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En caso de que tengas dudas o consultas podés escribir a [email protected] contactarte por WhatsApp acáCon relación al agujero negro de Ancap, en los últimos meses se han escrito innumerables artículos, muchos de ellos en Búsqueda; ha habido entrevistas, declaraciones y hasta cruce de acusaciones entre distintos sectores del FA. Todos contestes en la responsabilidad de una gestión más que desastrosa, que ha llevado a la principal empresa del país a una situación de insolvencia total.
El hecho es que Ancap se ha endeudado en dólares por encima de su patrimonio (más de 2.000 millones) y ha sido necesario realizar una “recapitalización” de casi mil millones de dólares. En una palabra, pasarle efectivo para que pueda abrir las puertas.
Creo necesario señalar algunos de los motivos que han llevado a esta situación aunque ellos han sido reiteradamente señalados, tanto en el Senado como en todos los ámbitos públicos y privados.
Llamativos por ejemplo, los gastos en publicidad (de una empresa monopólica) en una fiesta (lanzamiento de campaña) en apoyo a una radio inexistente que son minucias frente a inversiones y reformas por millones de dólares, como la planta de cal o la de cemento o la romántica ALUR, cuando curiosamente, aquellas privadas competidoras (cemento) ganaban buen dinero Ancap perdía millones y hasta el surrealismo de fabricar una fragancia (da risa o ganas de llorar).
Llegándose a dar la increíble situación de que un gerente autorizara un gasto de 20 millones de dólares, sin pasar por el Directorio, es decir por su sola voluntad. ¿Puede creerse?
El hecho es que tanto su Directorio como todos los gerentes permanecerán en sus cargos, es decir, como señaló el senador interpelante, quienes fueron parte del problema no pueden ser parte de la solución. Ni siquiera aplica el gobierno aquello del Gatopardo: “Si queremos que todo siga como está, necesitamos que todo cambie” ( Se vogliamo che tutto rimanga como é bisogna che tutto cambi (El Gatopardo-Giusepe Tomasi di Lampedusa).
Todo lo anterior, reitero, es sabido y comentado, esperemos que recordado en el futuro por la ciudadanía.
En definitiva blanco de las críticas —merecidas— han sido el entonces Presidente de Ancap, Raúl Sendic y su entonces gerente general —hoy presidente del organismo— José Coya.
Mi pregunta y duda, es: ¿qué hacía la oposición? Está bien, eran minoría (1 en 5), pero ¿observaron los balances, estudiaron las inversiones, controlaron los gastos? Si así fue debe haber constancia en Actas ¿o no concurrían a las reuniones? Supongo que concurrían, supongo que la aplanadora (4 votos) les pasaba por arriba, bien y ¿si así fue? ¿Por qué no salieron a la prensa a denunciar la situación? ¿O estaban de acuerdo?
Es probable que si así actuaban, el Poder Ejecutivo les solicitaría la renuncia, perdían el cargo, pero ganaban dignidad y el país tal vez podía frenar una sangría que ahora todos pagaremos.
Jorge Ciasullo
CI 793.978-7