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Fueron procesos paralelos en el tiempo, pero bien diferentes. En Chile la Unidad Popular (UP), que dio el triunfo en 1971 a Salvador Allende, se constituyó en base a un acuerdo entre el Partido Comunista (PC) y el Partido Socialista (PS). En Uruguay, además de esos partidos y otros movimientos, el Frente Amplio incluyó al Partido Demócrata Cristiano (PDC) y a sectores escindidos de los partidos Nacional y Colorado. Fue algo muy lejano de lo que ocurrió en Chile, donde el PDC, una colectividad tradicional y de enorme peso electoral, fue oposición a Allende. Y si bien sectores juveniles,el propio candidato presidencial, Radomiro Tómic y varios dirigentes, combatieron la dictadura, otros dirigentes de hecho la apoyaron.
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Ahora, la Concertación chilena, que ganó todos los gobiernos tras el fin de la dictadura a fines de la década de 1980 hasta que perdió con Sebastián Piñera en el 2010, quiere volver al poder y para eso decidió ensanchar su base electoral con la creación de Nueva Mayoría junto al Partido Comunista. Ese objetivo explica la visita a Montevideo de la ex ministra de Planificación de Michelle Bachelet, la socialista Clarisa Hardy.
“¿Cómo se hace para gobernar en una alianza de comunista y democratacristianos?” fue, en síntesis, la pregunta que planteó Hardy a varios jerarcas del gobierno uruguayo con los que se reunió semanas atrás. La dirigente chilena manifestó cierta preocupación ante sus interlocutores sobre las reacciones de la derecha chilena, que ya habla de cómo la Concertación —integrada por el PS, el PDC, el Partido Radical y el Partido por la Democracia— se está “chavizando”. Además evaluó que se advierten reacciones “anticomunistas” ante la nueva alianza, que según todas las encuestas colocará nuevamente en el Palacio de la Moneda a Michelle Bachelet tras la elección de noviembre próximo.
En Montevideo.
Hardy estuvo a fines de agosto en Montevideo para dar una conferencia sobre políticas sociales. Acompañada por los ministros Daniel Olesker (Desarrollo Social) y Eduardo Brenta (Trabajo y Seguridad Social), Hardy expuso sobre las “Nuevas estrategias y retos en políticas sociales. El caso chileno y el uruguayo”.
Allí dijo que los gobiernos de los países de la región tienen como “reto” enfrentar la “desigualdad” y la “vulnerabilidad de los sectores medios”. Por eso, Hardy puso énfasis en que es necesario dar servicios de “calidad” a toda la población y evitar malestares como los que se produjeron en Brasil hace dos meses, cuando miles de personas protestaron contra el gobierno y el sistema político en general (Búsqueda Nº 1.728).
Previo a la charla, Hardy mantuvo durante los dos días reuniones con jerarcas del gobierno para hablar sobre políticas sociales.
Hardy es psicóloga, con un diploma en Antropología por la Universidad de Oxford (Inglaterra), consultora en políticas sociales y ministra de Planificación durante el gobierno de Michelle Bachelet (2006-2010).
Durante su pasaje por el Ministerio creó “Chile Crece Contigo”, un plan que, luego de haberlo conocido, comenzó a aplicar en Uruguay la entonces ministra de Desarrollo, Marina Arismendi, en 2007. En Uruguay empezó a aplicarse como una experiencia piloto en Canelones, pero luego se amplió a nivel nacional. El objetivo de este programa es “consolidar un sistema de protección integral a la primera infancia a través de una política pública que garantice los cuidados y protección adecuados de las mujeres embarazadas y el desarrollo de niños y niñas menores de cuatro años, desde una perspectiva de derechos”, según el gobierno.
Gustavo Pacheco, director general adjunto de la Dirección General de Cooperación de la Cancillería, militante del Partido Socialista y “amigo de Hardy” según comentó a Búsqueda, participó también en el encuentro entre la presidenta del Frente Amplio, Mónica Xavier, y la ex ministra chilena
“La preocupación que estuvo sobre la mesa fue acerca de cuáles son los mejores caminos sobre cómo sensibilizar a la sociedad chilena, que tiene un reflejo muy anticomunista todavía, como para plantear que es absolutamente moderno y democrático hacer una alianza de este tipo y que no genera ninguna distorsión institucional o macroeconómica”, relató Pacheco.
Explicó que precisamente “el ejemplo que se puso sobre la mesa fue el del ejercicio del gobierno del Frente Amplio”.
Pacheco relató que también se buscará “estrechar los vínculos más allá de la obvia relación entre los precandidatos Bachelet y Vázquez” y añadió: “Aspiramos a profundizar los lazos entre las dos fuerzas políticas. Fundación Dialoga, la Líber Seregni, las del Partido Comunista chileno”. Los uruguayos le informaron a Hardy del poderío de los comunistas uruguayos en el movimiento sindical.
Los partidos uruguayos.
El secretario de relaciones internacionales del PDC y viceministro de Turismo uruguayo, Antonio Carámbula, recordó el rol “fundamental y el relacionamiento político y personal” entre los jefes del PDC y el PCU en la década de 1970 —Juan Pablo Terra y Rodney Arismendi— como “claves en la fundación de lo que consideraban era una causa común, que era la fundación del Frente Amplio en febrero de 1971”.
Para los democratacristianos uruguayos “jamás fue un problema, sino todo lo contrario, convivir con los compañeros comunistas con los que todos nuestros acuerdos y eventuales desacuerdos se sintetizan en esa casa común que nos da cabida y que es el Frente Amplio”, señaló.
Carámbula dijo que su partido siempre se sintió identificado con el gobierno de la Concertación chilena, si bien comentó que confía “en que esta alianza más amplia será beneficiosa para la gente”.
En tanto, el senador y secretario general del Partido Comunista del Uruguay, Eduardo Lorier, resaltó que la Democracia Cristiana uruguaya, “a diferencia de otras se alió con la izquierda. Arismendi y Terra fueron claves en la génesis del Frente Amplio”, dijo en coincidencia con Carámbula.
“En Uruguay se dio un hecho único en el mundo; juntos comunistas y democratacristianos. Como dijo Rodney Arismendi, se unió el Sermón de la Montaña con el Manifiesto Comunista”, afirmó.