Las municiones para combatir la inflación se van agotando: algunas —como la política monetaria y habilitar una baja nominal de la cotización del dólar— ya fueron usadas, sin mayor éxito.
Las municiones para combatir la inflación se van agotando: algunas —como la política monetaria y habilitar una baja nominal de la cotización del dólar— ya fueron usadas, sin mayor éxito.
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En caso de que tengas dudas o consultas podés escribir a [email protected] contactarte por WhatsApp acá“Con una Argentina que no se pone más cara y con un Brasil que abarata, no debería haber más espacio en Uruguay para dejar bajar el tipo de cambio con una inflación de más de 7%”, sostiene Jorge Morgernstern, economista senior de investigación global de HSBC. La proyección de ese banco es que el tipo de cambio en la plaza local se ubique en un nivel cercano a $ 22.
Morgernstern estuvo en Montevideo la semana pasada para reunirse con funcionarios del Ministerio de Economía y del Banco Central, y con consultores privados. Lo que sigue es una síntesis de su entrevista con Búsqueda.
—¿Cómo visualiza los problemas que enfrentan algunas economías avanzadas? ¿Qué dice sobre Argentina y Brasil, que tienen fuertes vínculos con Uruguay?
—No hay riesgos ni inminentes ni tampoco generados propiamente para Argentina ni Brasil. Un abismo fiscal llevado a fondo en Estados Unidos, que no parece lo probable ni razonable, o una ruptura desordenada del euro— a la que se le han puesto bastantes vallas para que pueda ocurrir—, esas son las cosas que podrían generar cimbronazos muy grandes. Fuera de eso, lo más preocupante es lo que pase con China; su economía pasó por una desaceleración y está el miedo de que no sostenga un crecimiento tan fuerte hacia adelante.
En Brasil los datos fueron peores de lo esperado y revisamos las proyecciones de crecimiento para 1% para este año y 3% para el que viene. Y en Argentina hemos visto que el despegue que se podía esperar para la segunda mitad de año no tuvo lugar y ahora esperamos que crezca 2% y sólo 2,5% en 2013, cuando habrá un contexto favorable sobre todo por la recuperación de la cosecha. Nosotros no estamos esperando ningún tipo de crisis ni ningún colapso en Argentina.
Para Uruguay por ahora nuestra proyección es de 4% para el año que viene, porque juega a favor Montes del Plata. Visto por el lado positivo, se puede decir que está logrando encontrar los caminos para no tener esa vulnerabilidad al ciclo de los vecinos, si bien el menor crecimiento de estos acarrea otro riesgo asociado a un menor flujo de turistas, que puede ser incluso más importante que el tema cambiario o de precios.
—¿Qué pasaría si se estancan o caen los precios de los commodities? ¿Qué tan probable es que eso ocurra?
—No vemos en el horizonte la posibilidad de pasar a precios bajos; pueden pasar de “históricos” a “muy altos”.
Pero es claro que la región sigue siendo bastante dependiente de eso, no se ha logrado liberar.
—¿Qué vulnerabilidades ve en la economía uruguaya?
—En el sistema financiero no hay grandes vulnerabilidades.
En otros aspectos, hablábamos en el Ministerio de Economía y están todos preocupados por la apreciación del tipo de cambio real y el efecto negativo sobre la economía, que es la posibilidad de perder parte del desarrollo industrial y cómo hacer para reemplazar los empleos en ese sector. Es una vulnerabilidad, porque si se caen los precios de los commodities y se perdió ese desarrollo de alternativas, el país queda muy expuesto.
Más inmediato es la vulnerabilidad de la cuenta corriente, que viene siendo cubierta por la inversión extranjera directa. Entonces uno dice: “bueno, no me tendría que preocupar por una reversión de los flujos financieros porque igual tengo sostenible el panorama externo”. Pero no deja de ser una situación más volátil tener un fuerte déficit que estar en equilibrio.
Claramente desaparecieron otras fuertes vulnerabilidades, como la deuda externa.
—¿Cómo evalúa el manejo fiscal y de la deuda?
—La situación fiscal es muy sustentable, si bien en los años recientes, que fueron muy buenos, uno podría haber deseado una mayor contención del gasto.
Lo que se puede esperar es algo de mejora porque dejan de estar varios de esos factores transitorios que este año jugaron en contra. No he visto o hablado con alguien que me diga que se puede esperar un cambio hacia la austeridad, y en los próximos años tampoco es esperable un cambio, por un tema de ciclo político.
El manejo de la deuda ha sido positivo y proactivo. Y si el país tiene hasta más deuda o intereses de los que debería es porque se está asegurando tener fondos líquidos.
—¿Qué opina acerca de la política salarial en el actual contexto inflacionario?
—Allí hay un desafío que políticamente es particularmente incómodo para el gobierno, ya que los salarios son uno de los grandes factores de inercia. Sin embargo, por lo menos por ahora, no lo están eludiendo.
El dato de noviembre de la inflación es desalentador porque había mucho esfuerzo en que fuera casi 0% y falló las expectativas.
En algunos temas se agotaron los cartuchos que podía haber, como el de política monetaria probablemente, el de admitir una apreciación nominal del tipo de cambio, encima cuando el tipo de cambio en Brasil aumenta. Se usaron otras balas, medidas más heterodoxas, que parecen no haber tenido efecto.
Una moderación es menos probable en lo fiscal y más probable en lo salarial.
Un menor crecimiento de la actividad económica debería decantar en una inflación menor, pero falta y no es seguro, porque una de las cosas importantes es la negociación.
—En el balance entre la inflación y la competitividad comercial de corto plazo, ¿hay espacio para seguir dejando caer el tipo de cambio?
—Nuestro equipo en Brasil estima que no se bajará más la tasa (de política monetaria), pero buena parte del soporte del crecimiento vendrá por el lado de un tipo de cambio más depreciado, hacia 2,3 reales a fin de 2013.
Para Argentina pronosticamos un tipo de cambio a 6 pesos, con un 22% de depreciación, en línea con la inflación.
Con una Argentina que no se pone más cara y con un Brasil que abarata, no debería haber más espacio en Uruguay para dejar bajar el tipo de cambio con una inflación de más de 7%. Nuestra proyección es que el tipo de cambio en la plaza uruguaya se depreciaría hacia un nivel cercano a $ 22, tal vez no eso exactamente, pero en dicho sentido, siguiendo a Brasil.
—¿El rango meta de la inflación debería ser más grande?
—Entiendo la señal negativa que sería resignarlo, y entiendo que es un problema no cumplir con la meta todo 2011, todo 2012, siguiendo las proyecciones todo 2013. De verdad que se entiende, pero está el riesgo de que se vea al gobierno como complaciente con la inflación.