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En caso de que tengas dudas o consultas podés escribir a [email protected] contactarte por WhatsApp acáHace unos días, Sofía, hija menor del Gral. Miguel Dalmao, publicó en Facebook estas sentidas y muy dolidas palabras que, al haberlas compartido con nosotros, con mucha angustia se las hacemos llegar a amigos y camaradas, no sin antes secar unas lágrimas traviesas que, inevitablemente, brotaron al leerlas.
Foro “Libertad y Concordia”
Secretaría
Carta de la señorita Sofía Dalmao Burgueño a su padre, recientemente fallecido, General Miguel Dalmao Álvez. 03 de enero de 2015.
El cielo está de fiesta viejo, por recibir a personas como vos. Te admiro tanto, te robaron tu libertad, te robaron tu carrera; ¡ibas a llegar tan lejos!
Te hundieron socialmente y para colmar tanta locura te robaron la vida, te mataron, gordo. Tengo tanta vergüenza de vivir en el país que vivo. Esa sed de venganza constante y para peor con personas equivocadas; fuiste un trofeo para dejar contentos a unos cuantos.
¿Derechos humanos? ¡Por favor! Ya ese cuento no existe, no existen los derechos humanos, ¿y la justicia? Pff…¿qué es eso? Con tal de un poquito de prestigio y sacarse cartel, marche preso quien sea, ¿de qué les sirve?
Claramente no importa encontrar culpable, ni la verdad, simplemente ver quién llega más lejos, quien puede más; ¡qué asco!
Lo que hicieron contigo no tiene perdón. Era una batalla de quién inventaba la mejor historia y cada persona que la creyó es tan cómplice como sus inventores. No hay que ser muy inteligente, es solo interesarse en el caso y salta a los ojos, ¡es algo increíble! De película.
Tanto el repudio que hasta vos lo sentiste, con ese amor al Ejército y a la patria que siempre tuviste, no quisiste honores militares, no quisiste ningún circo y creo que eso, para los que te conocemos, dice mucho.
Tampoco aquellos inútiles traidores que desaparecieron cuando más los necesitabas, sean colegas o políticos, aquellos que por cuidar su lugar mejor cerraban la boca. Pero obvio, en las malas quieren figurar todos y realmente no merecían estar ni a dos pasos tuyo, la institución también, una vergüenza.
Odié cada momento en el que decías que se había ensuciado el apellido. Si es por mí me lo tatúo en la frente y lo grito a los cuatro vientos: estoy agradecida de ser Dalmao.
No tengo palabras para expresar lo que fuiste, ¡estoy tan orgullosa! Para hablar de tipos como vos hay que sacarse el sombrero y levantar la cabeza, sos un ejemplo. Esas ganas constantes de ayudar incluso cuando todo el mundo te dejó solo, esa alegría, esa sonrisa. Esas ganas de vivir, de recuperarlo todo, porque nos debemos paseos y asados, nos debemos fiestas y mates. Loco, ¡sos tan grande!
Escribo así porque quiero que todo el mundo lea, que sepan lo que sos para mí, para la familia y para tus amigos. Te amo infinitamente y te agradezco, te agradezco hacerme tan fuerte viejo, ¡no tenés idea! Ya no caigo por nada.
No tengo palabras ni para vos ni para mamá, ¡porque lo que pelea esta mujer no tiene nombre! Y la vamos a seguir peleando gordo, te juramos que esto no queda acá.
Mi único consuelo es que se terminó, después de 4 años, se terminó el sufrimiento y por sobre todas las cosas viejo, sos libre.
Sos mi ángel ahora, el mejor de todos. Te amo, para siempre, tu “boli”.
Sofía Dalmao Burgueño