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“No me convence para nada”, fue la respuesta del senador tupamaro José Mujica a fines del año pasado cuando algunos dirigentes de su sector político, el Movimiento de Participación Popular (MPP), le sugirieron postular al diputado Alejandro Sánchez a la Presidencia del Frente Amplio.
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Igual se comprometió a meditarlo y volver a discutirlo. No cambió de opinión semanas más tarde pero sí transmitió un mensaje muy claro a los que reclamaban su aprobación: “Hagan lo que quieran. Yo voy a estar, decidan lo que decidan”.
El argumento que esgrimió Mujica en ese momento a sus allegados es que prefería a un postulante por fuera del MPP y mencionó al ex vicecanciller y ex diputado Roberto Conde. “Ese es mi pollo”, les dijo pero también aclaró que es “hombre de partido” y que sería “leal” a lo que resolvieran sus compañeros.
“Para mí le están errando pero el equivocado puedo ser yo”, argumentaba en privado cuando Sánchez ya era el candidato del MPP y públicamente lo sugería. “Apoyo al Pacha Sánchez pero no me divorcio de Conde”, declaró el 6 de abril a radio El Espectador.
Hoy, con casi todos los votos de las elecciones internas del Frente Amplio escrutados y con Sánchez en un segundo lugar después de Javier Miranda y una muy alta votación de Conde, varios dirigentes del MPP recuerdan las palabras de Mujica y dicen por lo bajo que su liderazgo salió “fortalecido” de esta instancia, aunque tiene un “problema a futuro”.
De hecho, en las tres oportunidades que Mujica no fue la principal figura del MPP en instancias electorales, su fuerza política perdió. Eso ocurrió en las elecciones internas del Frente Amplio en 2012 (cuando Ernesto Agazzi perdió con la socialista Mónica Xavier), en las municipales de 2015 (cuando su esposa Lucía Topolansky perdió con Daniel Martínez), y ahora (cuando Sánchez perdió con Miranda).
Por el contrario, cuando siendo presidente resolvió tener un rol más activo en la campaña electoral y encabezar la lista de su sector para las elecciones nacionales de octubre de 2014, el MPP obtuvo la mayor votación de su historia.
“Teniendo en cuenta los resultados, el principal temor es que el MPP no sobreviva a Mujica, porque está claro que los votos son de él y no parecen heredables”, argumentó a Búsqueda un integrante de la dirección de esa fuerza política.
Informó además que la votación que recibió el MPP en las últimas elecciones del Frente Amplio fue porcentualmente superior a las instancias internas anteriores, lo que significará que aumente su representación en los órganos partidarios, pero que “hubo muchos votos cruzados”, que apoyaron a esa fuerza política pero a Conde como presidente.
Las diferencias entre Mujica y Sánchez vienen de tiempo atrás. El joven legislador fue una opción manejada a fines de 2014 para pelear por la Intendencia de Montevideo. La esposa de Mujica, Lucía Topolansky, repetía una y otra vez que no quería correr la carrera por la comuna capitalina. El nombre de Sánchez apareció en la mesa de opciones ante la negativa de Topolansky.
En diciembre de 2014, Mujica reunió “a la barra” en su chacra de Rincón del Cerro. Había cuatro nombres posibles como postulantes a la Intendencia de Montevideo. Él, su esposa, Gabriel Otero (alcalde municipal) y Sánchez. “Yo no porque estoy viejo. A Carlos no lo conoce nadie. Vos Pacha sos muy joven. La que queda es Lucía, pero definan ustedes”, dijo el entonces presidente de la República y se quedó en silencio. Su análisis fue categórico para que el MPP terminara definiendo la candidatura de Topolansky. Aquella tarde fue el primer “portazo” que Sánchez recibió de Mujica, según interpretan los allegados al diputado del MPP.
Durante la campaña electoral para las elecciones internas del Frente Amplio, Mujica llevó a Sánchez como su acompañate durante un viaje a Bolivia y participó en el acto de cierre, aunque ocupó un lugar en la mitad de la platea, lejos del escenario.
Latas y tupas.
La actual elección interna del Frente Amplio es la tercera contienda electoral donde los socialistas se imponen al MPP. Si bien Miranda fue presentado como un candidato “independiente”, los apoyos del Partido Socialista y del Frente Liber Seregni fueron los pilares para lograr el triunfo. Esta alianza se repitió en las anteriores ocasiones y fomenta la idea de las dos grandes corrientes en el Frente Amplio: una que apunta a la socialdemocracia y la otra que pretende más socialismo o lo que se resumió como “un giro a la izquierda” en el último Congreso del partido de gobierno.
A pesar del triunfo de Miranda, los socialistas y astoristas no tendrán la mayoría en los órganos de dirección. La buena votación del Partido Comunista hace que, junto con el MPP y la Lista 711 (del vicepresidente Raúl Sendic) tengan la mayoría simple tanto en el Plenario Nacional como en la Mesa Representativa del Frente Amplio.
Esta misma fotografía se repitió en la pasada elección interna del 2012, cuando la Presidencia fue ganada por la socialista Mónica Xavier.
En el comando de campaña de Sánchez optaron por esperar la confirmación oficial del triunfo de Miranda. Sin embargo algunos de sus dirigentes señalaron a Búsqueda que quedaron conformes con la campaña realizada. El candidato del MPP se dedicó los últimos días a la discusión de la rendición de cuentas en la Cámara de Representantes y cumplió un papel central para destrabar la negociación con los diputados frenteamplistas “rebeldes” que no querían votar el proyecto de ley.
