Después de varios años y un par de intentos fallidos, la Intendencia capitalina persiste en su anhelo de renovar y “sacar jugo” a una zona privilegiada, pero poco explotada, de la costa montevideana. Tras doce meses de trabajo, una comisión integrada por varias áreas de la Administración —y en diálogo con los vecinos del barrio— diseñó una propuesta para convertir la zona del Faro de Punta Carretas en un “parque urbano” que incluye instalaciones deportivas, paseos educativos, museos, escenarios para actividades culturales, ofertas gastronómicas y un puerto deportivo.
La directora de Espacios Públicos de la Intendencia de Montevideo (IMM), Patricia Roland, dijo a Búsqueda que el objetivo es crear un “gran parque urbano”, pero con intervenciones “de bajo impacto”, tratando de “alterar lo menos posible la zona” y de preservar el paisaje. Se trata de “recuperar un área con la lógica de lo que es la rambla”, explicó.
Con “un equipamiento muy respetuoso de lo que hay, de bajo impacto edilicio”, es posible “sacarle jugo y aprovechar lo que tenés hoy”, añadió Roland. Es que una de las principales preocupaciones de los vecinos es que se altere lo menos posible el paisaje del lugar. Por eso esta vez la Intendencia apostó a un proyecto de bajo impacto, a diferencia de anteriores propuestas, que incluían grandes centros de convenciones e intervenciones edilicias importantes.
El predio, de unas 20 hectáreas, que rodea el faro de Punta Carretas, y que se conoce como Punta Brava, se adentra un kilómetro en el Río de la Plata, y hoy tiene una planta de saneamiento, un centro de comunicaciones de la Armada, una estación meteorológica, un par de clubes, un viejo embarcadero, y varias hectáreas de parque.
Paseos educativos.
Por un lado, el proyecto propone diseñar un “museo parque” sobre la rambla y la costa montevideana. Consiste en la instalación de equipamiento que trace un paseo donde los visitantes vean “información interactiva” sobre la costa de la ciudad. También propone el diseño de un “paseo de valoración paisajística”, desde el que se aprecie el paisaje y las vistas de la ciudad y del río.
Por otro lado, con el objetivo de aprovechar las instalaciones que ya tiene la zona, se planea diseñar un “paseo educativo” sobre la gestión costera, indicó Roland. El objetivo es “hacer de la zona un sitio de aprendizaje”, explicó. “Aprovechar las instalaciones que tenemos para que eso se vuelque como un museo interactivo”.
La idea es que se permita el acceso del público a los lugares donde se trabaja en el desarrollo y la gestión de la costa, como es el emisor subacuático y la planta de saneamiento, el laboratorio de calidad ambiental, el faro, la estación meteorológica y las instalaciones de la Armada. Habrá visitas guiadas, exposiciones, eventos y demostraciones.
Deportes y actividades náuticas.
La rambla es uno de los espacios públicos más concurridos de la ciudad, y la Intendencia ha intentando potenciar su uso recreativo y estimular las actividades deportivas a lo largo de la costa.
En línea con esto, las autoridades quieren que Punta Brava se convierta en un “punto estratégico” de los circuitos aeróbicos de la rambla y contribuya a la promoción de la actividad física de los montevideanos. La propuesta prevé que allí se brinden servicios de apoyo a los deportistas, como baños, bebederos y vestuarios.
También se estudia la posibilidad de que se brinde asesoramiento técnico y servicios médicos. Las instalaciones incluirían una estación donde alquilar bicicletas.
Por otra parte, la Intendencia quiere que la zona ofrezca espacios para poder practicar actividades deportivas “singulares”, que hoy no existen en el resto de la ciudad. Así, se busca que el lugar se convierta en una “referencia”.
“No estamos hablando de canchas de fútbol, es un lugar demasiado valioso para eso”, explicó Roland. La idea es instalar pistas de skate, pistas para acrobacias con bicicletas, y canchas multiuso, contó. La secretaria de Deportes de la IMM está trabajando en definir los detalles.
El proyecto prevé que el centro deportivo pueda ser gestionado para que tenga alguna rentabilidad, a través de, por ejemplo, membresías, de forma que logre autosustentarse, explicó Roland.
Además, se propone desarrollar la práctica y la enseñanza de deportes náuticos en la zona del puerto deportivo, en particular vela, remo y pesca.
Una parte del predio, donde está el muelle, es propiedad de la Dirección Nacional de Hidrografía, oficina que también planea cambios en la zona. La propuesta de esta Dirección consiste en la instalación de un puerto deportivo, y para ello planea realizar un llamado a inversores privados.
Roland dijo que la Intendencia ve de manera “favorable” la iniciativa, y piensa trabajar en conjunto con esa dirección para armonizar ambos proyectos. La idea de la IMM es que el puerto tenga un “perfil definido de paseo público” y que incluya servicios para el público general.
La jerarca municipal explicó que Hidrografía ya ha recibido propuestas de privados para intervenir en la zona, que contemplan además del puerto la instalación de servicios gastronómicos y de un centro de convenciones. Los inversores privados entienden que por sí solo el puerto no sería rentable. En ese caso, explicó Roland, las construcciones serán del “menor impacto posible”. Mencionó como ejemplo el centro construido en la zona de Kibón, que es de baja altura.
Por otra parte, el proyecto de la comuna propone la creación de un Centro de Interpretación de la Fauna Fluvial, donde se brinde información sobre la fauna del Río de la Plata. En ese entorno se podrían instalar comercios que vendan frutos del río, locales gastronómicos especializados y comercios y servicios vinculados a la pesca, informó la jerarca.
Sobre la punta del predio, que es el punto más austral de Montevideo, se planifica construir senderos para caminar y plataformas desde donde se pueda apreciar la vista de la ciudad y del río (ver imagen).
Antecedentes.
Esta no es la primera vez que la Intendencia se propone revitalizar la zona de Punta Brava. En 1997, la comuna, dirigida por Mariano Arana, hizo un llamado y otorgó la concesión por 25 años a la empresa Abecar S.A. La iniciativa, conocida como “Navigator”, preveía acondicionar un parque de 11 hectáreas, construir dos edificios para eventos y tres restaurantes. Pero finalmente, con la crisis económica del 2002, el proyecto no prosperó.
En 2006, durante la administración de Ricardo Ehrlich, la Intendencia hizo un nuevo llamado, invitando a presentar proyectos para la zona, pero la iniciativa tampoco logró resultados.
“Los desarrollos que se proponían eran de muy alto impacto a nivel edilicio”, evaluó Roland. “Fueron quedando porque la zona —los vecinos— notoriamente siempre se resistieron”, añadió. “Hay una gran sensibilidad frente a lo que se construya acá”, dijo, pero “esta propuesta tiene buena aceptación en la gente porque no propone ningún cambio radical”.
“Creo que el proceso que se ha hecho, que ha sido largo y que hasta ahora no ha tenido resultados concretos, te lleva a que hoy llegues a esto”, opinó. La propuesta actual cuenta con el apoyo del Consejo Vecinal de la zona, del Consejo Municipal y de la Comisión de Espacios Públicos Patrimoniales, donde la Intendencia ya presentó todos los detalles de sus planes.
En la siguiente etapa, el equipo de trabajo incorporá a un economista para hacer los estudios sobre las inversiones y la rentabilidad de los comercios que se instalen. Además, sumarán a un funcionario de Jurídica para empezar a trabajar en el diseño de los pliegos para las licitaciones. “Creo que el tema de no hacer mucha edificación hace que la rentabilidad sea baja. Entonces hay que hacer un cálculo sobre qué significa en inversión este proyecto. Si me da para mantenimiento soy más que feliz”, señaló Roland.