Sr. Director:
Sr. Director:
Accedé a una selección de artículos gratuitos, alertas de noticias y boletines exclusivos de Búsqueda y Galería.
El venció tu suscripción de Búsqueda y Galería. Para poder continuar accediendo a los beneficios de tu plan es necesario que realices el pago de tu suscripción.
En caso de que tengas dudas o consultas podés escribir a [email protected] contactarte por WhatsApp acáEn el año 1966 ejercí por primera vez mi derecho a voto en las elecciones nacionales. Desde entonces, hasta el presente, en 1971 hubo un intento de reforma de la Constitución nacional para instaurar la reelección presidencial, con nombre y apellido, promovida por la Unión Nacional Reeleccionista (Partido Colorado) en apoyo al entonces presidente en ejercicio, Jorge Pacheco Areco.
La misma no tuvo éxito, ya que logró solo el 59% de los votos requeridos, casi un 29% de los votos emitidos en aquella instancia.
En los países del primer mundo, con democracias asentadas, la reelección está impuesta. Será por un período adicional, o dos, o más, y en definitiva son los electores quienes determinan si le dan oportunidad al presidente en ejercicio para continuar en el período siguiente ocupando el cargo.
Volviendo al principio, ¿en Uruguay es viable?
Retrotrayéndonos al año 1966, si la reelección se hubiera propuesto con la salvedad de que el presidente en ejercicio, en esa oportunidad, quedaba inhabilitado para postularse a ningún cargo electivo, el resultado quizás hubiera sido diferente.
El Partido Colorado con el efecto Pacheco Areco obtuvo el 39,5% de los votos del electorado, el Partido Nacional el 38,7% y el Frente Amplio (en ese entonces PDC) el 17,6%. Ausente Pacheco Areco, quizás el resultado hubiera cambiado, porque una fracción del Partido Colorado y los demás partidos no estaban de acuerdo con la reelección de Pacheco presidente. Con la mentalidad de hoy es imposible pretender afirmar qué hubiera sucedido hace más de 50 años.
Vigente la reelección y haciendo abstracción de situaciones puntuales, ¿qué hubiera sucedido en 2005 si Jorge Batlle se hubiera podido postular a la reelección? ¿Habría visto restringida su incidencia política el Partido Colorado en los volúmenes que no ha podido recuperar?
¿Qué hubiera sucedido si en 2010 Tabaré Vázquez se hubiera postulado a la reelección? Con el viento de cola y proponiendo mantener lo sustancial del equipo económico, ¿hubiera sido José Mujica presidente?
En 2015, si Tabaré Vázquez hubiera sido reelecto y culminado su segundo período, ¿hubiera sido José Mujica presidente? Quizás sí, quizás no, pero los resultados de las elecciones del 2020, probablemente, no hubieran cambiado.
Se pueden tejer un montón de hipótesis favorables o desfavorables, pero habría que apartarse de pensar que este evento sea una herramienta para entronizar un partido político o a un individuo en el poder.
El pueblo uruguayo tiene cultura cívica y si entiende que un gobierno fue exitoso y cumplió con sus expectativas esenciales ¿por qué no continuar?
Jugando con la imaginación, si hoy estuvieran vigentes; Julio María Sanguinetti, Jorge Batlle, Luis Alberto Lacalle de Herrera, Wilson Ferreira Aldunate, Liber Seregni, Tabaré Vázquez, José Mujica; pugnando por una reelección o sustituir al presidente en ejercicio, ¿quién resultaría triunfador? Evidentemente, el pueblo uruguayo.
Si cuajara esta idea, la primera restricción que habría que introducir, repito, es que el presidente en ejercicio no podría ser reelecto ni candidato a ningún cargo electivo (Senado, etc.), ni tampoco integrarse al Poder Ejecutivo para el período inmediato.
La discusión compete al sistema político, la decisión, a la ciudadanía.
Antonio Estefanell
CI 2.911.912-5