Este CD reúne dos discos de vinilo editados por Parlophone, uno en 1973 con el pianista búlgaro Alexis Weissenberg (1929-2012) y otro en 1975 con el pianista argentino Bruno Gelber (Buenos Aires, 1941). Ambos solo tienen obras que Juan S. Bach escribió originalmente para órgano, violín, flauta y orquesta, pero transcriptas para piano solo, la mayoría de ellas por Ferruccio Busoni, pero también algunas por Franz Liszt, Alexander Siloti, Camille Saint Saëns y otros. El LP de Weissenberg fue reeditado en 1985 pero el de Gelber se lanzó por primera vez en CD en 2013. Es muy interesante y recomendable esta reunión de dos pianistas de primerísimo nivel, que se aproximan en forma diferente pero valiosa al mismo autor. El pianismo de Weissenberg parece más seco y Gelber tiene un encare más romántico o apasionado. La afirmación precedente, por supuesto discutible, parecería indicar que el Bach del búlgaro puede ser más ortodoxo que el del argentino. Y si uno escucha por Weissenberg dos obras conocidas como la Siciliana en sol menor, de la Sonata para flauta (BWV 1031), o la Toccata y fuga en re menor (BWV 565) para órgano, podría apoyar esa afirmación. Pero si luego presta atención a lo que hace Gelber con la Chacona en re menor (BWV 1004) para violín o con la Sinfonía de la Cantata (BWV 29), entonces la opinión anterior puede darse vuelta como una media. Y eso es lo disfrutable y lo notable de estos dos intérpretes.
La de Carlos Paravis, médico traumatólogo de Minas nacido en 1938 y fallecido en 1994, es una de las voces fundamentales del folclore uruguayo. Y estas grabaciones, realizadas en Argentina en 1970 y 1971 para la fonográfica CBS nunca se habían editado en CD. Ahora Sondor accedió al material y remasterizó las cintas para lograr un sonido sumamente fiel, cálido y muy agradable al oído. La voz de Chalar en la plenitud de su vida —tenía 33 años— suena diáfana, dulce y de notable expresividad. Es posible adivinar el gesto del cantante en cada nota. Abre con La cañera, de Aníbal Sampayo, y sigue con Caminitos de tierra colorada, de Agustín Bisio y Alan Gómez, dos joyitas que ya son estándares de la canción rural oriental. Sigue con El cisne negro, una de las más bellas tonadas de Osiris Rodríguez Castillos, otro de los grandes autores uruguayos que también figura en Elogio de la soledad y Vals de la reja. Además de ser un guitarrista seguro y efectivo, Chalar muestra también sus uñas como cancionista, en Pa’ los que quiero, Huraña, El aprendiz y Heladas, entre otras. Esta colección hace justicia con un artista que no se alineó con el “canto popular” y quedó algo relegado del canon nacional. Sin embargo, el éxito cosechado en el interior argentino no es casual: habla de una obra de potente proyección regional, que afortunadamente para los músicos uruguayos, ahora está disponible con la mejor fidelidad posible.
Título: Paris (Warner)
Autor: Zaz
En su tercer disco, esta chica ya es toda una estrella mundial. Acaba de agotar por segundo año seguido el Solís, donde presentó esta colección de 13 clásicos de la chanson que rinden tributo a la Ciudad Luz, como ícono de la bohemia. Hace cuatro años tocaba en boliches y ahora grabó bajo la batuta del legendario Quincy Jones, el mentor de Michael Jackson. Zaz apunta derecho al corazón de la música norteamericana, con big band, coros soul y gospel y aires de music hall. Hasta hace poco era apenas una voz emergente y ahora canta con dioses vivientes como Charles Aznavour (J’aime Paris au mois de mai), que a los 90 años sigue tan campante. Entre otros estándares interpretados antes por Sinatra, Piaf o Ella Fitzgerald, se destaca una versión orquestal de Champs Elysées en la que la chica del momento desata su caudal de libertad, sentimiento y virtuosismo, la combinación perfecta.
Título: Tracker (Mercury)
Autor: Mark Knopfler
El nombre del octavo álbum solista del ex frontman de Dire Straits, editado oficialmente el lunes 16, bien podría traducirse como “Rastreador” o “Perseguidor”, un título muy conocido por estas latitudes, por el cuento de Cortázar. Knopfler dice que lo eligió porque este disco es el fruto de un profundo proceso introspectivo: “El nombre llegó tratando de encontrar mi camino a través del tiempo. Fueron días de mirar a las personas, lugares y hechos de mi pasado”, dice el guitarrista y cantautor escocés. Hace rato que cambió el rock por su personal fusión entre sonoridades celtas, jazz y country, pero conserva intacta su condición de sultán del swing, así como su mano derecha que hacer hablar, llorar y reír a su Stratocaster. De todos modos, se vuelve algo repetitiva esta letanía de tonadas tristecinas. Entrañables personajes y anécdotas del pasado emergen en baladas llenas de melancolía como River Town, Basil y Beryl, relato a tiempo medio que remite directamente a los Straits de hace 35 años. Skydiver, el tema beatle del disco, es el momento más luminoso, por lejos. “Éramos tan jóvenes”, dice el vals que abre el disco, Laughs and Jokes and Drinks and Smokes, que vuelve a demostrar, por si hacía falta, que aquello de “todo tiempo pasado fue mejor”, es ley universal.
Título: Mesopotamia (La Nena Discos)
Autora: Florencia Núñez
Una nueva voz de mujer emerge en la canción uruguaya. No puede ser otro que el éxito el destino de esta muchacha rochense. En su disco debut, se planta con desparpajo, con su voz casual, fresca y despreocupada y suelta esta docena de canciones en las que juega con los géneros y demuestra una enorme personalidad para sonar como ella misma, sea cual sea el estilo: pop simple y directo en Qué planes tienes para el sábado, jazz con destaque de la saxofonista Ale Genta en Uff, bossa en Tu nueva foto, balada con brillo de cello en Siesta, chacarera en Casi soneto para la no justificación de una compra, acompañada por Martín Buscaglia, o candombe en Cabo. Aquí hay talento de sobra tanto para la melodía como para interpretarla con la belleza de la sencillez. También hay un oído sabio para elegir una orquestación mayormente acústica, medida, de sumo buen gusto. Oídos atentos: en poco tiempo mucha gente sabrá quién es Florencia Núñez.
Título: A puro pulmón (Bizarro)
Autor: Canario Luna
El pianista Alberto Magnone dio con un casete con grabaciones inéditas de Washington “Canario” Luna, de una gira nacional de 1997 junto a la Vuelta Ciclista. Las remasterizó y las editó, con muy buen resultado sonoro. Con su voz en plenitud, el registro vale como testimonio del carisma de esta figura de la canción popular que aquí canta Brindis por Pierrot, Que el letrista no se olvide, El grito del canilla, A mi gente, La llamada, Saludo a los barrios y Selección de retiradas, junto a Magnone, Andrés Recagno (bajo), Gustavo Etchenique (batería), una cuerda de tambores y un coro murguero.
Título: Neuroexplosiones (Ayuí)
Autor: Carlos Quintana
Astor Piazzolla, Rubén Rada, Jaco Pastorius y John McLaughlin se encuentran en el track número uno. Satángo tiene el nervio del bandoneón de vanguardia, la matriz rítmica del Barrio Sur, la libertad del jazz y el rugido de guitarra de este músico que destila rock progresivo en cada compás. Este ex sesionista de Jaime, Hugo y Rada, es un compositor variado, capaz de la canción clásica, la lírica poética, la estrofa y el estribillo, en clave candombera (Alas de candombe, con Hugo Fattoruso), de murga canción (Laberinto de escaleras), o de balada (Cuento lunero). También puede desatar aquelarres como el temón que abre esta obra ecléctica e inasible. Cuando uno piensa que ya entendió a Quintana, el tipo patea la partitura con Rap medio raro, honra el título del disco, y extiende nuevas redes a la sinapsis.
Título: Vivo en mi cabeza pero con vista al universo
Autor: Pablo Krantz
Sexto disco del original cantautor y novelista argentino que luego de vivir muchos años en Francia ha construido una carrera bilingüe, con textos y canciones en español y francés en partes bastante iguales. Sobre una base de rock clásico y rockabilly —una buena mezcla de Elvis, Jerry Lee Lewis y Johnny Cash— y un toque suave del punk de The Clash y el pospunk de The Cure, este señor propone un pop-rock porteño-afrancesado. Solo así se puede explicar que funcione un híbrido como Coeur courageux, versión de Corazón valiente, de Gilda. Krantz nunca se toma en serio e instala un clima de comedia, o mejor dicho de melodrama musical, en temas como Scarlett Johan-song, La penúltima rolling stone o Estoy de regreso. Krantz gusta mucho de tocar en Montevideo, y en el marco del mes de la Francofonía lo hará en formato trío, en la Alianza Francesa (Bulevar Artigas 1271), hoy jueves 26 a las 21 h, con entrada libre.
