“Yo no sé si elegí la carrera o la carrera me eligió a mí. Pero hace 11 años empecé a hacer algo que no querían hacer los programadores y descubrí que me gustaba, que estudiaba y que aparte ofrece mucho trabajo a nivel mundial”. Alejandra Viglietti es experta en testing o control de calidad de productos informáticos, un servicio en el que Uruguay destaca y cuenta con pleno empleo. Viglietti protagonizó un periplo nacional que comenzó en Montevideo, donde nació hace 36 años, continuó en Ciudad de la Costa (Canelones), donde reside, prosiguió en Durazno, donde en diciembre se tituló en Tecnologías de la Información y Comunicación (TIC) por la Universidad Tecnológica (Utec) y llegó a Fray Bentos (Río Negro), donde imparte clases semipresenciales a alumnos del primer curso de la carrera “para devolverle algo a la industria”, dijo a Búsqueda.
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Los primeros 32 titulados de la Utec se recibieron en diciembre, con la particularidad de que todos trabajan y que en su mayoría integran además la primera generación universitaria de sus familias. “Ahí está el valor agregado universitario, que es llevar la educación al interior con una institución moderna, flexible, sin dogmas, que pretende ser disruptiva y trasgresora, a la vez que autosuficiente y poco burocrática, a diferencia de la universidad clásica, napoleónica y estructuralmente pesada”, afirmó a Búsqueda Rodolfo Silveira, uno de los tres consejeros de la Utec, junto con Pablo Chilibroste y Graciela Do Mato.
Tecnologías de la Información “sigue siendo por lejos la carrera más demandada”, porque, entre otros factores, “el sector informático tiene desempleo cero, está relativamente bien remunerado y la tecnicatura cuenta con salidas intermedias en los primeros años”, explicó Viglietti. La modalidad de estudio de esta carrera de dos años es semipresencial; el 70% de la carrera es a distancia, por videoconferencias, y el 30% restante se dicta en jornadas presenciales de 9 a 17 horas, cada 15 días.
Según previsiones de la Cámara Uruguaya de la Tecnología de la Información (CUTI), que auspicia y trabaja junto con la Utec, para 2022 Uruguay tendrá un déficit de 20.000 puestos de trabajo en el sector de la industria del software.
El cisne negro.
La Utec forma actualmente a unos 820 alumnos. Si bien la edad promedio de los estudiantes bajó de casi 30 años de edad, en 2016, a 27 años, en 2017, aún se ubica por fuera de los rangos de la Unesco, que van de 18 a 24 años. “Mucha gente del interior no tenía la oportunidad de cursar una carrera donde residía, y ahora puede retomar o empezar sus estudios terciarios”, contestó el consejero Silveira.
Ocho de cada diez alumnos de la Utec accede por primera vez a la enseñanza universitaria en su familia y apenas el 20% de los matriculados proviene de hogares con niveles de formación elevada. (Búsqueda Nº 1.921)
Por esa razón —continuó el consejero— la Utec es “un agente de desarrollo local, porque evita el desarraigo sin imponer desde Montevideo”, que aún concentra un 80% de la oferta educativa universitaria del país.
La Utec focaliza su propuesta en el interior, con los Institutos Tecnológicos Regionales (ITR) de Fray Bentos y Durazno, más otra, en construcción, en Rivera. La oferta se completa con las sedes en Paysandú, Mercedes, Nueva Helvecia y Colonia La Paz. También recibió en comodato de parte del Ministerio del Interior el local de la excárcel departamental de San José, donde, tras su refacción —con una inversión estimada en US$ 2 millones—, impartirá Tecnologías de la Información, a partir de marzo de 2019.
Desde 2014, esta universidad edificó 11.000 metros cuadrados y proyecta terminar 2020 con más de 14.000 metros cuadrados construidos. El presupuesto global para 2017 rondó los $500 millones, y de 2018 a 2020 la inversión proyectada es de $ 800 millones.
Creada por la Ley 19.043 en diciembre de 2012, la Utec es una apuesta del expresidente José Mujica (2010-2015).
Para su aprobación fue clave el respaldo de los intendentes opositores al convencer a los legisladores de sus filas políticas de apoyar la nueva universidad.
Los tres grandes enclaves regionales de la institución pertenecen hoy a los partidos políticos mayoritarios: Río Negro (Frente Amplio), Durazno (Partido Nacional) y Rivera (Partido Colorado).
“Los finlandeses crearon en el Parlamento una ‘Comisión del futuro’ que estudia cómo viene el mundo en sus diferentes escenarios. Ellos no hacen profecías, elaboran diagnósticos, basados en evidencias científicas, y siempre dejan un espacio, que llaman ‘el cisne negro’, para lo imprevisto, porque en el mundo actual la posibilidad de que aparezca ‘un cisne negro’ existe siempre, y hay que estar preparados. Eso intenta hacer la Utec”, expresó Silveira.
Multicampos.
La Utec empezó 2014 con 44 estudiantes y en el primer semestre de 2017 superó el millar de matriculados, pero cerró el curso con solo 820 alumnos activos. “Tenemos una alta deserción estudiantil, que se debe fundamentalmente a problemas de transporte”, aseguró el consejero, y arguyó: “Fray Bentos está relativamente cerca de Mercedes, pero el último ómnibus de una ciudad capital a otra sale a las 22, y las clases terminan a las 22:30. Pasa lo mismo en Durazno”. La carrera de Tecnólogo en Información comenzó en 2015 con 60 alumnos y terminó con 16.
Otra causa de abandono es el nivel sociocultural de las familias. “Es muy común que los padres no manden a sus hijos a estudiar a las ciudades del propio interior por razones culturales y regionales, más que económicas”, dijo Silveira. Y la tercera, añadió, es “el déficit en la enseñanza previa para llegar a los niveles exigidos a nivel terciario”.
Así y todo, la Utec proyecta una matrícula de 3.000 estudiantes para 2020, lo que le daría una relación de 10 alumnos por profesor, el número que según Silveira tienen como referencia los principales institutos tecnológicos a escala internacional.
No obstante, estas cifras están muy lejos de la Universidad de la República, que ofrece casi 150 carreras y cuenta con unos 150.000 estudiantes, si bien la Utec no apuesta a la masividad estudiantil.
“El problema del alojamiento es una dificultad adicional, que se presentará más claramente en los próximos años”, señaló Silveira, porque en ninguna de las ciudades en que hay gran oferta educativa —Fray Bentos, Durazno y Rivera— existe capacidad para alojar la cantidad de alumnos que se espera”.
Ante esta situación, dijo, la universidad explora la creación de residencias o campus universitarios. “Si hay que definir técnicamente, la Utec es típicamente una universidad multicampus, con posibilidades de residencias estudiantiles de concesión privada”.
“No necesariamente la Universidad tiene que gestionar las residencias. Las principales universidades del mundo no manejan sus propias residencias; desde los años 60 o 70 se han asociado con privados de la hostelería especializada, y esa es una instancia que estamos explorando, porque en la medida que aumente la matrícula estudiantil, será una necesidad”, manifestó.
De momento, la Utec cuenta con una residencia estudiantil pequeña en Durazno que permite alojar a unos pocos alumnos. Los estudiantes de informática reciben alojamiento en la base de la Fuerza Aérea, más servicio de comida y traslado al ITR, a cambio de programas de inglés certificado en Cambridge.
Otra aspiración de la Utec es alcanzar un 65% de los docentes radicados en el interior para 2020. Hoy casi la mitad del plantel vive en el interior (48%), con otras oportunidades laborales. Una docena de profesores de la Utec son ingenieros de UPM en Fray Bentos.
Por otra parte, una de las principales características de la novel universidad, según sus autoridades, es la autosuficiencia para desarrollarse más allá de la situación presupuestal en la que se encuentre, con un modelo educativo propio (Búsqueda Nº 1.878).
“Una de nuestras principales misiones es tratar de conseguir fondos extrapresupuestales genuinos, en competencias abiertas o a nivel internacional”, sostuvo Silveira.
La Utec recibió una donación inicial del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), luego una contribución “importante” de UPM (unos US$ 4 millones para el edificio de Fray Bentos) y otra “muy importante de equipamiento” del gobierno de China. También cuenta con un fondo proveniente de Corea del Sur, y administrado a través del BID, informó el consejero.
El monto aproximado de estás “ayudas extrapresupuestales” es de US$ 10 millones.
Información Nacional
2018-01-11T00:00:00
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