Obsecuentes y Serviles” (BRUTOS) el cual funcionará como apoyo a los grupos negociadores uruguayos en las comisiones binacionales, coordinado por don Julio Baráibar y Despistelli, e integrado por los otros distinguidos diplomáticos ad-hoc.

    Una nueva contribución al mejoramiento de nuestras relaciones internacionales.