La Policía cree que con la legalización del mercado de marihuana su trabajo no cambia “casi nada”, porque el narcotráfico seguirá

Al igual que los autores de la norma que legalizó la producción y venta de marihuana, la Policía uruguaya mira la experiencia holandesa para prepararse para lo que viene. Y la primera conclusión a la que llegan los oficiales es que “casi nada” de su trabajo cambiará, porque “seguirá habiendo narcotráfico” y un “mercado ilegal”.

En Holanda el Ministerio Fiscal “puede desistir de la persecución de hechos delictivos”, como sería en este caso la venta de marihuana y hachís, “si ello sirve al interés público y social”. Según el documento oficial, al permitir puntos de venta de cannabis controlados “se aspira a la segregación del mercado con intención de prevenir que el toxicómano, al adquirir cannabis, entre en contacto con las drogas duras y una subcultura criminal”.

Si bien se autorizó la venta en coffee-shops, se mantuvo ilegal la producción, por lo que la provisión de marihuana por parte de los locales sigue prohibida.

Según el informe, “las fuerzas del orden público y la Justicia se enfocaban principalmente en el crimen relacionado con las drogas duras. Sin embargo, los estudios realizados en los años pasados han dejado en claro que el crimen organizado cada vez tiene más vínculos con el cultivo de cannabis”.

En la reunión los policías holandeses sostuvieron que las organizaciones criminales “coparon la provisión de los coffee-shops y avanzaron en temas como la modificación genética de las plantas”, relataron a Búsqueda fuentes del Ministerio del Interior.

Esa consecuencia no prevista, junto con el “turismo cannábico” son los dos principales problemas que plantearon los holandeses, añadieron los informantes.

A la hora de elaborar el proyecto de ley, las autoridades uruguayas previeron algunos de estos efectos e intentaron mitigarlos incluyendo previsiones como que la venta de marihuana en farmacias será solo para personas con residencia uruguaya y que la producción se establecerá mediante licencias otorgadas y controladas por el Estado.

“Como estamos empezando pudimos estudiar todo eso” y tratar de evitar las “dificultades del modelo holandés y el turismo cannábico y todos los problemas que le genera con otros países”, relató el secretario general de la Junta Nacional de Drogas, Julio Calzada, el martes 17 durante una conferencia que brindó en la Embajada uruguaya en Buenos Aires.

Poca cosa.

Después de escuchar a sus colegas holandeses, a varios oficiales uruguayos, le quedan dudas acerca de cuáles serán las consecuencias de la ley. No obstante, consideran que su trabajo “cambiará poco” porque “tráfico de drogas va a seguir habiendo y la orden de combatirlo va a continuar”, dijo un jerarca de la Policía.

Un oficial con amplia experiencia en el combate al narcotráfico afirmó que desde hace tiempo el trabajo de la Dgrtid “se concentra en las grandes organizaciones criminales” y “no en las personas que tienen una planta en su casa”.

Para Calzada, no obstante, la ley aprobada el 10 de diciembre “va a dejar con más claridad que los servicios de contralor del Estado se tienen que posicionar claramente contra el crimen organizado y no distraerse contra los usuarios”.

“En Uruguay las fuerzas de seguridad han tenido un desempeño altamente profesional”, relató Calzada en Buenos Aires. “En el caso de la marihuana han incautado en el entorno del 10% del mercado estimado, se quintuplicaron los procedimientos policiales, se creó la secretaría Anti Lavado de Activos; todo esto no logró desarmar ni desarticular el desarrollo del mercado, ni del crecimiento del consumo, ni del crecimiento de las organizaciones que se benefician del narcotráfico”, concluyó.