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En caso de que tengas dudas o consultas podés escribir a [email protected] contactarte por WhatsApp acáConmemorando los 28 años en que hemos estado hablando de “el problema de la basura” —período casualmente coincidente con el de una demostrada incapacidad no digo ya para resolverlo, sino simplemente para analizarlo, entenderlo y divulgar sus causas— quiero que esta comunicación contribuya a superar tal inoperancia. Y hablo en plural porque me incluyo entre los que, desde hace 28 años, esperamos vivir en una ciudad limpia, humanizada, con reglas de convivencia que se cumplan. Y empiezo por presentarme.
Soy un vecino de la ciudad de Montevideo, residente en el Municipio E, tengo 78 años.
Dentro de las áreas censales que delimita el Instituto Nacional de Estadística (INE), mi vivienda está en el segmento 122 de la sección número 10. El segmento comprende siete zonas (por tratarse de un área urbanizada, las zonas censales corresponden a las manzanas). De esas siete manzanas, dos son baldías y solo cinco (con una superficie de poco más de nueve hectáreas), contienen viviendas. El barrio, de acuerdo al INE, es Buceo.
Vivo allí hace doce años. En el censo del año 2011 había en esas cinco manzanas habitadas 343 viviendas (23 desocupadas), y en ellas vivíamos 903 personas. Acotando los datos y referido a la zona censal o manzana de mi domicilio (zona 3 del segmento 122 de la sección 10 de Montevideo) en 2011 esta tenía 34 viviendas (2 desocupadas), con 91 habitantes (51 mujeres y 40 hombres). Números para retener: 91 personas en 34 viviendas, en una manzana de Buceo.
En las aceras de las cuatro calles que delimitan la manzana hay dos contenedores de residuos: el número 28.172, instalado el 19 de junio del 2016 y el 19.777, instalado el 8 de diciembre de 1917, ambos con una capacidad aproximada a 1,6 m3, o sea, unos 1.600 kilos de residuos, si estos tuviesen aproximadamente la densidad del agua. De acuerdo a lo que informa la Intendencia en http://www.montevideo.gub.uy/arriba-un-montevideo-mas-limpio y una vez que acercamos el área hasta identificar ambos contenedores (una información muy bien presentada), el servicio de recolección de los residuos de ambos contenedores, se practica “lunes, miércoles y viernes, con feriados laborables, en turno matutino, entre 06:00 y 14:00 horas”.
Salvo error u omisión, entonces, cada contenedor de 1.600 kilos se descarga tres veces por semana, por tanto los dos contenedores (3.200 kilos) tres veces por semana son 9.200 kilos. Ese volumen, entre 91 personas (de 0 a 100 años) indica que el volumen semanal a descargar es de más de 100 kilos por persona, lo que a todas luces parece suficiente para que no se desborden nunca.
Esos son datos. Estos son hechos: permanentemente están ambos contenedores desbordados y en un metro a su alrededor nos apesta la suciedad, la putrefacción de restos orgánicos de toda clase, los repulsivos olores de la mugre acumulada. En mis 12 años viviendo en el lugar, jamás he visto a un vecino que arroje residuos fuera del contenedor, salvo cuando están totalmente colmados. En esos mismos 12 años he visto que, siempre, a la mañana siguiente de que levantaron los residuos y limpiaron su entorno, aparecen muchas bolsas rotas y todo su contenido desparramado en la vereda. A los energúmenos que practican ese deporte, en mi barrio la mayoría pensamos que alguna mano negra (o de otro color) les paga para que lo hagan. Todos conocemos a algunos vecinos, la mayoría ancianos, que recogen lo que entienden aprovechable del contenedor, pero jamás arrojan nada fuera de él.
Conclusión: si la recolección se hace como se tiene establecido y si se termina con los que ensucian por diversión o porque les pagan, nunca habría un contenedor desbordado ni mugre en su alrededor.
Probaremos la eficacia de esta vía de comunicación con el señor intendente y, si es efectiva, también dedicaremos tiempo a conmemorar los 28 años en que hemos hablado de la reparación de las veredas y otro tanto, de mejorar el sistema de transporte colectivo en sus manifestaciones más simplotas, como el detener los buses junto al cordón.
Milton Cencio Demaría
CI 3.232.517-7