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“Hay un niño pidiendo en la calle”. El mensaje le llega con frecuencia a la ministra de Desarrollo Social, Marina Arismendi, a través de las redes sociales. También lo reciben en sus teléfonos varias veces al mes jerarcas del Instituto del Niño y Adolescente (INAU). Aunque las autoridades aseguran que hoy la situación está muy lejos de lo que sucedió en algunos momentos de la década de 1990 y a principios de 2000, admiten que mes a mes se registran casos de menores pidiendo dinero en la calle.
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Las denuncias de los ciudadanos en ese sentido son claves para que los organismos intervengan rápidamente y, en ese sentido, desde el INAU destacan la mayor “sensibilidad” que la sociedad tiene sobre el problema, que se refleja en el aumento de las llamadas y los mensajes que reciben. “La gente no quiere naturalizar esto”, dijo a Búsqueda el director del INAU, Fernando Rodríguez.
El jerarca informó que varios organismos del Estado están trabajando en un “plan estratégico” que les permita detectar cuanto antes si hay niños en situación de calle o pidiendo dinero.
Arismendi abordó el tema al comparecer a comienzos de agosto en la Comisión de Población de la Cámara de Diputados, cuando se trató la situación de las personas que viven en la calle y en especial las muertes que ocurrieron debido al frío.
La ministra destacó que el Mides logró evitar que haya madres con niños en situación de calle, como consignó el último censo presentado en abril, que contabilizó 2.038 personas en calle, 995 viviendo en refugios y el resto a la intemperie. “Quiero decir que el hecho de que no haya niños, niñas y adolescentes y mujeres con niños en situación de calle no fue porque un día alguien se levantó y agitó la varita mágica. Cuando arrancamos, teníamos bandas de gente en esa condición”, recordó.
Arismendi dijo que “costó años resolver ese tema”, y aseguró que actualmente no hay niños viviendo en la calle. No obstante, comentó que recibe habitualmente mensajes por las redes sociales que le informan cuando hay un niño pidiendo dinero en una esquina. “Inmediatamente se sale a la calle y ese niño no está más en esa situación”, afirmó.
Sin embargo, el país no está en una situación que se asemeje a la de décadas pasadas, sostuvo Rodríguez, quien recordó que a comienzos del siglo se llegó a hablar de más de 4.000 niños en la calle “desarrollando distintas actividades, sobre todo vinculadas a la estrategia de sobrevivencia”.
“Hoy eso no se ve, pero no quiere decir que no aparezcan situaciones”, dijo, y señaló que ha recibido en su celular mensajes de conocidos que le advierten sobre casos de niños en la calle.
Según informó, en mayo recibieron 15 denuncias sobre familias con niños en situación de calle y en junio la cifra fue de 43. El Observador informó ayer miércoles que entre mayo y octubre de 2018 el INAU realizó 122 intervenciones por situaciones de menores en la calle, y este año, entre mayo y lo que va de agosto, ya fueron 152.
La mayoría de esas situaciones se “revirtieron en pocas horas”, afirmó el jerarca, aunque admitió que hubo casos en los que las familias pasaron más de una noche en la interperie. “No siempre se revierte enseguida, hay resistencia de la familia, hay situaciones de conflicto y cuesta unos días, pero son situaciones bastante puntuales”.
Es en ese tipo de situaciones, cuando las familias están en la calle, que los niños y adolescentes salen “a pedir plata”, explicó.
Dijo también que es difícil el trato con los adolescentes en esa situación, y mencionó como ejemplo el caso de un joven de 16 años, divulgado esta semana por Subrayado, que estaba en situación de calle desde hacía dos semanas. Luego de días de diálogo, lograron convencerlo de que se traslade a un hogar del INAU de forma transitoria. “Está en un centro abierto, no está privado de libertad, y lo que se busca es persuadirlo para que se mantenga ahí mientras vemos la respuesta de los adultos cercanos”, explicó.
Coordinación permanente
La situación de menores en situación de calle es atendida de forma específica por un plan integrado por el Mides, el INAU, la Administración de Servicios de Salud del Estado, la Administración Nacional de Educación Pública (ANEP) y la Junta Nacional de Drogas, entre otros. El objetivo es instalar una estrategia de “coordinación permanente para atender la situación de calle cuando recién surge”, dijo Rodríguez. Mencionó como ejemplo el contacto con la ANEP: si un niño comienza a faltar seguido a calse es una “alerta”, porque si no está en la escuela “es probable que esté en la calle”, explicó.
Las primeras situaciones de calle se dan en el barrio donde vive ese niño, señaló Rodríguez. Para el INAU es clave evitar que se dé el “salto” hacia las zonas céntricas de la ciudad, ya que eso “aleja la posibilidad de trabajo con él en lo comunitario”. Es por eso, agregó, que vienen trabajando con proyectos de inserción en los barrios más periféricos.