• Cotizaciones
    domingo 16 de marzo de 2025

    ¡Hola !

    En Búsqueda y Galería nos estamos renovando. Para mejorar tu experiencia te pedimos que actualices tus datos. Una vez que completes los datos, tu plan tendrá un precio promocional:
    $ Al año*
    En caso de que tengas dudas o consultas podés escribir a [email protected] o contactarte por WhatsApp acá
    * Podés cancelar el plan en el momento que lo desees

    ¡Hola !

    En Búsqueda y Galería nos estamos renovando. Para mejorar tu experiencia te pedimos que actualices tus datos. Una vez que completes los datos, por los próximos tres meses tu plan tendrá un precio promocional:
    $ por 3 meses*
    En caso de que tengas dudas o consultas podés escribir a [email protected] o contactarte por WhatsApp acá
    * A partir del cuarto mes por al mes. Podés cancelar el plan en el momento que lo desees
    stopper description + stopper description

    Tu aporte contribuye a la Búsqueda de la verdad

    Suscribite ahora y obtené acceso ilimitado a los contenidos de Búsqueda y Galería.

    Suscribite a Búsqueda
    DESDE

    UYU

    299

    /mes*

    * Podés cancelar el plan en el momento que lo desees

    ¡Hola !

    El venció tu suscripción de Búsqueda y Galería. Para poder continuar accediendo a los beneficios de tu plan es necesario que realices el pago de tu suscripción.
    En caso de que tengas dudas o consultas podés escribir a [email protected] o contactarte por WhatsApp acá

    Los Zorros Grises

    N° 2045 - 07 al 13 de Noviembre de 2019

    , regenerado3

    Alguien dijo, durante la época dorada del tango, en las décadas de 1930 y 1940 —y no fue un exceso— que la falta de justo reconocimiento y el rápido olvido de algunos artistas se vincula a que su nombre y su apellido son “tan comunes como los de un gallego inmigrante que llega al Río de la Plata y pone un almacén”.

    Es grotesco pero, al fin, quién sabe…

    Aunque la vida de José García, que en realidad nació en Buenos Aires en 1908 y murió en Córdoba en 2000, un excelso músico que tocaba el violín, el bandoneón y el piano y fue director de orquesta, amante además de la pintura de estilo expresionista, estuvo abarrotada de circunstancias poco comunes.

    Por citar apenas una, Oscar del Priore ha documentado que García grabó solo 40 discos, que por razones complejas de explicar hoy, fueron siempre difíciles de obtener, aun en los años de actividad plena de su orquesta y frecuentes presentaciones en los mejores escenarios, así como giras que, curiosamente, han mantenido su recuerdo y la admiración por su música en Colombia o Chile, por ejemplo, mucho más que en las ciudades cuna del tango.

    Incitado por su madre, se educó en el Conservatorio Nacional de Buenos Aires, del cual egresó como profesor de violín, y al paso de los años de juventud destacó un marcado gusto por la llamada música culta, entre cuyos creadores prefería a Schubert, Beethoven y Gounod y solía soñar con convertirse en un intérprete clásico. Esto lo llevó, en 1926, a crear su propia academia y organizar con sus alumnos una orquesta que tocaba temas compuestos por dichos autores.

    Sin embargo, cuatro años después, acuciado por problemas económicos, advirtió que el Teatro San Martín ofrecía contratos entonces suculentos a las orquestas típicas que obtuviesen repercusión. Ensayó con la mayoría de los alumnos iniciales, a los que se añadieron otros, más experimentados, y dio una exitosa prueba que le aseguró el debut.

    Las peculiaridades siguieron. García, cuya orquesta no tenía nombre, decidió que se presentaran en el teatro vestidos con trajes de franela gris. El público, que recibió complacido a aquel grupo juvenil, comenzó a corear: “¡Bien los grises, arriba los grises!”. Frente a semejante reacción, García tuvo una suerte de contradicción: no le gustó la expresión porque sugería una confusión con los guardas de tránsito que vestían de ese color, pero, al mismo tiempo, le recordó un tango de Rafael Tuegols, Zorro gris, por el que había expresado admiración. Para cerrar la historia hay que decir que, apurado por los dueños del teatro, decidió usar el nombre José García y sus Zorros Grises, siendo a partir de ese momento el tema de Tuegols su carta de presentación.

    Reproducido uno de sus discos ahora, la orquesta suena grata al oído, musicalmente muy rítmica, con un sonido romántico y apagado, conducido por el piano, disfrutable no solo para escucharla sino, aspecto esencial entre inicios de 1930 y fines de 1940, para bailar. Es oportuno recordar que el director solía incorporar a su repertorio obras populares como boleros, rumbas y marchas.

    Su primera grabación, recién en 1942, fue Fea, de Horacio Pettorossi, y compuso una treintena de tangos, entre los que destacan No pudo ser, Nocturno de tango, Esta noche de luna, Si escucharas mis amores, Jesús de Nazareth, Nieve de amor, con letra de Julián Centeya, y Desolación, además del vals María Triniá y un corrido que le trajo, en el exterior, enorme popularidad: El mentiroso.

    Los entendidos coinciden en que, durante los años de plena actividad, la de García, que constantemente parecía quedar detrás de la escena pese a los aplausos obtenidos, fue una orquesta equiparable a las de Miguel Caló, Osvaldo Fresedo, Lucio Demare y Carlos Di Sarli, entre otras. Y el consenso se extiende a que su expresiva calidad tuvo tres apoyos esenciales; el director, el pianista Carlos Figari —segundo en la trayectoria de la agrupación— y un cantor al que, injustamente, nadie recuerda: Alfredo Rojas, de suave registro y perfecta modulación que le permitían ajustarse a la orquesta, como en el caso de Fiorentino con Troilo, al modo de un instrumento más.

    El mutis por el foro de José García fue otra rareza. Sin dar explicaciones, disolvió a los Zorros Grises en 1950, se mudó a Córdoba y allí terminó sus días, medio siglo después, regenteando un hotel y dedicado a pintar cuadros tal cual, desde la adolescencia, había soñado.