Aunque el sector turístico es “una de las principales fuentes de empleo en Uruguay” y su impacto en el sistema de seguridad social “es significativo”, la densidad de cotización de las personas empleadas en esta actividad “puede ser baja” debido a su característica estacionalidad. Ese supuesto, planteado en un reciente estudio del Banco de Previsión Social (BPS) que analizó la trayectoria de la aportación en el sector turístico entre diciembre de 2022 y abril de 2024, abarcando dos temporadas altas y un período intermedio, quedó, en cierto modo, confirmado.
Según el análisis, a pesar del repunte de visitantes tras la emergencia sanitaria por Covid-19 —con un aumento del 55,5% en 2023 respecto a 2022, cercano al pico máximo de 2017—, en 2024 hubo un 6% menos de puestos laborales en el sector turístico en relación con 2019, año previo a la pandemia.
El documento se limita a la observación de la actividad formal, y expone que durante la temporada de alta actividad para el turismo llamado de “sol y playa” —de diciembre 2022 a abril 2023— hicieron aportes al BPS un total de 119.502 personas vinculadas al sector.
Cuatro de cada 10 fueron mujeres. La representación juvenil en el turismo es de 29,5%, por encima del 20,9% observado para el conjunto de las diferentes actividades inscriptas en el BPS.
Luego de una serie de cálculos, el análisis concluye que la edad es una variable que guarda una relación casi directa con la probabilidad de contar con una cotización estable, siendo que a más edad, más probabilidad de permanencia en el sector del turismo. Además, los hombres poseen una mayor probabilidad (65%) de cotizar de manera ininterrumpida todo el año, en comparación a las trabajadoras mujeres.
Estacionalidad
En los meses de verano se concentra la mayor actividad en el turismo en Uruguay, aunque tanto los operadores como el Ministerio de Turismo (Mintur) en distintos períodos de gobierno han intentado promover una oferta distinta a la playa para evitar que existan valles pronunciados en el nivel de producción y el empleo en el sector.
Esa estacionalidad en la actividad turística da lugar a la creación de empleos temporales y a tiempo parcial, que, además de emplear a mujeres, también suele funcionar como entrada al mercado laboral para jóvenes que necesitan de horarios flexibles, por ejemplo, por temas de estudio. Este aspecto también explica el perfil educativo relativamente alto del sector en comparación con otras actividades zafrales.
Respecto a la geografía, según el estudio del BPS, el turismo es un “motor económico en regiones menos desarrolladas o rurales”, por requerir una cantidad significativa de mano de obra con baja calificación. El “efecto multiplicador” genera beneficios que alcanzan al resto de sectores económicos de la zona, remarca.
Seis de cada 10 cotizantes de la temporada alta de 2023 provinieron de la zona metropolitana —Montevideo y su entorno—, mientras que la región este empleó a poco más de dos y el Corredor de los Pájaros Pintados —el litoral oeste— a uno. Este orden es directamente proporcional con los datos sobre regiones más visitadas según el anuario 2019 del Mintur.
“Se puede inferir la existencia de un contingente de cotizantes domiciliados en la capital y departamentos linderos que se traslada temporalmente al resto del territorio para desempeñarse en actividades vinculadas al turismo en temporada alta, debido a que en otras zonas del país hay más demanda de trabajadores que oferta que se ajusta con mano de obra proveniente de la zona metropolitana”, plantea como hipótesis el estudio.
Señala que la contratación temporal “dificulta los procesos de formación continua”, lo que repercute en las condiciones laborales del personal. Mientras la estacionalidad causa una alta rotación y discontinuidad en las trayectorias laborales, la baja densidad de cotización en los sistemas de seguridad social “limita el acceso efectivo a la protección social” e “impacta negativamente en el ejercicio de los derechos” de los trabajadores del turismo.
Trayectorias
Dentro de los cotizantes en turismo durante la temporada alta de 2023, un 80% (95.423 personas) registró aportes en el mismo sector durante el resto del año; un 63% alcanzó una densidad de “cotización completa” en actividades vinculadas al turismo en el mismo período. Un año después, en la temporada alta siguiente, los cotizantes en el turismo registrados en BPS fueron 123.158 —un crecimiento del 3%— y el 72% de estos trabajadores ya había cotizado en el verano anterior.
El estudio categorizó como “trabajadores temporales” a quienes no registraron cotizaciones durante el resto de 2023, pero retornaron a la actividad en la temporada alta de 2024. Estos representan el 3% del total de cotizantes de la temporada alta 2023; más de la mitad fueron mujeres y uno de cada tres tenía entre 19 y 24 años. Un 38,9% se desempeñó en restaurantes y otros servicios de comidas móviles, mientras que 15,9% lo hizo en actividades inmobiliarias con bienes propios o arrendados, similar a lo observado en las actividades inmobiliarias realizadas a cambio de una retribución/contrato.
La zona este captó dos tercios del total de trabajadores temporales, lo que hace sentido teniendo en cuenta que Maldonado es el departamento con mayor peso relativo del sector turístico en su Producto Interno Bruto-PIB (6,2%). Por otro lado, uno de cada cuatro de los cotizantes temporales se ubica en el área metropolitana, mientras que Montevideo alcanzó una participación del sector turístico más reducida en su PIB (4,2%).
Por otro lado, el informe identifica como “estables” a un 60% de los trabajadores de la temporada alta 2023 que cotizaron de forma ininterrumpida hasta los meses de mayor actividad del siguiente año. En este grupo, casi seis de cada 10 eran hombres y predominaba el rango etario entre los 39 y 49 años. Un tercio se desempeñaba en alojamiento y servicios de comida, y otro 26,2% en transporte y almacenamiento, seguido de las actividades inmobiliarias. Más de 60% se ubicaban en la zona metropolitana, por un efecto “más atenuado” del componente estacional, señala el informe. Ocho de cada 10 cotizaban en relación de dependencia.
“La presencia masculina suele ser predominante en actividades como transporte de pasajeros vía terrestre”, en tanto que sectores como los servicios inmobiliarios y financieros registran una mayor participación femenina, describe.
Por último, el estudio clasificó como “trabajadores inestables” a 10.456 cotizantes de la temporada alta 2023 (9%) que también hicieron aportes en la siguiente, pero lo hicieron de forma intermitente en los meses intermedios.
Nueve de 10 eran trabajadores dependientes, mayoritariamente hombres, predominantemente adultos entre 30 y 39 años; un poco más de la mitad se desempeñó en el sector de alojamiento y servicios de comida. Cinco de cada 10 residía en la zona metropolitana, cuatro en el este del país y uno en el Corredor de los Pájaros Pintados.
Esta categoría puede ser concebida como una “franja transicional dentro del mercado laboral turístico, por motivos como la formación, restricciones familiares, naturaleza del empleo o estrategias personales o empresariales”, explica.
Subsidios
Un 7% del total de cotizantes de la temporada alta de 2023 accedieron al subsidio por desempleo otorgado por el BPS cuando bajó la actividad, entre mayo y noviembre. Casi la mitad eran residentes de la zona metropolitana, al igual que quienes percibieron el “seguro de paro” a causa de haber sido cesados. “La elevada proporción de despidos sugiere que, finalizada la temporada, muchas empresas optan por cesar los vínculos laborales en lugar de mantener al personal inactivo”, comenta el documento. De ese grupo, algo menos de la mitad fueron mujeres, una proporción levemente superior a su representación en el sector “por la mayor propensión por parte de los hombres a contar con una cotización estable así como a su mayor capacidad para reinsertarse en otras actividades”.
El subsidio de desempleo para el turismo debería tener “una consideración especial” al momento de aplicarse, recomiendan los técnicos del BPS a cargo del análisis, en el entendido de que, por las particularidades del sector, es probable que los trabajadores utilicen este instrumento en algún momento de su actividad laboral. La normativa “debería acompañar” la situación de estacionalidad.