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En los días de mayor congestión, en la rambla portuaria pueden verse colas de hasta dos kilómetros de camiones que esperan para dejar o levantar mercadería en el puerto. Además de la engorrosa espera, la circulación de camiones de alto porte por Montevideo impacta en el tránsito y daña las calles, afectando la seguridad y la circulación e incrementando los costos.
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Estos problemas de “convivencia” entre el puerto y la ciudad preocupan a las autoridades. Por eso la Intendencia de Montevideo (IMM), la Administración Nacional de Puertos (ANP) y la Dirección Nacional de Aduanas (DNA) resolvieron “aliarse” para instalar una zona de actividad logística (ZAL) en la periferia de la ciudad que ayude a descongestionar la entrada al puerto y aleje el tránsito pesado de las calles montevideanas.
Ayer, miércoles 24, las autoridades de los tres organismos firmaron un convenio para poner en marcha el proyecto, y lanzaron un llamado a expresiones de interés para desarrolladores.
La iniciativa busca mejorar “el diálogo de la ciudad con el puerto”, replicando modelos que se han desarrollado en otras ciudades portuarias del mundo, explicó a Búsqueda el director del proyecto, Martín Dibarboure.
“No son malas noticias tener muchos camiones en la ciudad, lo que son malas noticias es no hacer nada para resolver las infraestructuras”, afirmó.
La zona de actividad logística surge como una respuesta a varios problemas. El puerto necesita solucionar la congestión en sus accesos y la Aduana está interesada en instalar un Centro Nacional de Verificación apropiado para el control de mercadería. A su vez, la Intendencia quiere evitar que camiones de alto porte circulen por la ciudad.
En una “inusual alianza interinstitucional”, los organismos aliados al proyecto “se van uniendo con objetivos propios”, señaló Dibarboure. El puerto puede “hacer una agenda de acceso mucho más ordenada si los camiones están a 12 kilómetros”, explicó. La aduana, por su parte, puede “hacer las verificaciones aduaneras de la mercadería que entra a la ciudad en un lugar especialmente diseñado para eso, de forma más rápida y más eficiente”.
¿Y qué consigue Montevideo? Que los camiones no entren a la ciudad. “Descongestiona la ciudad del tránsito pesado y se transforma en un aliado con el negocio con el exterior”, explicó el responsable del proyecto.
60 hectáreas.
La ZAL abarcará 60 hectáreas —ya expropiadas— en dos predios diferentes: un terreno de 53 hectáreas ubicado en la esquina de la Ruta Nacional 102 (anillo perimetral) y el camino Manuel Fortet, y otro de 7 hectáreas situado en el cruce de la Ruta Nacional 1 y el camino Tomkinson.
El más pequeño funcionará como área de preembarque al puerto de Montevideo. Allí se instalará una explanada para control documental de la carga con destino al puerto, un dormitorio de camiones, servicios e instalaciones para transportistas, un truck center, oficinas administrativas, servicios de atención para despachantes, agentes de carga y transportistas, un área de servicios gastronómicos, un área de descanso y un área de servicios higiénicos.
En el otro proyectan instalar el Centro de Verificación Aduanera, una terminal de ruptura de cargas en el día, un área para el agendamiento del ingreso al puerto de Montevideo, una terminal ferroviaria, un área para la promoción de pequeñas y medianas empresas con perfil exportador, un área para actividades logísticas de explotación privada, un truck center, un edificio de oficinas, un área comercial y de servicios y un área de usos múltiples.
Dibarboure explicó que el proyecto se instrumentará a través de un fideicomiso de administración de los terrenos. El fiduciario es el que hará el llamado para adjudicar las obras a un desarrollador privado, que con financiamiento propio construya, opere y mantenga la infraestructura.
En octubre prevén presentar el fideicomiso y antes de fin de año o en los primeros meses de 2015 abrir el llamado a licitación para adjudicarlo en el primer semestre. Estiman que la obra demandará cerca de un año y una inversión de más de U$S 50 millones.
“Enorme”.
Una vez que la zona logística esté en funcionamiento, el impacto en el tránsito de Montevideo será “enorme”, dijo a Búsqueda el director de Movilidad de la IMM, Néstor Campal. “Se evitan dos problemas: por un lado, la circulación de camiones de gran porte por la trama urbana, que genera enormes complicaciones. El segundo tema es que esos camiones no solo circulan, sino que paran y desconsolidan carga en distintos puntos de la ciudad”, explicó. A veces el comercio que importa mercadería tiene la instalación para descargar el contenedor, pero muchas veces ese trabajo se realiza en la calle, señaló. Ahora “la mercadería tiene que estar desconsolidada en camiones menores que sí puedan entrar al comercio”, explicó.
Los camiones de alto porte que trasladen mercadería deberán descargarla en la ZAL y transferirla a camiones más pequeños que estén habilitados a circular por la ciudad.
La normativa que regula la circulación de transporte de carga en Montevideo divide a la ciudad en tres zonas principales: la zona A (que incluye el Cerro, el Centro y la zona costera), donde pueden circular vehículos de hasta 16,5 toneladas; la zona B (área delimitada al norte por el Colector Perimetral, al oeste por las rutas 1 y 5, al sur por el límite norte de la zona A y al este por el arroyo Carrasco), donde el límite es hasta 24 toneladas; y la zona C (el área rural al norte y oeste del departamento), donde se permite la circulación de vehículos que superen las 24 toneladas por vía preferente.
En los hechos la aplicación de los límites es flexible. “Ahora se opera con vías de excepción”, afirmó Campal. A partir de la inauguración de la ZAL, la Intendencia “aplicará con rigor” la norma y no permitirá más el ingreso a la ciudad de vehículos que excedan el peso permitido, informó.