Al principio eran campos en el Chaco y después inmuebles. Pero las inversiones de uruguayos en Paraguay se vinieron diversificando en años recientes y su stock alcanzó máximos en las series estadísticas que lleva ese país.
Al principio eran campos en el Chaco y después inmuebles. Pero las inversiones de uruguayos en Paraguay se vinieron diversificando en años recientes y su stock alcanzó máximos en las series estadísticas que lleva ese país.
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En caso de que tengas dudas o consultas podés escribir a [email protected] contactarte por WhatsApp acáLos últimos datos son al cierre de 2015, un año particularmente dinámico para los capitales uruguayos que desembarcaron con fines productivos en la economía paraguaya.En cada trimestre hubo un flujo neto positivo que, sumado, fue de U$S 33,8 millones, de acuerdo con estadísticas del Banco Central de Paraguay analizadas por Búsqueda. De ese modo, el stock de inversión directa uruguaya en dicho país ascendió a esa fecha a U$S 90,9 millones, el doble que a comienzos de 2010 y el registro más alto en la serie informada (que se inicia en 2003).Ello posiciona a Uruguay como el duodécimo principal origen de inversión foránea en Paraguay; Estados Unidos (U$S 1.169 millones), Brasil (U$S 827 millones), España (U$S 384 millones), Holanda (U$S 340 millones) y Panamá (U$S 273 millones) ocupan los primeros lugares.
El embajador de Uruguay en Asunción, Federico Perazza, declaró a Búsqueda que hay una “visualización del mercado paraguayo por parte de las inversiones uruguayas como un elemento muy importante, sobre todo por la cantidad de rubros en los que Uruguay es competitivo”.
La inversión agropecuaria en el Chaco “ya tiene un rumbo bastante consolidado y se ha empezado a diversificar”, añadió. Mencionó los casos de la tecnología de la información, la consultoría, el desarrollo inmobiliario, la logística y los servicios gastronómicos. “En todos estos rubros Paraguay está creciendo y encuentra complementación en la inversión uruguaya”, dijo el diplomático.
Identificó los servicios de almacenaje, distribución y transporte como uno de los sectores que más inversión uruguaya está atrayendo. Eso, según Perazza, porque “se necesita que la logística también esté bien desde Paraguay, para estar en la entrada y la salida del trayecto” de, por ejemplo, contenedores de esa procedencia a través del puerto de Montevideo.
La Embajada uruguaya tiene relevada la instalación, en lo que va de 2016, de seis empresas: Indian Emporium (vestimenta), Wilson Tobal (mobiliario y decoración de interiores), Kolher (mobiliario y decoración de interiores), Ambienti (mobiliario), Punto Luz (electrodomésticos) e Invertax (negocios inmobiliarios). Además, empresarios del departamento de Florida están desarrollando el Punta del Este Tower y un grupo de inversores salteños construyen dos torres —Salto Grande I y II— en Encarnación y Asunción.
La cámara de comercio binacional tiene registradas casi un centenar de empresas de capitales uruguayos en Paraguay. Son en general firmas de reducida dimensión y varias de ellas franquicias.
En el agro, que fue la punta de lanza de esta oleada de inversiones uruguayas, se registra desde 2015 una desaceleración en la compra de tierras en Paraguay. Sin embargo, Perazza destacó que hay negocios “importantes” en el agro mediante sistemas de capitalización en ganado.
La economía de ese país creció a tasas relativamente altas en los años recientes, por encima de los promedios históricos. Tras un descenso de 1,2% en 2012, el Producto Bruto Interno (PBI) de Paraguay se expandió 14,2% en 2013, 4,4% en 2014 y 4% en 2015. Para este año el gobierno proyecta un crecimiento de entre 3,5% y 4%.
En un contexto de mayor certeza jurídica y estabilidad política, la inversión extranjera directa actuó como uno de los motores.
Algunos inversores se ven atraídos por aspectos regulatorios y una carga tributaria más liviana que en Uruguay. Las autoridades paraguayas hablan de “los tres 10”, refiriéndose a la tasa del impuesto sobre el consumo (IVA), y a la renta personal y empresarial. “Eso obviamente es un atributo importante”, comentó el embajador, pero aclaró que eso queda relativizado por el hecho de que la alta informalidad y evasión terminan por sumar costos a las empresas formales, por las carencias en infraestructura y algunos servicios. “El que aporta subsidia al que no lo hace”, resumió. Acotó que Paraguay está en un proceso de formalización de la economía y de modernización del Estado.
En esa línea, los gobernantes paraguayos admiten que su país todavía tiene reformas pendientes que encarar.