En Búsqueda y Galería nos estamos renovando. Para mejorar tu experiencia te pedimos que actualices tus datos. Una vez que completes los datos, tu plan tendrá un precio promocional:
* Podés cancelar el plan en el momento que lo desees
¡Hola !
En Búsqueda y Galería nos estamos renovando. Para mejorar tu experiencia te pedimos que actualices tus datos. Una vez que completes los datos, por los próximos tres meses tu plan tendrá un precio promocional:
* Podés cancelar el plan en el momento que lo desees
¡Hola !
El venció tu suscripción de Búsqueda y Galería. Para poder continuar accediendo a los beneficios de tu plan es necesario que realices el pago de tu suscripción.
El intempestivo cierre de una casa de cambio con fuerte presencia en Maldonado y sucursales en varios departamentos que captaba dinero de clientes pagándoles un interés, removió en la memoria de algunos uruguayos los sucesos de unos 15 años atrás, cuando el sistema bancario local enfrentó una corrida de depositantes. Enojados damnificados presentaron denuncias por la presunta “estafa”, el Banco Central (BCU) realizó inspecciones en la empresa cambiaria y aclaró que lo que captaba ese cambio no eran “depósitos” porque carecen de autorización para hacerlo, mientras en las redes sociales se habló de una supuesta “corrida” que no fue tal, según consultas realizadas por Búsqueda entre fuentes del sector financiero.
¡Registrate gratis o inicia sesión!
Accedé a una selección de artículos gratuitos, alertas de noticias y boletines exclusivos de Búsqueda y Galería.
El venció tu suscripción de Búsqueda y Galería. Para poder continuar accediendo a los beneficios de tu plan es necesario que realices el pago de tu suscripción.
De hecho, las entidades bancarias tienen fondos disponibles suficientes para hacer frente a eventuales retiros significativos, una realidad que contrasta con los problemas de liquidez que vivieron varias entidades en la crisis de 2002. Los desafíos para el sistema están en otros flancos del negocio.
Los bancos en Uruguay parecen “suficientemente sólidos” para soportar eventuales shocks adversos de solvencia y los efectos de contagio estarían “limitados”. Además, como prestan relativamente poco cuentan con altos niveles de liquidez. Sin embargo, tienen una rentabilidad “estructuralmente baja” que “probablemente refleja altos costos laborales”, “falta de eficiencia” en algunas instituciones y un “modelo de negocios conservador”. Ese diagnóstico forma parte de una “prueba de estrés” al sistema efectuada por técnicos del Fondo Monetario Internacional (FMI), en el marco de la revisión anual sobre la marcha de la economía uruguaya que se completó en febrero.
El análisis describe al sector bancario local como “relativamente pequeño” en el que participan 11 instituciones con activos totales que representan 80% del Producto Bruto Interno y préstamos otorgados por el equivalente a 32% del PBI. “Esto está muy por debajo del nivel observado en los países de nivel de ingreso similares y en otros de la región”, indica. Agrega que el crédito al sector no financiero también representa menos de 41% del total de los activos bancarios en promedio, aunque con diferencias marcadas por instituciones: los préstamos son más de 88% de los activos en el Banco Hipotecario pero solo 10% en la filial del Banco de la Nación Argentina.
Por otro lado, la dolarización del negocio es “alta”, según el FMI, con 55% de los préstamos y 78% de los depósitos a fines de junio de 2016 nominados en la moneda estadounidense. Casi todos los préstamos al sector agropecuario mayormente orientado a la exportación y más de 90% en el sector manufacturero son en dólares; cerca de 30% de los préstamos en moneda extranjera se destinan al sector no transable. Por otro lado, menos de 5% de los créditos a familias fueron otorgados en moneda extranjera.
El sector está “segmentado” entre bancos públicos y privados, los primeros (República y BHU) dominando el mercado del peso —con alrededor de 60% de los depósitos y préstamos en moneda nacional, señala el análisis. Los privados poseen más de 70% de los créditos en divisas y 60% de los depósitos en moneda extranjera. La “segmentación del sector y la falta de competencia en los mercados de depósitos y créditos en pesos” son “fuente de ineficiencias”, añade.
“A medida que la ley de inclusión financiera de 2014 expande la base de clientes potenciales para los bancos privados, estos podrían verse estimulados a competir más agresivamente en el mercado de préstamos en pesos, sin poner en peligro sus niveles de capitalización”, evalúan los técnicos del FMI.
Test
Según el análisis, “las vulnerabilidades del sector bancario han aumentado con la desaceleración del crecimiento (económico), pero siguen siendo limitadas”. En ese sentido, indica que la morosidad ha sido históricamente muy baja en Uruguay pero se ha duplicado en los últimos dos años; si bien esta variable “no parece, en esta etapa, ser motivo de preocupación significativa”, en el informe se le asignó una clasificación elevada como riesgo. “Del mismo modo —agrega—, la caída en el rendimiento de los activos durante el último año ha llevado la clasificación numérica de esa variable a siete (en un máximo de 10), un valor típicamente indicativo de riesgo medio-alto”.
Los bancos uruguayos pueden soportar una serie de shocks adversos de crédito (aumento de la morosidad), tasa de interés (suba de 2,08% tanto en pesos como dólares), “riesgo país” (incremento de 600 puntos básicos) y tipo de cambio (depreciación del peso de 30%), según las pruebas de estrés efectuadas por los técnicos del organismo internacional, que consideran de forma estática el impacto sobre el capital y los activos ponderados por riesgo.
“El bajo nivel de crédito limita el efecto de los shocks de crédito”, mientras que un shock en la prima de riesgo soberano afectaría sobre todo a los bancos estatales, ya que las tenencias de títulos de deuda pública de las instituciones privadas son, en promedio, pequeñas, según el estudio.
Paralelamente, dada la posición en moneda extranjera que tienen en general las entidades bancarias, una depreciación del peso les genera potencialmente grandes ganancias directas. Sin embargo, una gran caída del peso implica un aumento en los préstamos no garantizados.
Un riesgo combinado de aumento de la morosidad, tasa de interés, riesgo soberano y de depreciación brusca del peso podría tener efectos mayores: el ratio de adecuación de capital del sistema se mantendría cerca del 9%, en promedio, aunque con variaciones significativas entre bancos. Cinco, que representan la mitad del capital de todo el sistema, registrarían ratios (sin incluir amortiguadores anticíclicos) por debajo del mínimo regulatorio de 8%. “Sin embargo, el shock combinado no desencadenaría ningún fallo bancario, incluso si se necesitaran ajustes en el balance”, acota el análisis.
Además, por el hecho de que los bancos tienen una baja exposición respecto a los otros —menos de 1% del total de activos del sistema— los riesgos de contagio son “muy bajos”.
El test sobre la liquidez mostró que el sistema podría soportar un “severo” drenaje de fondos tanto en pesos como en divisas. La prueba consideró retiros diarios consecutivos por cinco días en todos los bancos a la vista (10% en pesos y 5% en divisas) y a plazo (2% en cualquiera de las monedas).
Los depósitos representan más de 85% de los pasivos de los bancos.