Glenda Jackson: puro carácter

En 1963, Jackson encontró su pasión en la actuación y se unió a la Royal Shakespeare Company. Un año después, se unió a la compañía del dramaturgo Peter Brook, donde interpretó un papel en la obra Marat-Sade tanto en Londres como en Nueva York. También participó en su adaptación al cine, dirigida por Brook.

Fue, además, una fuente de inspiración para el cuento Queremos tanto a Glenda del escritor Julio Cortázar. El relato narra la historia de un grupo de apasionados cinéfilos que idolatran a la actriz Glenda Garson. “Realmente era difícil saber, por encima de la publicidad, de las colas interminables, de los carteles y las críticas, que éramos tantos los que queríamos a Glenda”, dice el cuento en su comienzo.

En 2019, en una entrevista con la BBC, Jackson reflexionó sobre su carrera política y sus paralelismos con la de actriz: “Cuando me convertí en miembro del Parlamento, me hacían sentir como si fuera una especie de diva o que era completamente inútil. Pensaban que me derrumbaría o que esperaría un trato especial. Nada de eso era cierto. Básicamente, era una cámara dominada por hombres de mediana edad y blancos. Los egos que veía pasear por esos pasillos no hubieran sido tolerados ni por 30 segundos en un teatro profesional. Alguien me preguntó: ‘¿Cómo te vas a arreglar en lo que es básicamente un club de hombres?’, y yo respondí: ‘Pero esa ha sido mi experiencia durante toda mi vida’”.