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La negociación colectiva que se puso en marcha en julio avanza a paso lento. Hasta ahora unos pocos de los más de 100 grupos llegaron a un acuerdo, y en el resto los delegados de empresarios y los trabajadores siguen tironeando: todo hace prever que la discusión deberá estirarse más allá del plazo previsto, que vence este mes.
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La actual instancia completará una ronda de los Consejos de Salarios (la quinta desde su reinstalación) que tuvo una primera etapa en el segundo semestre de 2012.
La mayoría de los convenios salariales firmados en esa etapa inicial (negociados en general entre julio y noviembre pasado) establecieron aumentos de sueldos por encima de la inflación —reales— por la mitad de los otorgados en la anterior ronda, y muy pocos incorporaron ajustes relacionados al desempeño del sector. Eso muestra un análisis preparado por la consultora PricewaterhouseCoopers (PwC) que compara los convenios alcanzados por los mismos sectores de actividad privada para 2013 (negociados al inicio de la quinta ronda) con el anterior (2011). También evalúa cuánto se utilizan y cómo se plasman los ajustes por productividad, algo sobre lo que los diferentes actores (gobierno, trabajadores y empresarios) pretenden incorporar a la negociación para que los aumentos vayan en línea con el desempeño de cada sector de la actividad privada.
Al respecto, la gerente de PwC Mercedes Comas dijo a Búsqueda que hay una “enorme dificultad para vincular la evolución de un sector, a un indicador que se acuerde”. Y planteó “dudas” acerca de “cómo se está comprometiendo y firmando ajustes reales, en un contexto más complicado en términos de empleo, de negocios, de suba de costos, en acuerdos que no están ligados a la salud del sector”.
Quinta ronda, primera fase.
Los Consejos de Salarios son un ámbito tripartito de negociación colectiva de las condiciones laborales en el sector que se reinstaló con el ascenso del Frente Amplio al poder. La discusión se procesa en mesas por subgrupos de actividad; la quinta ronda comenzó a negociarse en julio del año pasado (con un grupo menor de sectores que el que está discutiendo actualmente).
Esa primera fase de la quinta ronda abarcó 42 convenios —según el Ministerio de Trabajo—, de los cuales en el 70% se logró consenso entre empresarios y trabajadores.
La negociación duró en promedio algo más de cuatro meses, de acuerdo con PwC. La mayoría de los acuerdos contempló un incremento real de los salarios, pero fue la mitad del crecimiento que habían establecidos los convenios precedentes para los mismos sectores.
Del análisis realizado por PwC surgen varios ejemplos que muestran esa tendencia.
En las licorerías los sueldos en 2013 tendrán un ajuste de 1,77% por encima de la inflación, cuando en 2011 habían crecido 4,5%.
La industria textil acordó ajustes reales de entre 0,5% y 2,5% para 2013. Eso es exactamente la mitad de los incrementos pactados para este sector en el convenio precedente (entre 1% y 3% dos años atrás).
Los trabajadores no médicos de la salud acordaron subas reales de 1,84%, mientras que en 2011 habían firmado ajustes salariales de 4%.
En la forestación, el acuerdo de 2011 fijó subas por encima de la inflación de 8%, en tanto que en 2013 el ajuste acordado es de entre 0% y 5% real, según los distintos niveles salariales.
El transporte de bebidas convino para este año ajustes de 2%, frente al 4,5% negociado para 2011.
A su vez, las fábricas de bebidas sin alcohol y cervezas ajustan 2% sus salarios en 2013, cuando dos años antes lo habían hecho 4,5%, siempre en términos reales.
Del análisis se desprende que sólo el sector de curtiembres y el de bancos privados pactaron ajustes similares en ambas rondas: en el primer caso, los trabajadores del cuero no recibirán incrementos por encima del índice de Precios al Consumo (ajuste de 0%), y los bancarios firmaron un crecimiento de 3% en 2011 y también en 2013.
Productividad.
En la “gran mayoría” de los acuerdos “se optó por incluir cifras concretas de ajustes diferenciados a partir de franjas salariales, definiendo aumentos mayores para los niveles salariales más bajos”, reseña PwC.
Señala en su informe que en los convenios firmados en los últimos años “pocos sectores” definieron ajustes condicionados al desempeño de la propia actividad del rubro. De una muestra de los convenios firmados desde mediados de 2012 sólo siete incluyeron incrementos de salarios relacionados al desempeño sectorial. Otros ocho convenios “incorporan un ajuste únicamente por un componente macroeconómico” sugerido por el Poder Ejecutivo.
Sobre esta cuestión, el informe también aporta ejemplos. Entre ellos, el sector de prendas de vestir de cuero incorpora como componente sectorial la evolución del índice de producción de la rama.
En las casas de salud y residenciales de ancianos con fines de lucro el indicador tomado fue la tasa de crecimiento de la población mayor de 65 años.
PwC concluye que “la experiencia de estos años muestra grandes dificultades” para vincular los ajustes de salarios a algún tipo de indicador sectorial, al menos a este nivel de negociación por ramas.
Sin embargo, señala que “ronda tras ronda” viene aumentando el número de convenios que contemplan estas variables al esquema de incrementos de sueldos.
Afirma que la “heterogeneidad” que se da al interior de las ramas de negociación (empresas de diferente tamaño, tecnología, estructura de costos) explica los problemas para “encontrar un ‘indicador resumen’” que refleje el estado de situación general.
La consultora añade que, dadas las diferentes realidades de las empresas, algunas están transitando el camino de hacer ajustes por productividad a nivel bipartito.
