La política ya no es una pasión para los uruguayos; a más de la mitad no le interesa y los partidos lo sienten como un “desafío”

Los jóvenes, quienes tienen poca educación y los que se autoidentifican como de centro o de derecha son quienes menos interés muestran.

Otro factor que marca diferencias es el nivel educativo. Según el informe de Cifra, “a mayor nivel educativo mayor interés en la política. Mientras que a un cuarto de los que tienen aprobado solamente primaria le interesa la política, entre los que tienen educación terciaria el interés sube a más de seis en diez. Entre aquellos que alcanzaron el nivel secundario el 41% manifiesta interés en política”.

Los números son diferentes también si se tiene en cuenta la autoidentificación ideológica. “Quienes se consideran de izquierda se interesan más por la política (61%) de quienes se consideran de centro (34%) o derecha (40%). Los que muestran menos interés son entonces los que se definen de centro. Existe una diferencia de 21 puntos porcentuales entre los que se consideran de izquierda y les interesa la política y a los de derecha que les interesa. Pero entre los interesados de izquierda y los de centro hay 27 puntos porcentuales de diferencia”.

Si se toma en cuenta la intención de voto, a la mitad de los que votarían por el Frente Amplio les interesa la política, mientras que entre los colorados solo a un tercio, y entre los nacionalistas al 46%.

La encuesta de Cifra fue realizada entre el 15 y 25 de agosto de este año a 1.004 personas mayores de 17 años.

Desprestigio.

Según los informes que realiza la organización internacional Latinobarómetro, Uruguay ocupa los primeros lugares en América Latina respecto al apoyo a la democracia. En la medición de 2011, el 75% de los uruguayos respaldaba ese sistema de gobierno. Según el relevamiento, Uruguay también está en los primeros lugares cuando se consulta respecto al respaldo a los partidos políticos. En este caso, el 74% de los uruguayos cree que sin partidos políticos no puede haber democracia.

Pero a la vez hay evidencia en cuanto al desinterés que los uruguayos tienen en la política. “La sociedad uruguaya en su conjunto no muestra porcentajes muy altos de ciudadanos con interés político: solo tres de cada diez uruguayos declara tener mucho o bastante interés en política”, dicen Pablo Mieres e Ignacio Zuasnábar en el libro “La participación política de los jóvenes uruguayos” presentado a fines del año pasado por la Universidad Católica del Uruguay y la Fundación Konrad Adenauer.

En este trabajo, si se analiza por tramos de edad, el 80% de los menores de 29 años le interesa poco o nada la política, diez puntos porcentuales más que el promedio general.

Además de esto, distintos relevamientos —Cifra este año y Equipos en 2012— muestran que los medios de comunicación y organizaciones sociales son los actores que reciben mayor confianza por parte de la población en detrimento de los partidos políticos.

Esto llevó a que semanas atrás el diputado colorado Fitzgerald Cantero realizara una autocrítica sobre la situación. En la edición del mensuario colorado “Vamos a más” de agosto, Cantero escribió que las “instituciones sufren una crisis a nivel mundial” y que por tanto “suena lógico” que en Uruguay tanto el Poder Legislativo como los partidos “no gocen de mayores adhesiones”.

“La teoría del símbolo ha sido poco explorada —hasta donde sé— en nuestra academia. Un buen estudio sobre la misma, nos arrojará cuánto ha influido en el desgaste de la imagen, nada más y nada menos, que de nuestro Parlamento, determinadas actitudes y acciones contrarias a las formas. Por ejemplo, un día ingresaron legisladores de championes y jeans, otro día lo hicieron de remera y con el mate y otro día votaron una ley que desconoció dos pronunciamientos populares. Total, ¿qué importa? Da lo mismo todo en este cambalache”, escribió Cantero.

“Algunos debates, largos, a veces lejanos a los problemas que viven los ciudadanos, generan igualmente desprestigio”, añadió Cantero.

Para el legislador “es mucho lo que desde el sistema político” se debe hacer para mejorar. “Pero es mucho también lo que tienen los ciudadanos para hacer en tal sentido. Una ciudadanía militando en los partidos políticos y controlando a sus representantes, es vital para fundamentar al sistema democrático”.

Desafío.

Los números de Cifra no sorprendieron a los referentes políticos.

El presidente del Directorio del Partido Nacional, el senador Luis Alberto Heber, consideró que la falta de libertad que trajo la dictadura militar provocó un gran interés de la gente en la política. “Fue una reacción colectiva”, recordó el legislador, pero admitió que esa situación “no era lógica”. Por eso, con el paso del tiempo, la “militancia fue más acotada”.

“Ahora, que no tengan interés en política no quiere decir que no les preocupa cómo va el país. La gente vive su peripecia familiar, su vida y no está en lo que pasa en la interna de cada partido. Pero cuando llegue el momento va a participar y dará su voto”, afirmó.

El secretario general del Partido Colorado, Max Sapolinsky, dijo que no le asombran estos resultados, en especial con lo que sucede con los jóvenes. “Hoy los jóvenes tienen menos pertenencia a los partidos y son más críticos”, comentó.

Sapolinsky recordó que comenzó a militar con poco más de veinte años a la salida de la dictadura, en un momento de ebullición política.

Aclaró, no obstante, que a nivel del Partido Colorado se ha logrado una sintonía con los jóvenes militantes que participan a través de distintas actividades, entre ellas realizar sus elecciones para designar a los integrantes en la Convención Nacional y el Comité Ejecutivo Nacional.

Pese al bajo interés, el dirigente colorado señaló que a la larga “nadie duda al momento de resolver” qué partido quiere en el gobierno, por ejemplo. “Todos somos críticos de la selección de fútbol o de los partidos, pero después se está allí y hay un convencimiento sobre determinados valores. Eso es clave, porque los partidos nos aseguran una vida democrática”, dijo.

Pablo Mieres, presidente del Partido Independiente (PI), señaló que la indiferencia de los jóvenes hacia la política es un fenómeno que viene desde “hace tiempo”.

Mieres, que además es sociólogo y ha investigado el tema, aclaró que si se comparan estos números con los de otros países de la región, Uruguay tiene una mejor situación.

“Uruguay tiene un nivel de politización mayor que el resto de la región. Y con los jóvenes pasa lo mismo”, afirmó.

El presidente del PI dijo que en el mundo “el tema político ha perdido centralidad. Más que la política, hoy hay cosas que pasan por la autorrealización y eso en América Latina es fuerte, aunque Uruguay sigue siendo político céntrico y por eso tiene alto niveles de apoyo a la democracia”. También dijo que hay un tema “generacional”, ya que “los jóvenes son menos político-céntrico que las personas de más edad”.

“Todo esto plantea un gran desafío a los partidos y cómo logramos generar atracción”, dijo Mieres. Para el dirigente, una de las claves es entender lo que pasa en las redes sociales, donde los jóvenes tienen una alta participación.

Por su parte, el secretario político del Frente Amplio, Gerardo Rey, dijo que “lamentablemente en el mundo y sobre todo en el mundo rico hay fuertes corrientes contra la política”.

“No me sorprende que los que se definen más a la derecha sean quienes menos se interesan en la política. Los más militantes a nivel social y político en nuestro país son y serán personas de izquierda. La nueva agenda de derechos que instaló el Frente ha generado nuevos espacios de participación en sindicatos, en organizaciones que luchan por la igualdad de género, contra la discriminación sexual o racial. Allí hay mucha participación juvenil”, opinó.