“Con tanta agua” que cayó en 2012 sobre el territorio uruguayo “ahora hay serios problemas de erosión en todos lados donde está la agricultura”. Así resumió a Búsqueda la titular de la Dirección de Recursos Naturales Renovables (Renare), Mariana Hill, la situación de los campos productivos tras las últimas recorridas que realizó a fines del año que acaba de terminar.
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El exceso de lluvias reveló la aplicación de prácticas inadecuadas en la explotación del suelo y que favorecen la degradación de ese recurso natural, como dejar el terreno desnudo sin rastrojos o cultivos de cobertura para protegerlo de las precipitaciones, el laboreo a favor de la pendiente, de los desagües o de cárcavas, entre otras. “Cuando se hace todo mal” en cuanto al manejo de los campos, “si no llueve eso no se ve”, comentó la jerarca.
Planes.
Atendiendo a los problemas de erosión constatados, la Renare apuesta a la implementación de los planes de uso y manejo del suelo que desde este año son obligatorios para todos los agricultores que planten más de 100 hectáreas de trigo y/o cebada el próximo otoño. Dichos planes deben detallar el sistema productivo proyectado así como determinar una “erosión tolerable”, según el decreto de 2008 que introdujo esta exigencia. Las empresas del sector apuran sus trabajos para cumplir con ese requisito.
“Lo más complicado no es la elaboración de los planes sino el impacto negativo en los contratos de arrendamiento de campos”, señalaron empresarios a Búsqueda. Comentaron que “muchos dueños de tierras no tienen ni idea de lo que son los planes y lo que dice la normativa del cuidado del suelo por falta de información”. Eso “hace difícil negociar las rentas” adecuándolas al uso que se darán a los campos, indicaron.
Las autoridades del MGAP son conscientes de ese problema. “La implementación de los planes de suelos tiene un factor que va a afectar el mercado de las rentas” de campos, reconoció el titular de la Dirección de Servicios Agrícolas, Inocencio Bertoni, en una reunión con técnicos de empresas del sector que se realizó a fines de diciembre. Explicó que “trabajar en un determinado padrón donde se ajuste su capacidad productiva en base a su capacidad de uso genera un cambio en la renta potencial y eso a su vez tendrá un efecto en el mercado”. Y recalcó: “Esto va a hacer mucho ruido, ¿pero porque haga ruido lo vamos a dejar de hacer? No, tenemos que ponerle todo”.
“Tenemos que tener un sistema que sea sustentable no solo por una cuestión moral o ética, sino porque los mercados también nos lo están exigiendo, y porque si no, también vamos a tener un problema: se nos va a caer la producción”, alertó.
Controles
En un aviso publicado el sábado 4 en algunos matutinos, el MGAP hizo un llamado para la incorporación de cinco asesores y cuatro técnicos en gestión de recursos naturales para la Renare. En declaraciones a Búsqueda, Hill admitió que “de hecho, aflojaron los controles” de prácticas de manejo responsable del suelo, debido a la falta de funcionarios y se optó por emplearlos en el análisis de los planes de uso. “Ahora que esto está encaminado retomaremos la fiscalización”, dijo.
La Renare trabajó en 2012 con cinco técnicos y acaba de incorporar otros 17, a los que se agregarán 35 en el transcurso del nuevo año para revisar los planes de uso y manejo de suelos, y para fiscalizar los campos, informó su titular.
En cuanto a la cobertura de esos planes, Hill dijo que abarcarán entre 400.000 y 600.000 hectáreas de cultivos de invierno y en la próxima primavera se incoporarán entre un millón y 1,2 millones de hectáreas.
El presidente José Mujica se refirió a ese tema en una entrevista que publicó “Brecha” el viernes 4. “Es cierto, hemos tenido una mentalidad demasiado cortoplacista, pero de ahí las disposiciones que ha tomado el Ministerio de Ganadería para controlar las rotaciones agrícolas”, señaló el mandatario. Consideró que “el Estado tiene que intervenir para que se cuide, pero es importante desarrollar una cultura” de responsabilidad en el uso del suelo.
Rentas y costos
“Estamos haciendo los planes, que son bastantes y llevarán un trabajo intenso, pero no es mucha la información que se pide en esta etapa, que básicamente apunta a datos de los cultivos y estimación de pérdida de suelo”, dijo a Búsqueda Alberto Capurro, gerente general de Kilafen, una empresa de origen argentino que se dedica a la agricultura en unas 20.000 hectáreas. Esas tierras, que en su mayoría son arrendadas, están distribuidas en los departamentos de Paysandú, Soriano, Río Negro, Florida, Durazno y Tacuarembó.
“Los primeros planes abarcarán un 30% de esa área que va a cultivos de invierno y la mayor parte destinada a plantar soja, maíz y sorgo entrará en los que se presentarán en la próxima primavera”, explicó.
En general, el cumplimiento de los planes de uso de suelos “no generaría mayores problemas”, ya que Kilafen planta “bastante maíz y otros cultivos” para alternar las siembras, comentó.
Señaló, no obstante, que “con esquemas de rotaciones prolijas hay campos que no pasan la prueba (de pérdida de suelo)” y el dueño del predio no quiere otro sistema que no sea el actual porque “no cierran las cuentas al tener que hacer pasturas y poner ganado”.
El límite de pérdida por erosión estimado por un programa desarrollado por la Facultad de Agronomía estatal es de unas siete toneladas por hectárea al año, en promedio, dijo Capurro.
En opinión de ese ejecutivo, los plazos que estableció la Renare “desde que se comunica una resolución o algún instructivo hasta que están disponibles las herramientas son un poco cortos”. A su juicio, se debería “mejorar la comunicación porque esto abarca a muchos actores del sector”.
Esas inquietudes son compartidas por empresas que integran la Mesa Tecnológica de Oleaginosos, dijeron a Búsqueda miembros de la misma. En esa instancia público-privada de discusión y análisis de la competitividad estructural del sector creada en 2005 participan por ejemplo Kilafen, El Tejar, Agronegocios del Plata, Garmet, Copagran, Erro, Crop y la estatal Alcoholes del Uruguay (Alur).
Afirmaron que las firmas “están todas preocupadas” en un contexto de aumento en el precio de los arrendamientos de campos.
En zonas del departamento de Soriano los valores de la renta llegaron hasta 1.100 kilos de soja por hectárea al año, casi la mitad del rendimiento productivo medio (2.400 kilos), resaltaron los informantes. Aseguraron que en Durazno y Florida los valores son de 600 kilos de grano por hectárea al año.
“¡A trabajar, amigos! Si aprovechamos el plan para cuidar el suelo y ordenar la producción, dejaremos a nuestros hijos un campo mejor que el que tomamos nosotros”. Con ese comentario la empresa de servicios agrícolas Nuevo Surco, que opera en zonas de Colonia y San José, alienta a los agricultores a solicitar asesoramiento para llegar en tiempo y forma con los planes de suelos antes de la fecha tope del 30 de abril.
“En esta primera etapa obligatoria de los planes entrarán algunos productores agrícolas a los que les brindamos insumos, pero la mayoría de los clientes que son tamberos ingresarán más adelante, posiblemente en 2014, según lo previsto por Ganadería”, dijo a Búsqueda el técnico de esa firma Ricardo Guido.
Informó que el costo de elaboración de un plan de suelos es de entre cinco y siete dólares por hectárea, lo que, según dijo, “es inferior a lo que cobra una escribanía por hacer un contrato agrícola”.